Nueva Misión "meterlos en cintura"

Lamentablemente, gracias a la transmisión de falsos mensajes e instigación a la violencia realizado por el imperialismo yanqui y sus lacayos, un grupo significativo de las clases altas y medias se encuentran en una fase de disociación extrema en esta Venezuela Participativa, Democrática y Protagónica. Es común observar a supuestos periodistas, locutores o analistas vociferando como orates sobre las propiedades que les va a quitar el dictador Chávez; sobre la necesidad del golpe de Estado, el magnicidio o los llamados a una marcha (entiéndase bochinche) sin retorno; habitual es la presencia de "estudiantes" "civilistas" y "pacíficos" afanados en la destrucción de materos, quema de chaguaramos y destrucción de postes de luz eléctrica en la Av. Bolívar de Caracas. De igual modo tenemos el asesinato de una estudiante en la Universidad del Zulia, como consecuencias del enfrentamiento entre delincuentes políticos oposicionistas y paramilitares al servicio de un cierto sector del oposicionismo.

Inexplicable nos parecería el homicidio y saña que se implementó contra el joven trabajador José Oliveros Yépez abaleado y luego golpeado en el piso, en el estado Carabobo recientemente, sino fuera porque tenemos conciencia del rigor utilizado por la cúpula de la iglesia Católica, algunos Consejos Universitarios, las empresas privadas de comunicación, los llamados partido de la oposición y sectores recalcitrantes de la oligarquía en la configuración de una mentalidad desquiciada y criminal en los sectores de la oposición.

Trabajo, mucho trabajo tendrán de ahora en adelante psicólogos y psiquiatras tanto en Venezuela como en Miami.

Pero todo ello no es más que consecuencia del encono de las clases privilegiadas temiendo perder sus privilegios y es también la precaria gobernabilidad que posibilita el mejor caldo de cultivo para vivir en una "normalidad" donde lo normal es lo anormal; donde cuatro delincuentes pretenden violar a una mujer policía en Mérida y entonces son elevados a la estatura de héroes; donde un supuesto periodista arremete y ofende públicamente a una diputada de la Asamblea Nacional en su condición de madre y los gremios de periodistas guardan silencio; es un mundo de prefiguración de un nuevo fascismo donde unos cuantos delincuentes se esfuerzan en quemar vivos a unos policías, los agreden y humillan y a las pocas horas están dando una rueda de prensa comentando su proeza. Mayor desvergüenza y cobardía imposible más cuando sumamos la peligrosa presencia de la impunidad en donde los delincuentes políticos ya descritos son detenidos in fraganti y sin embargo a las dos horas están en libertad y elevados a la condición de semidioses.

Ante la situación descrita la alternativa no es otra que salvaguardar los intereses colectivos, mantener la calma ciudadana y re-educar hasta donde sea posible a los incontrolables, valiendo acá la conseja de nuestros viejos: "Mejor unos chaparrazos a tiempo, que la malacrianza de los muchachos". Así, en el entendido que a nivel gubernamental se están tomando las medidas del caso, pero que esta situación requiere de acciones de inmediato impacto, se impone la aceleración en la aplicación de la inteligencia, controlaría y acción social en función de garantizar la armonía popular, en tal sentido proponemos que en cada comunidad, caserío campesino, barrio, urbanización, centro de estudio, deportivo, comerciales, cultural o de trabajo se instrumenten:

- Equipos para la vigilancia social cuya función no es otra que hacer seguimientos a las acciones de los grupos violentos, ubicar sus refugios y centros de planificación de sus acciones, inventariar sus relaciones, fuentes de sus recursos y recurso;

- Conformación de Centros de Reclusión de los sujetos que sean capturados in fraganti realizando acciones vandálicas y en donde se les pueda recriminar por las consecuencias de sus acciones, firmar sus declaraciones y obligarlos por escrito a cancelar los gastos por los daños causados a la sociedad.

- Impulsar jornadas de pelas o chaparreo popular mediante el uso de chaparros tipo caroreño, palo cochinero, verga e toro o de cualquier pedazo de cable que sirva por exorcizar los demonios de violencia presente en estos individuos. Para esta última acción bien puede hacerse uso de plazas públicas, estacionamientos, callejones del barrio, restaurantes o cafetines, estaciones del Metro y parques de recreación.

- El merito de estas palizas o chaparreo reside en hacerle coger juicio y sentido común a estos muchachos y hasta viejos malcriados, abusadores, irresponsables, faltas de papá, de donde, el chaparreo, el exorcismo popular solo pretende sacarles la malcriadez, el espíritu de abuso, la irresponsabilidad y darle en la calle el papá responsable que no tuvieron en casa han tenido.

Lo importante en todo caso es que el delincuente político, el terrorista, el conspirador pity-yanqui comprenda en el terreno y en la acción directa que el arma fundamental del proceso bolivariano es la inventiva y participación popular ante la cual es inaudito que cuatro locos, dosw curas borrachos y tres universitarios vagos pretendan destruir el proceso y desde nuestra parte no exista respuesta alguna.

Por último, bueno, muy bueno sería que esta oposición descocada emprenda a partir de la derrota del NO el 2 de diciembre su MARCHA SIN RETORNO, allí estaría presente la solución habitacional para muchas familias venezolanas, por lo tanto es parte de nuestro trabajo estimularlos a tal acción de donde, desde ya hay que ir haciendo el inventario de viviendas y urbanizaciones con el fin de apartar la morada deseada. Recordándoles también que incluyan en el inicio de esa marcha sin retorno dejarnos las llaves del carro, las tarjetas de crédito y la nevera llena.

¡Sí a la marcha sin retorno!
¡Solo un buen chaparrazo a tiempo libera al endemoniado!
¡Solo el pueblo salva al pueblo!


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Luis Villafaña


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