La confrontación que hemos tenido que soportar los venezolanos en los últimos años se ve empañada por la intervención en el equipo opositor de una serie de actores que levantan nuestras suspicacias.
Actor 1: Fedecámaras: Organismo de la cúpula empresarial, convertido en suerte de partido político con claras aspiraciones de ascender al poder político, como quedó plenamente demostrado en el golpe de abril, llamado el Carmonazo, por la intervención del ungido por la Providencia, Pedro Carmona Estanga.
Actor 2: CTV: Organismo de la cúpula sindical, vinculado a los partidos tradicionales, en un extraño matrimonio con el sector empresarial, unidos para derrocar al actual gobierno.
Estos dos primeros actores quedaron muy debilitados luego de su participación activa en el Golpe de Estado, paro empresarial, paro petrolero, en los cuales fracasaron rotundamente en su pretensión de derrocar al Gobierno.
Actor 3: Medios de Comunicación Privados ( Prensa, radio y televisión ) encadenados en diversas oportunidades para exponer una realidad virtual, bastante distante de la realidad verdadera. Si siguiéramos los titulares diarios ( cual parte de guerra) la crisis política, social y económica del país nos hubiera llevado hace tiempo al despeñadero, al caos, a la anarquía. Cualquier observador extraño que cayera en paracaídas al país en un día cualquiera (navidades, carnaval, etc. ) se preguntaría si esta es la crisis que tanto mientan. Por otro lado los defensores de la libertad de expresión, sólo permiten expresarse libremente y sin presiones a los que se manifiesten en contra del gobierno, no permitiendo ni siquiera las observaciones que, sin ser favorecedoras del gobierno, le dejen un margen de realizaciones positivas. Es decir, que para esta gente, el porcentaje de personas que apoyan al Gobierno o son unos tarados o unos ignorantes, o unos marginales.
Las reacciones frente a la no renovación de la concesión a RCTV, ha sido excusa para manifestar por la libertad de expresión, pero que demuestra con claridad que es la lucha por “una” libertad de expresión y por la censura de los que contradigan sus intereses.
Los medios de comunicación han conservado su papel protagónico en su continua crítica al Gobierno, pero sin capacidad para llegar a la base del apoyo popular al Gobierno. El pueblo no se deja influenciar por estos actores mediáticos, al contrario mientras aumenta la agresión mediática más crece el apoyo popular al proceso revolucionario.
Actor 4: Jerarquía de la Iglesia católica, apostólica y romana en confrontación permanente con el Gobierno, colaborando con cuanto plan exista para derrocarlo, negando cualquier logro del régimen. Lamentablemente esta jerarquía nada democrática, sin autoridad moral para hablar de libertades, se alinea con los intereses económicos dominantes, (como lo ha hecho siempre) alejándose años luz del verdadero mensaje de Cristo y, por ende, alejándose del pueblo.
Actor 5: Gobierno de USA. Muy interesado en los problemas venezolanos. Más que nunca. ¿Por qué será? Financiando actividades de diferentes organizaciones para defender la “democracia”, con amplia y comprobada participación en los planes desestabilizadores orquestados en el país.
Una muestra palpable fue el papel protagónico de Condolezza Rice en la OEA para defender a RCTV y del propio George Bush, para hablar de esa Libertad de Expresión de los poderosos grupos económicamente dominantes. Sin embargo en su país la libertad de expresión se encuentra abiertamente censurada con la llamada Ley Patriota que permite toda clase de excesos.
Estos actores contaminan la confrontación política que debiera desarrollarse liderada por actores políticos. Es decir, los partidos políticos. Por definición los partidos políticos tratan de defender intereses generales. Buscan el poder político para tomar las demandas de los distintos actores sociales y económicos y tratar de armonizarlas. Los grupos de presión, por el contrario, defienden sus intereses particulares. Cuestión elemental de sociología política. La aparición de estos cinco actores con un papel tan protagónico nos genera urticaria. Nos cuesta trabajo apoyar sus actuaciones, su comportamiento. Por otra parte, una oposición política huérfana de proyectos, nos parece subordinada a esos grandes intereses y es difícil pensar que puedan representarnos a todos. Están sumergidos y arrastrados por esos grupos poderosos. Por eso mientras aparezcan en el line-up de la oposición esos cuatro actores arriba mencionados, el pueblo se aleja más de ella.
Realmente nos gustaría una confrontación política entre actores realmente políticos, con la pretensión de defender intereses generales, con proyectos de sociedad que nos incluyan a todos, respetando las reglas de juego democráticas. De lo contrario todo indica que la única propuesta de estos sectores implica ponernos de rodillas ante los todopoderosos (externos o internos) y entregarnos a sus “sagrados” intereses. Algo muy distinto sería si pudiéramos valorar propuestas y programas serios que pudieran constituirse en alternativas serias para oponerlas al proyecto que ha alcanzado reiteradamente el apoyo popular. ¿Será posible?
mfeolac@yahoo.com