Es difícil mantenerse ajeno al debate político que se lleva a cabo en Venezuela desde 1998. Por otro lado, hay que tener cuidado si solo se está en contra o a favor de uno de los lados. El estar en contra o a favor de uno lo pone automáticamente 100% a favor o en contra del otro, quiera o no.
En lo personal, estoy a favor de uno y en contra del otro. Estoy a favor del Presidente Hugo Chávez Frías y en contra de la oposición.
Estoy en contra de la oposición por diferentes razones. Entre ellas se destaca lo que desde mi punto de vista es la gran discrepancia de la oposición con principios que considero básicos e intrínsicos de calidad humana.
El elemento esencial que sustenta la posición de la mayoría de los opositores es la franca sensación de superioridad que los embarga.
Es común oírlos hablar de “dignidad y honor” como si fueran características exclusivas de aquellos que se oponen al proceso. No es por coincidencia que la popularidad del gobierno la determina la gente “indigna” de los más bajos estratos sociales.
La verdad es que somos una sociedad clasista. Es una de nuestras herencias coloniales.
De acuerdo a la pundonorosa oposición, hay dos posibilidades si estás del lado del gobierno: o eres un pata en el suelo o un tarifado vendido al mejor postor.
Al comienzo de la lucha política escuché a ciudadanos “decentes” expresar con autoridad moral que no se les podía regalar cosas a los pobres porque no las apreciaban. Se referían a las “dádivas” del gobierno comprendidas en las misiones. El gobierno era acusado de populista y de comprar conciencias.
Ahora la principal arma de campaña de Manuel Rosales es la tarjeta “Mi Negra”. “No es populismo sino justicia social”, dice el especialista en peras al horno.
Al respecto me preguntaba que dirán ahora los ciudadanos que una vez protestaban desaforadamente que no se les podía regalar nada a “esos”. La respuesta me la dio Evelyn Trejo de Rosales.
La “futura” primera dama expresó lo siguiente respecto a “Mi Negra”:
“Que no se mal interprete que Mi Negra va a ser para darles un dinero y que las mujeres y los hombres se van a acostar a dormir. ¡No señor! La gente que tiene un oficio le van a revertir ese dinero con trabajo; porque tenemos que enseñarle a la gente de donde proviene el dinero, a que lo valore, de lo contrario no será apreciado”.
“La gente” a la que con arrogancia dijo que hay que “enseñar” es el mismo 33% de “parásitos” a quien su marido hizo referencia en un programa de televisión.
No se puede tapar el Sol con un dedo. Nosotros somos rojitos por dentro. La oposición es negrita. ¡Bien negra!
Celebran felices cada calamidad que pasa en Venezuela. No les importa perjudicar a un hermano con tal de perjudicar a Hugo Chávez Frías. Eso ya fue comprobado con el paro “cívico”.
Están condenados a perder toda la vida. Y más allá...
“El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor, Y el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo”.
Eso dice Proverbios 17:5.
¡Uh! ¡Ah!
Eso lo digo yo.
Feico57@att.net