La oposición carece de un proyecto de país, que le permita capitalizar la mayoría de electores a los fines de ganarle al Chavismo el 28 de julio. El camino se le presenta torcido, diatriba interna tratando de superar contradicciones para consolidar una candidatura impuesta e improvisada sin consultar a los electores de la oposición venezolana. Una candidatura que no tiene un discurso cónsono con la situación del país y no demuestra solidez para enfrentar un proceso electoral, con características muy especiales. Tampoco representa al mesías que el pueblo sigue esperando. En fecha reciente el Sr. Samark López pone sobre el tapete todas las interioridades del plan, que todavía no salimos del asombro de Tareck El Aissami. La trama donde encontramos a Julio Borges y Leopoldo López, vinculados a Tareck El Aissami, también afecta la candidatura presentada por la Casa Blanca. Para las elecciones programadas para el 28 de julio.
Las Elecciones Presidenciales siempre provocan un considerable nivel de incertidumbre social, pero la tensión política viene dada por la inestabilidad de un escenario electoral que demuestra que los actores políticos no se reconocen mutuamente. Ese clima político presagia una creciente desconfianza durante el proceso electoral. El bloqueo criminal contra Venezuela es injusto; ha causado heridas en la sociedad venezolana, y en el desarrollo económico nacional; afectando a los sectores productivos, “tanto públicos como privados, de nuestro país". La presentación en sociedad del candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) para las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, Edmundo González Urrutia, luce para sus electores algo más que un fraude.
Para a la oposición venezolana, existen dudas, de ganar el candidato impuesto por la Casa Blanca, quien va a Miraflores, debido que a quien ha estado haciendo campaña es la candidata eterna María Machado, la presencia de la reina del fascismo, en campaña en ausencia del candidato Edmundo Gonzales Urrutia de 74 años de edad, distorsiona la candidatura oposicionista para este proceso programado para el 28 de julio. Se ha visto interrumpida por compromisos médicos que el exdiplomático mantiene por su avanzada edad. Este podría considerarse su primer paso en falso ya que no ha ocultado el cansancio y su condición de salud asociados a su edad, un elemento que proyecta debilidad más que fortaleza ante el electorado opositor de la PUD, al cual le han vendido como "alternativa" de último momento una figura sobre la cual rondan preocupaciones de esa índole.
La candidatura de Edmundo González, a pesar de presentarse forzosamente como una alternativa alejada de la política tradicional, en realidad se enmarca dentro de sus segmentos más habituales. El candidato no es extraño a la esfera de los partidos tradicionales de la IV República, lo cual ha quedado demostrado en los cargos de importancia que ocupó en la extinta MUD. En una entrevista con el diario español ABC, afirmó: "Nunca he militado en ningún partido. Siempre he tenido independencia. A la izquierda nunca, de eso sí puede estar segura".
Otro elemento que ha pesado contra Edmundo González, en las primeras de cambio ha sido la proyección de una imagen elitista. El candidato viste generalmente de traje y corbata, se negó a recorrer el país, para intercambiar con el electorado y ha preferido la comodidad de su hogar para atender entrevistas y sostener reuniones privadas. Son elementos simbólicos donde subyace un mensaje de desprecio hacia la población y una concepción de superioridad de clase, una debilidad que puede ser aprovechada por los otros candidatos opositores y por el propio presidente Nicolás Maduro.