Las frases que acompañan al título de este articulo, pudieran ser el enunciado de una pieza publicitaria, auspiciada por la FEVAP (Federación venezolana de agencias publicitarias), dado que la economía del país goza de una formidable salud, tanto que nos mantiene haciendo colas, no para ponerle gasolina al carro, sino para comprar vehículos e importar productos, mas que en los buenos tiempos de la Venezuela saudita. Pero desafortunadamente la conspiración es un negocio redondo que se cuadra en la televisión, y brinda oportunidades de ascensión al top ten nacional, y eso significa muchísimo dinero y muchísimo poder. ¿Quién va a pelar ese boche?
Durante el tiempo del criminal paro petrolero, cuando la red de televisoras y radios privadas se encadenaron, por espacio de algunos meses, y en donde se transmitieron mas de 17 mil mensajes publicitarios en contra del pueblo bolivariano, constituidos como mensajes de guerra, odio, xenofobia, racismo, en busca de lograr desatar una gran espiral de violencia que justificara la intervención de las fuerzas norteamericanas en el país, y así derrocar al gobierno legitimo del pueblo, se asomó la intervención de la industria publicitaria en la estructura de poder que estaba detrás del golpe, cuya cabeza visible eran las televisoras.
Hoy ese asomo, deja otra huella igual a la que nos tienen acostumbrado los opositores, cuando en desbandada, huyen de los espacios en los que no pueden seguir ejercitando sus barrabasadas. Como lo hizo Carmona El Breve, y sus secuaces, cuando dejaron una serie de miserias en su atropellada salida de Miraflores (una agenda donde aparecía la lista de compinches que lo acompañarían en la dictadura, y los videos que testimonian la traición). Como lo dejó Napoleón Bravo cuando abandonó el 23 de Enero (“por lluvia”) y dejó el storyboard de la comedia que debía montar en esos predios revolucionarios (en uno de sus tramos decía “ahora llora”). Como los contenidos melodramáticos del apuntador de Miguel Ángel Rodríguez. Como la sobria, austera y comedida Norkys en una pieza elaborada para aparecer decentes ante la sociedad civil, en descarado contraste con la iracunda aparición en la tarima de apoyo a RCTV. Como el guión que han dejado abandonado hoy los estudiantes opositores, en su inexplicable desprecio la Asamblea Nacional, donde tenían la histórica oportunidad de hablarle al mundo, a través de todos los medios de comunicación, como habían exigido que sucediera (contradictoriamente horas después denunciaban en una rueda de prensa, no estar de acuerdo con las cadenas de radio y televisión, por lo cual evadieron el debate).
Así como las televisoras privadas sustituyeron a los partidos políticos, y se convirtieron en la nueva maquinaria militante, capaz de suplir el viejo sistema dejado por esas estructuras decadentes, así los publicistas sustituyeron a los ideólogos en la política de oposición, o mejor dicho en la política de contrarrevolución. Y no podía ser de otra forma. Si el neoliberalismo es propagado con una ductilidad vertiginosa por los canales de televisión privados, estos terminarían devorados por sus vicios. La razón de ser de un canal privado de televisión, es vender productos y servicios; para ello debe tener una programación que cautive al público, pero que jamás lesione su naturaleza comercializadora. Debe “entretener” paseando al usuario por una eterna vitrina donde encuentra todo lo que pueda ser comprado o vendido. “Educar” para que el ingenuo espectador, tenga la capacidad de moverse con mayor facilidad en el mundo de los negocios. “Informar” a ese público para que compre con mayor impulsividad y así mantener un circuito vicioso, en donde se crean necesidades de consumo que luego son satisfechas, por lo menos en la dimensión intelectual. Y esto lo hace a través de todo el contenido puesto en pantalla. Hasta la más candida aparición en ella, es sospechosa de la intención de comercializar algo.
Pero esa formidable capacidad de vender de la televisión, no descansa solo en las bondades del medio como tal, sino también en la complementación de otra industria que no hace mas que vivir de todos, pero nadie vive de ella: la publicitaria. Una industria que poco se publicita a si misma (sin embargo el 13 de abril del 2002, en el diario el Nacional, sacó un anuncio a media página que rezaba: “…es un orgullo estar junto a ustedes” Se refería, a sus amigos, textualmente: Globovisión, PDVSA DELTAVEN y PDVSA Gas. Firma el anuncio, ARS D`Arcy). Siempre se mueve tras bastidores y casi nunca arriesga el físico, a pesar de que sus actividades oscila entre hacer que los productos se vendan a granel, manejar la imagen de aspirantes a jefes de estado, hasta las diseñar campañas para derrocarlos. Procesan abundante información y de alta calidad, de allí su gran capacidad para producir piezas cuyo acicate, entre otras cosas, está la de propinar efectismo entre la población. Entre los conspiradores son los que no sacrifican sus ganancias, pues su ideología no les permite sino ganar, siempre ganar. Ellos fueron de los que en la estructura golpista, no dejaron de cobrar sus honorarios y mantuvieron la dinámica neoliberal del flujo de capitales.
Ahora, cómo hemos llegado hasta aquí. Cómo es que los publicistas olfatearon este negocio. Los parásitos engordan a expensas de su benefactor. Ellos simplemente estaban allí en el medio. Y como su motivación es la de desarrollar ideas que vendan, sin importar qué, el neoliberalismo cundió la especie de que el hombre solo podía relacionarse a través de las leyes del mercado, y que estas eran capaces de fluir sin la mediación de ningún ente regulador, en tal sentido, el mejor Estado era aquel que no existía o que estuviese privatizado. Es así que la libre empresa, o el libre mercado, empieza a campear en la mente de hombres y mujeres, no solo como imposición del sistema capitalista en lo material, sino como producto cultural. Nace la empresa como objetivo en las aspiraciones de la gente, y con ella toda su parafernalia: el producto, la marca, la imagen, la corporación, la gerencia y sus ilimitadas posibilidades. El gerente sustituye, en el rol de generar ideas para la transformación, al político, que buscó ser cortesano en los medios faranduleros, y este fue presa fácil del parasito que estaba incubado allí (el publicista).
El Gerente de marca y el creativo, toman iniciativas que la cucaracha en baile de gallinas, no puede tomar por razones obvias. Las ideas que un gerente sustituyendo al político, iba a poner en práctica, las generaba el redactor creativo, y por lo general estos trabajan free lance, en otras palabras, solo obedecen a su única y egoísta condición individualista, ni siquiera comparten una idea en común con sus socios, en relación al tema de la orientación nacional, porque ese tema sencillamente no existe en la dinámica del mercado. En un gran bazar lo prioritario es que la mercadería esté en los anaqueles bien exhibida.
Así los discursos de los neopolíticos son brillantes en tanto contengan ideas que suenen bien, sean cortas y conlleven un gancho o una promesa que mantenga la expectativa de la masa, sobre todo, en trances de conspiración. “¡Ni un paso atrás!” “¡Basta ya!” de la Coordinadora Democrática, empujó a la gente a Miraflores con la esperanza de sacar al Comandante de la escena política. Pero es que esta expresión no solo era una consigna, como toda lucha debe tener, sino que constituía todo el discurso que vociferaban a diestra y siniestra sus líderes.
“Con mis medios (privados ni medio) no te metas” fue el colmo del cinismo, la consigna convertida en discurso para curarse en salud, al avizorar en el horizonte, la respuesta del pueblo; para proteger sus intereses particulares, sus negocios familiares. Solo la generación RCTV, formada bajo la mentoría mediática, podía salir en defensa de semejante causa.
En fin, las señoritas que se montan en un ring de boxeo, con la pretensión de dar golpes por capricho, deben estar dispuestas a recibirlos, como parte de la vida en la arena. Así como lo han hecho, los amigos con sotanas, cada vez que arremeten con una envestida antirrevolucionaria, han recibido una respuesta contundente. Aquí nadie es intocable y si incurren en delitos como es de suponer, en el caso de los mensajes subliminales y en la propaganda de guerra, deben someterse a la ley. Por ahora tendrán respuestas en el terreno de las ideas, y es valido que se defiendan, pero por favor hagan un esfuerzo mayor en ser creativos, y no salgan con la estupidez de “¡Con mis agencias publicitarias no te metas!”. Aceptamos algo así como “¡Defendemos el libre ejercicio de la publicidad!” como lo tiene ANDA (Asociación Nacional de Anunciantes) en su página electrónica: “Libertad para escoger, libertad para anunciar“.
De todas maneras, estando inmersos en el mundo de la farándula, los publicistas no escapan al derroche de ego, y en el último número de la revista Producto, aparecen cual exhibicionistas, las diez agencias mejor situadas en el mercado con sus astronómicas cifras de facturación. Allí están quienes han escrito el guión discursivo de la oposición golpista venezolana en los últimos años.
Al despedirme, aprovecho la oportunidad para rendirle homenaje a los valerosos estudiantes revolucionarios, quienes defendieron la posición del pueblo en la Asamblea Nacional. Brillante juventud ¡Vivan los estudiantes bolivarianos!
Así también un caluroso saludo a la camarada Lina Ron por haber tenido la valentía de denunciar el exterminio de líderes comunitarios por la acción del sicariato. ¡Viva la valiente Lina Ron!
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