Hubo a finales de la década del 70 y cualquiera que haya vivido en aquella época y escuche "¡El avión, el avión!" sabemos perfectamente de qué estamos hablando. Así empezaba una de las series más vistas, porque no había otra cosa que ver en aquellos años: La isla de la fantasía o en el mundo del señor Autoproclamado Guaido el país de Narnia. Era un hidroavión llegaba a una isla secreta. El señor Roarke (Ricardo Montalbán) era el anfitrión vestido de blanco, como los adecos, que iba a recibirlos junto con su asistente Tattoo (Hervé Villechaize). Era justamente este último el que desde el campanario gritaba la frase emblema de la serie, claro que Guaido es poco más alto pero enano de Cerebro. Cuando los visitantes descendían, el señor Roarke le comentaba a Tattoo cuál era la fantasía de cada uno de estos invitados y exiliados. De manera breve nos explicaban el episodio. Se trataba de una narración muy particular, porque en cada capítulo se contaban dos historias en paralelo, a veces más. Y esas fantasías, en esa isla exótica, que nadie sabía dónde quedaba y que nadie podía contar que había estado allí, se volvían realidad mágicamente, por eso decimos no volverán de esa isla o del País de Narnia.
El señor Roarke era un personaje muy misterioso, raro, incluso un poco malévolo, tipo y modelo del Tío Sam. Los primeros episodios se refiere a los invitados como "tan mortales". Pero a medida que avanzaron los capítulos, Roarke se transformó en un personaje más benigno, según el guión. El dúo protagónico también fue cobrando protagonismo, porque más allá de los invitados, ellos eran el principal motivo para ver la serie, lo que unía a toda la Caterva Opositora a vivir de la fantasía de esa Isla, que bien la podríamos llamarle Isla Pupú.
El que hizo o creo está serie norteamericana, no sé si era amigo de Ramos Allup, jamás pensó que se trataría de las aventuras oposicionista venezolana, que no pega una ni con saliva de Loro. El inicio o apertura, como quiera llamarle queridos opositores de que "La isla de la fantasía" quizá su guión natural fue las Aventuras de Narnia. Las fantasías tenían que ver con el dinero, la fama, la familia, los recuerdos de la infancia, el amor, el éxito y el prestigio nunca tuvieron y los corruptos que se robaron del erario público. Algunas eran muy simples y otras muy sofisticadas, incluyendo reconstrucciones de época o cientos de extras, que su rol era gritar a pulmón tendido "Fuera, Fuera y va a caer". Pero lo que tenían en común todas ellas es que eran cuentos vacíos. Los personajes podían cumplirlas, otros no las concretaban definitivamente y muchos, la mayoría, aprendían algo a lo largo del episodio y se refugiaban en allá en el Norte. Esa lección era la clave de La isla de la fantasía o Narnia. Ese era el centro de la trama y lo que le aportaba suspenso e interés a cada uno de los episodios que en la realidad jamás concluyeron, con el Día Final.
Se agregó una anfitriona femenina, imaginemos a María La Candidata Fósil para equilibrar un poco la balanza y cubrirse de los vaivenes de Tattoo. Así fue como esta actriz interpretó a Julie a partir del episodio 1 de la temporada 5, pero ya no estuvo en la siguiente porque no le gustó al Tío Sam. Tattoo siguió trayendo problemas y terminó pidiendo un sueldo equivalente al de Ricardo Montalbán. Eso llevó al despido del actor y al reemplazo del personaje. Por supuesto, sin Tattoo, sin "¡El avión, el avión!" la serie se desplomó y terminó, porque los enanos mentales no largaron el guión del Tío Sam. La isla de la fantasía tuvo una nueva versión en los 90, tuvo una película, pero nada se pareció a la serie original y el Tío Sam decidió despedir al Enano, que es ahora Autoproclamado.
El enano Tattoo vivió, o en su defecto el Autoproclamado vive pegado al personaje por el resto de su vida. El mundo le pedía que repitiera la frase en la calle o donde lo encontrara, pero la gente le dice devuelva el avión. En una absurda vuelta de tuerca, el actor fue contratado por un programa cómico en España para hacer una imitación de Felipe González, con quien guardaba un absurdo pero evidente parecido. Nunca volvió a ser famoso y terminó suicidándose a la edad de 50 años, imagínate tenía un parecido al gilipollas español.
Según la farándula de Hollywood fueron siete temporadas donde pasaron como invitados un número increíble de estrellas del Hollywood clásico. Estrellas de segunda línea en su mayoría, que participaban como invitados de la serie. No eran muy estrictos, un mismo actor volvía interpretando a otro personaje en diferentes temporadas. Y también todas las estrellas de la televisión de la década anterior fueron parte. Desde los protagonistas de Batman, por ejemplo, o de Los locos Addams, hasta estrellas del deporte y la farándula en general. El listado fue abrumador e incluye a muchas y muchos artistas de la Jauría oposicionista, muchísimos otros famosos, los que faltaron como extras fueron los perseguidos políticos por el rrégimen, como decía alguien por ahí Volverán Capulina, el Zorro pero adeco-copeyanos jamás volverán.
Las escenas de "La isla de la fantasía" o en su defecto, como ejemplo El País de Narnia, Es que La isla de la fantasía o el País de Narnia, no solo brillaba por las fantasías de los personajes o por la química del señor Roarke y Tattoo, sino también por este listado de rostros muy famosos para aquellos años. Ellos le daban ese toque extra. Las historias parecían no agotarse nunca, y el humor entre Roarke y Tattoo fue creciendo temporada tras temporada. Una serie que nunca terminaba de explicar cómo ocurrían las cosas que veíamos y que siempre se guardó el verdadero secreto detrás de todo, de cómo se robaban los activos nuestros en el exterior. Su frase emblema quedará por siempre en la historia de la televisión y nadie impide que volvamos a decirla: "¡El avión, el avión!", pero si sirve "Devuelvan el avión Jefe".
Creo que analizado lo que para muchos fue una serie televisiva muy gringa, podemos hacer la analogía de los personajes. El señor Roarke es el Tío Sam y Tattoo son los enanos mentales de los líderes de la oposición venezolana, que ayudaron junto con otros Tattoo del sur el secuestro de Nuestro Avión…Devuelvan el avión levantan la voz para que el Jefe que se ha dado la tarea de robarnos como un vulgar ladrón los bienes venezolanos en el exterior.