Escamotear: conducta opositora venezolana

La derecha venezolana practica en forma inveterada el triste oficio de la Gatica de María Ramos, "tira la piedra y esconde la mano". Es decir, son irresponsables, inmaduros, pueriles, gustan de engañar y engañarse ellos mismos. Actúan como niños y les dan pataletas, berriches, ataques de rabia y violencia, porque por niñatos no pueden controlar la frustración.

Cada cierto tiempo inventan falacias, bulos, crónicas descabelladas, mentiras asombrosas; y cada cierto tiempo (por irresponsables) son derrotados una y otra vez por el chavismo en forma reiterativa, contundente y aplastante. No constituyen, a pesar que lo intentan, una fuerza política organizada, disciplinada, que responde a un liderazgo; sino que es una fuerza desorganizada con muchos líderes y muchos propósitos, escondidos, secretos, tangenciales, cubiertos, soterrados en desvanes.

Cada líder opositor anda buscando, veladamente, calladamente, el dinerillo en dólares o euros que suelta el poder político de Estados Unidos, Europa y gobiernos de la derecha mundial, para derrocar la Revolución Bolivariana, y parece que ese es uno de sus fines fundamentales: enriquecerse con la lucha política, disputarse a dentelladas el liderazgo opositor sin honorabilidad, sin dignidad, sin respeto, sin consideración por el que lucha en la misma trinchera.

Para ellos no existen compañeros de lucha, de barricada, tratados en forma digna y respetuosa; existen son los compinches, los cómplices, las mafias y los mafiosos, la conveniencia, la ganancia política que se mide en votos y el aumento de la cuenta bancaria. Eso es lo que observo, y me disculpan si soy muy fuerte en mis señalamientos, pero es lo que denoto en mis conversaciones con mis amigos que aparcan sus coches en las filas de la derecha opositora venezolana.

Mucho ruido y pocas nueces. Un montón de gentes sin líderes dignos que ellos mismos respeten. Un montón de personas dispuestos en una lucha política no llevada por la madurez, la responsabilidad, la amplitud de miras; sino que rinden culto a la inmediatez, la prisa, el análisis sesgado, sin profundidad, sin atender los pequeños detalles.

Y a pesar de tener el apoyo inmenso de los Estados Unidos y los países satélites del Gigante del Norte, instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Otan, el Fondo Monetario Internacional (FMI), los mercados financieros, etcétera, no atinan porque (fundamentalmente) los mueve la codicia, la mentira, el protagonistmo banal, el egoísmo militante, la deshonestidad intelectual...

Y todo eso configura una causa perdida, ante el arraigo profundo del pensamiento independentista y nacionalista del venezolano común. Que aunque no está de acuerdo, y tiene objeciones muy intensas al liderazgo del Presidente Maduro, a las formas antidemocráticas en la toma de decisiones de los partidos políticos del chavismo, no le queda otra y cierra filas con el Presidente venezolano que constituye (para ese tipo de pensamiento) siempre el mal menor en una guerra civil de devastación a la cual apunta el caos programado de la nueva doctrina militar en boga en los Estados Unidos.



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José Canache La Rosa


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