DESDE CARACAS.- Está linda y preocupada Cynthia Machado Zuloaga. Me dice que va a tomar la palabra y que no la interrumpa. También le hago señas al mesonero para que no se le ocurra acercarse mientras ella, tan sensual, tan escandalosamente buena, esté hablando conmigo. Y comienza Cynthia.
- Es el colmo. Durante muchos años mi familia alimentó y becó a todos esos dirigentes adecos y copeyanos con un solo fin, con el fin de que esta democracia representativa durara toda la vida. Y ellos sin embargo, se la vivieron, mandaron a sus hijos a los mejores colegios, se apoderaron de los mejores puestos en la administración pública y allí fueron colocando a todos sus familiares protegidos con esa famosa ley de Carrera Administrativa, que no me explico porqué tu presidente no la ha eliminado de un plumazo. En fin, amigo, le dimos de todo en la familia, no sólo en la mía, en muchas otras familias, los invitábamos a nuestros bautizos para que se sintieran en familia, se tomaban tragos con mis padres y mis tíos, y ellos comenzaron a creerse que de verdad eran ricos de cuna. Ahora estamos dando lástima.
Viene este hombre, es decir tu Presidente Chávez, y se planta allí en su Asamblea Nacional, porque esa asamblea es de él, y nos dice que va a reformar la constitución en un diez por ciento, es decir, treinta y tres artículos. Y salimos nosotros a decir estupideces, que si las seis horas de trabajo son para castigar a las canales por cable, que si Bolívar no quería un presidente vitalicio.
Es increíble cómo hemos dicho estupideces. Y para colmo, lo que me parece mas bochornoso, sacamos a San Nicolás, es decir a Luís Miquilina a pedir, que por favor, por lo que más quieran, defiendan la constitución de 1999 que esa sí es una constitución, después de que todos habíamos dicho que el único artículo que apoyábamos era el 350, es decir, el artículo que nos permite salir de Chávez por la violencia pacífica, qué te parece, la violencia pacífica, algo así como el paro activo.
Se detiene y la veo a los ojos y, confieso, que nunca había visto tan cerquita unos ojos tan asombrosamente hermosos. Y sigue diciendo.
- ¡Sálvame de este vacío, amigo, porque esto sí es un vacío. Esto es un desierto. Una soledad tan sola. No contamos con nadie con medio dedo de frente que nos indique dónde esta la salida. Sálvame, Roberto, llévame contigo a cualquier parte, porque no soporto esta soledad de hombres de oposición, no soporto estas nulidades engreídas y mediocridades consagradas que nos quedan.
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