Es bien curioso y más allá de ello causa incontenible hilaridad los llamados que hacen algunos teóricos emblemáticos de la oposición, como el inefable ex senador del viejo parlamento cuartorepublicano por AD, Carlos Raúl Hernández, a votar en el referéndum para derrotar la propuesta del presidente Chávez de reformar la Constitución del 99.
En su artículo publicado en el diario El Universal del 06/08, bajo el título: ¡A Votar!, observamos que Hernández sólo se atreve a proponer tan “delicado” asunto a esa desquiciada oposición no sin antes recargar su discurso de epítetos e insultos del mayor calibre hacia el presidente de la República y, obviamente, a su régimen “despótico”, pues con ello llega hasta a pensar que así se libra de ser repudiado por sus conmilitones de siempre, los que, como sabemos, andan todos del timbo al tambo, apostando al derrocamiento de Chávez y hasta en su asesinato y menos pensando en elecciones, las que, según lo reafirman una y mil veces en sus artículos de prensa y en las permanentes comparecencias a que son invitados en los programas de Globoterror: “el chavismo las tiene amarradas, gracias a mecanismos tramposos superblindados que diseñó Jorge Rodríguez antes de que se retirara de la presidencia del CNE”.
Pero si bien es cierto que son personas que parecieran haber recuperado un tanto la racionalidad y la sensatez y que, por otra parte, ya no quieren seguir siendo perdedores, sino que aspiran a construir, quizás, para concederles el beneficio de la buena fe, una alternativa política distinta al socialismo bolivariano, nada bueno le auguramos a Carlos Raúl, pues por sus espacios del convite neoliberal esas salidas cívicas y de respeto a las reglas del juego de la democracia están totalmente descartadas, por lo que no tenemos la menor duda de que recibirá a cambio de su atrevida propuesta, no solamente el aislamiento de sus compinches históricos, sino los ataques más agresivos que nunca antes pudiera haberse imaginado.
Carlos Raúl Hernández no parece ingenuo cuando lo escuchamos en sus peroratas de experto politólogo por la televisión, pero con estos cambios de ruta no queda la menor duda de que lo es, pues pareciera que olvida lo que, por ejemplo, le ocurrió a Claudio Fermín, quien pretendió marchar por los cauces de la democracia y esa oposición, que es manejada por los medios a su antojo y que Hernández pareciera desconocerlo, le cerraron todas las puertas y jamás hemos podido volverlo a ver.
Ojalá erremos en nuestros pronósticos y Hernández logre conseguir, sin los asedios y las retaliaciones de la politiquería barata y sucia de la cual él ha sido parte muy activa, su objetivo de retomar la lucha política seria, dentro de los cauces de la democracia y que, además, su llamado “a votar” sea escuchado.
A nadie le conviene la abstención y menos aún a una oposición que vuelve a tener ahora otra nueva oportunidad para ver si sale del abismo al que fue a parar por su propia torpeza…
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