Los carroñeros del imperio dejaron la prudencia y el disimulo que escondían detrás de sus pantallas llenas de mentiras y evidenciaron su monstruocidad golpista, con las mismas características que antecedió al 11 de abril 2002.
Salieron en bandadas escoltados por sus compinches mediáticos a calentar las calles, desempolvaron sus desgastadas piezas, olvidadas por falta de credibilidad y las zumbaron a las calles, desesperados sin dirección ninguna, a buscar los muertos que necesitan por encima de de cualquier obstáculo, en vez de buscar votos, para no perder su permanencia en su palestra de fracaso.
Según lo evidenciado por los golpista en estas ultimas arremetidas, todo hace suponer que el plan es el mismo; hasta ahora se han evitado los muertos que en el pasado en este tiempo ya estaban consumados, pero sabemos que la desesperada búsqueda continua, lo que pasa es que hoy en día no tienen plaza Altamira, además no encuentran la manera de reunir gente, están en crisis, sus voceros que son las jinetearas, perdieron credibilidad y la angustia los esta desesperando ante la urgencia que tienen de parar este huracán que se les viene encima el 02-12-07, que se llama REFORMA.
Hay que recordarle a los disociados, que desesperados persiguiendo seudo lideres mediáticos que solitarios incitan a la muerte, al emblemático y abandonado en cualquier cárcel de Venezuela, Gouveia el personaje aquel que disparo en la plaza, donde fallecieron personas de su misma tolda, que utilizarían en el plan golpista de entonces y fue el principio para desmontar un batallón de asesinos que camuflaban en un cuartel que operaba en los sótanos de la plaza del monumento al fracaso.
La orden esta dada, los seguidores de carroñeros, que se despedazan entre si están advertidos, la arremetida mediática es desesperante, están haciendo creer a los pocos seguidores que tienen, que son mayoría, los están engañando porque saben que es la única manera que pueden acompañarlos hacia la muerte, en el fondo saben que sus posibilidades no serán viables, hasta que no se metan en el barrio con una verdad distinta a la mentira que los hace hundirse día a día, en un abismo donde su condición de carroñero solo les permite esperar y depender de la muerte de sus hermanos, para ver si un golpe de gracia los hace salir del hueco en el cual se hundieron y que esperan revivir con una tragedia inimaginable.
Alerta pueblo no le des el placer a los carroñeros que revivan sobre tus cenizas, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.