Cynthia Machado Zuloaga me llamó desesperada el jueves 5 de julio porque , Roberto, tengo que hablar contigo, este día no hay nada que celebrar, esta oposición no es consecuente con sus postulados, así, como el día del periodista no había nada que celebrar, hoy tampoco tenemos nada que celebrar, vente para el San Ignacio que allí te explico mejor.
Y allí la encontré en el cafetín de siempre y con unos cuantos mirones alrededor que caminaban viéndola de reojo. Llegué y se levantó, me dio un beso y volvió a su silla, el mesonero se acercó y trajo un café y ella aprovechó y pidió otra botellita de agua Evian, y comenzó a decirme que están locos, Roberto, no son consecuentes, por eso nadie les cree nada, hoy gente de la oposición puso la bandera en sus casas, y lo peor, las pusieron derechitas, después que habíamos acordado que había que ponerla al revés para que el Presidente tuyo, el Chávez ese, se molestara, pero no, salieron a cumplir con un hecho histórico que nos reivindica, así me dijo un historiador que ahora se nota que está conciliando. Y además, algunos salieron para el Paseo los Próceres a ver el desfile, no chico, sencillamente aquí no hay oposición, si no son capaces de entender que este 5 de julio también se convirtió en un hecho chavista, entonces que se vayan despidiendo del poder.
Respira. Toma agua y respira. Agitada está la niña Machado Zuloaga. Y dice que, cada día se están volviendo pueblo, tú los ves y parece que están loquitos por ponerse una camisa roja y salir a marchar, no puede ser, son cobardes, y me duele decirlo, sobre todo porque conozco a algunos de ellos, que han ido a mi casa y mi familia los ayudó bastante en los gobiernos adecos y copeyanos, y ahora ellos no son capaces de ayudarnos a nosotros a salir de este Presidente que está acabando con mi país.
El mesonero vuelve y me quita la tacita de café y dice que si quiero otro, ella lo ve y pide una nueva botellita de agua. Está rabiosa Cynthia. Y verla así es verla más linda. Con su sencillez. Su blusa abierta y casi con los senos al aire. Sus pantalones negros y holgados que tienen molesto al mesonero porque no logra verle nada.
Cynthia dice que se va, que la perdone, pero está muy mal, ha tenido que quitar las banderas en su urbanización porque le molestó mucho que sus amigas estuvieran celebrando un acto chavista y así no se tumba gobierno, Roberto. Y se levanta y va hasta su BMW descapotable que la está esperando.
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