Después de la contundente derrota al imperio gringo a través de su terrorista a sueldo, el mercenario Juan Guaidó, en Cúcuta, por donde pretendían invadirnos con la mentira de una supuesta ayuda humanitaria con el apoyo del presidente narcoparaco de Colombia, Iván Duque, era obvio que la oposición violenta no se iba a quedar con semejante fracaso.
Desde el mismo momento que hampones, paramilitares, cualquier tipo de delincuentes en colaboración con la policía de Colombia no pudieron entrar en territorio venezolano, criminales como Pence, Pompeo, Bolton, Abrams, Marco Rubio, nombrados por el psicópata Donald Trump para ejecutar el golpe de estado en Venezuela, comenzaron las veladas amenazas referentes a las siguientes acciones en contra del Gobierno revolucionario con la participación de su terrorista tarifado. Y allí está el ataque más destructivo que se haya perpetrado en contra del sistema eléctrico nacional.
Lo que ignorábamos era que después del chasco que se llevaron en Cúcuta, fueran capaces de volver a utilizar al pueblo como carne de cañón, pero lo hicieron y ahí están las consecuencias, los venezolanos vivieron las peores calamidades producto del apagón más largo que se haya registrado en la Patria de Bolívar.
Un ataque que dobló las penas al pueblo, que ya tiene bastante con las sanciones económicas que nos impuso el criminal Donald Trump, que cuadruplicó las penurias de la gente por esa intentona golpista permanente que ahora llevan a cabo con Guaidó a la cabeza.
Tales acciones dejaron en tinieblas a ese ser inhumano, perverso, criminal. Si había alguna duda sobre la crueldad de esta piltrafa humana, ya quedó disipada. Son tan desenfrenadas las acciones de ese mercenario en su afán de obtener el poder, que ni siquiera previó que una operación de esa envergadura arrastraría a su misma gente, a las mismas organizaciones que siempre les han secundado sus eventos golpistas.
El apagón terrorista de la misma forma que afectó a chavistas, afectó a opositores, a ricos que a pobres. Ese sabotaje lo padecimos todos los venezolanos, sin diferencias de ideologías, razas, credos. La arremetida criminal de Guaidó les causó grandes pérdidas a comerciantes chavistas como a opositores. Lo mismo la sufrió un chavista en la puerta de un hospital que un antichavista, lo mismo la sufrió un chavista pasando la tarjeta en el mercado que un antichavista, pero al terrorista a sueldo no le importó nada de eso.
A Guaidó como buen hampón, al fin, no le importan los chavistas, tampoco los opositores, lo único que le importa es obtener el poder, llegar a Miraflores, para entregarle la riqueza a los gringos, ese es el acuerdo, por eso cobra, por eso le pagan, por eso si tiene que arrasar con la población entera para complacer a los norteamericanos, no tengan la menor duda de que lo haría. Quedó demostrado con esta arremetida que dejó a oscura al país.
Gracias a Dios ahí tenemos a un pueblo que maduró con la revolución, a un pueblo que siempre ha sido testigo fiel de las andanzas violentas de la oposición, de veinte años de intentona golpista, que pasó por un sabotaje petrolero en 2002, un golpe de estado a Chávez, su posterior asesinato, las guarimbas contra el conductor de victorias, Nicolás Maduro Moros, las sanciones económicas, el boqueo financiero, el robo de nuestros activos en el exterior, el intento de invasión por Cúcuta, este ataque al sistema eléctrico nacional y sabrá Dios todo lo que tienen planeado; pero de lo único que si estoy seguro es que hagan lo que hagan seguiremos venciendo
Con esta nueva embestida en contra del pueblo, quedó evidenciado quién o quiénes le hacen daño al país, y quién o quiénes le hacen el bien, trabajan por Venezuela. O para ser más directo, con este apagón se pudo ver al terrorista a sueldo de los gringos conspirando, destruyendo, infligiéndole más dolor a las comunidades, y pudieron ver al conductor de victorias trabajando, construyendo, tendiendo una mano amiga, protegiendo, padeciendo y resolviendo con la gente los problemas que causa la oposición. Muy por el contrario del terrorista Guaidó, cumpliendo con la labor de un presidente legítimo de verdad que no se debe a los yanquis sino integralmente a los venezolanos.
A Guaidó, señor opositor, señora opositora, venezolanos todos, se le fundieron los tapones, el odio y la amargura le hicieron un cortocircuito en el alma, que lo dejaron a oscuras para siempre. Lamentable para los gringos, que seguramente ya deben estar pensando en sustituirlo por otro que no coja tantas derrotas.
GianCarlo Di Martino