Nadie puede negar el impacto de las misiones, para poner un ejemplo. Aún con sus imperfecciones, las misiones funcionan. Esto lo reconoció el candidato de “la unidad” encefálica en uno de sus proezas dialécticas: “Las misiones son programas de éxito que van a seguir cuando salga este gobierno de puros fracasos”.
Hasta al limitado intelectualmente le es imposible escapar de la realidad.
El reconocimiento de Manolito es histórico. Esto dice mucho de la obra de gobierno. Por primera vez en la vida democrática del país, la cual abarca de 1958 al 2006, un líder político reconoce públicamente algo bueno del contrincante.
Antes de 1998, un adeco jamás dijo algo positivo ni de COPEI ni de los copeyanos, y viceversa. Eso era imposible. Y esperar que eso pasara en medio de una campaña electoral era realmente pedirle patillas a una mata de lechosa.
El lapso mental de Manolito, programas de “éxito” de puros “fracasos”, es otra prueba fehaciente de la incapacidad de discernir que reina en la oposición. Es un enorme misterio que hayan seleccionado como candidato presidencial al individuo menos calificado siendo una de sus puntas de lanza la defensa de la meritocracia.
Me disculpan pero el candidato de la unidad es la personificación de la burusa de la mediocridad. Nada personal. Solo me refiero a su ineptitud política. Sus continuos apagones craneales conjuntamente con las famosas embarradas del resto de la oposición aumentan la larga lista de legendarias torpezas.
Como olvidar que intentaron destruir la economía del país y lo consideraron un derecho constitucional. Como olvidar las guarimbas a las que consideraron actos de libertad de expresión.
En su irracional persistencia en retomar a como de lugar el poder político, a la oposición le importa poco hundirnos en una lucha fraticida. Que no les quede dudas que esa es la esperanza de aquellos que dejaron de creer, ¡y con razón!, en una solución electoral a la “crisis”.
El mensaje subliminal de “¡Atrévete!” deja de serlo al lado de la frase “Vota y cobra”. “Atrévete a votar y a cobrar” es una franca invitación a la sublevación.
Es un deber ciudadano mantener lejos de Miraflores a aquellos que sufren total y absolutamente de falta de principios. La opción no es mala. También es un deber el mantener a Chávez donde está....
Rafael Caldera dijo en su discurso de inauguración en 1993: “Cada país tiene derecho a escoger y a decidir su propio destino”. Noble posición de un líder en representación de su país. Caldera se refería a la ingerencia del FMI y del Banco Mundial en los países subdesarrollados. Al poco tiempo Caldera tuvo que comerse sus palabras y bajarse los pantalones bajo presiones políticas y económicas.
Chávez piensa como Caldera. La diferencia es que él sí ha sido capaz de mantener su posición. Después de ocho años en el poder, Hugo Chávez continúa con sus pantalones bien puestos. Además, nuestra patria ahora tiene derecho de definir su propio destino.
Atrévete y acéptalo.
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