Esta gente de la derecha venezolana

Estos viudos de Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera, Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, el Pacto de Punto Fijo y la Cuarta República. Estos señores que tiemblan enamorados por la bandera de los Estados Unidos, y que añoran, suspiran, por ser ciudadanos en gringolandia, estos señores escuálidos venezolanos están cada vez más locos, loquitos, casi al borde la camisa de fuerza, vestidos de berrinches, pataletas, malcriadeces, chiripiorcas, con su inmadurez emocional en pleno ataque desenfrenado.

Ya me acostumbré a que están locos. Enfermos de ceguera psicológica (utilizando en este caso una sabia expresión de José Saramago), disociados mentales, no pueden ver nada más que la bandera de los Estados Unidos y su vida feliz en ese país.

Si les gusta tanto por qué no se van... Y la respuesta es simple: ahí no los quieren si no tienen dólares, si están desempleados, sin dinero, con una mano adelante y otra atrás, allí no los quieren porque serán una carga que no desean asumir, ni deben ni quieren, los estadounideses y su gobierno y serán tratados como basura latina ("homeless", sin hogar) y los pondrán de patitas en la calle de la frontera mexicana con la migra.

Entonces estos escuálidos pelabolas tienen un eterno problema mental: son marrones y quieren ser blancos anglosajones; son latinos (venezolanos) y quieren ser gringos; quieren ser ciudadanos de Estados Unidos y eso es muy difícil, muy cuesta arriba. ¿Entonces? ¿Qué desean? Bueno, ellos añoran tener el estatus de Puerto Rico y eso quieren para su país, Venezuela Colonia USA.

Que su país sea un Estado Libre Asociado como Puerto Rico. Un país sin bandera. Una neo colonia norteamericana (al uso como lo fue en época de adecos y copeyanos) y que el Presidente de nosotros sea el Jefe de Estado de Estados Unidos o un títere que ellos coloquen con beneplácito. Igualito como Puerto Rico.

En fin una vaina que ni ellos entienden, ni tienen claro y que además es muy confuso.

Los venezolanos patriotas, nacionalistas, al contrario de ellos, que amamos a nuestra tierra donde están enterrados los huesos de nuestros padres y parentela en muchos siglos fundacionales, que se pierden desde la época de La Colonia, la época de los conquistadores españoles; amamos con infinito amor a Venezuela.

Es nuestra tierra, el rincón del mundo, donde podemos vivir a nuestras anchas y con todo placer. Qué existan problemas, bueno los vamos a superar con trabajo y optimismo; pero esta tierra Venezuela se ama con delirio, se defiende de extranjeros que quieren robar sus riquezas y se vive en ella no para servirse uno de ella, sino para servirla y cuidarla para los venezolanos que vendrán después de nosotros.

Los escuálidos, al final, lo que tienen es una severa frustración con la realidad de su país, una mente muy cochambrosa, llena de odio, pus y porquerías...

Bueno, ni modo, se tendrá que aprender a vivir con ello, algo así como aprender a vivir con gentes que de repente, cuando sus mentes sintonizan un canal de televisión, una radio, o leen un periódico, de improviso se les desencadena un ataque, sueltan babas por la boca, convulsionan, y ¡zuas! se convierten en zombies y lo único que saben decir es: ¡Chávez, vete ya! ¡Maduro, vete ya! en un ritornelo sin fin...

Ni modo tendré que aprender a vivir con eso, y tener paciencia, no perder la compostura, callarme la boca cuando sea menester y ayudar, ayudar mucho, con el cuerpo, el alma y el espíritu a que mi patria Venezuela sea el mejor país, la mejor nación del mundo.

Con paciencia y salivita, dijo el gran maestro poeta inglés Joseph Rudyard Kipling, autor de "El Libro de la Selva", dijo que: "Con paciencia y salivita un elefante le hizo el amor a una hormiguita". Veamos pues si el amor y la paciencia inventan milagros, tratemos, eso digo con mi espíritu amoroso, amable, gentil, sin odio por nada ni por nadie. Haciendo el bien sin mirar a quien, como decía mi madre Bolivia Mercedes Canache La Rosa.

¡Ah! Pero debe trabajar también la justicia en Venezuela, y que ésta sea fundada en la memoria, rigurosa, severa, inconmovible, aleccionadora. Que exista paz, que se neutralice y enjuicien a los violentos, pero que exista justicia. Eso es solicitud y esta mi declaración de amor...



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José Canache La Rosa


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