Triste mañana aquella del 2 de Diciembre cuando tú, otrora Primera Dama de la República, fuiste a ejercer el Derecho al voto. Y es que tú, no sólo te conformaste, irónicamente ejerciendo tu Derecho a la libertad de expresión, de llamar a votar NO, y es que tal vez eso no tenga trascendencia alguna, porque a fin de cuentas no fue ese llamado lo que influyó para perder el referendo de propuesta de Reforma Constitucional, lo que me sorprende de ti es que no tuviste una idea más brillante ese día y en ese momento de “votar” que hacerte acompañar de la hija que fue producto del “amor” que alguna vez profesaste al Presidente Hugo Chávez.
Esa mezquina y oscura actitud te rebaja a los niveles del oscurantismo histórico contemporáneo, semejante al de una madre que maltrata a su hijo con los más férreos latigazos y castigos inhumanos. ¿O es que acaso, había pruebas de que las “Hordas”, irían a agredirte? o mejor dicho, como lo insinuaste de que turbas chavistas por orden presidencial serían capaces de agredirte no sólo a ti, sino también a la hija precisamente del Presidente.
Y no sólo te bastó el “espectáculo mediático” que hiciste como en tus mejores tiempos, cuando en momentos de desquiciamiento opositor y “paro petrolero”, como Presidenta “Honoraria” del Consejo Nacional de Derechos del Niño, Niña y del Adolescente y de la Fundación del Niño, llamabas a la calma y a la reflexión para evitar que los niños, niñas y adolescentes fueran utilizados en la diatriba política, so pena de ser sancionados aquellos padres o madres conforme con lo estipulado en el artículo 79 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y del Adolescente (Lopna). Asimismo, la ex – Primera Dama violenta los artículos 28, 32 y 65; los dos primeros relacionados con el Derecho al libre desarrollo de la personalidad y la integridad personal y el último con el Derecho al honor, reputación, propia imagen, vida privada e intimidad familiar, en virtud de que la niña fue vinculada por designios de su madre a una situación de tipo político, en la cual está directamente involucrado su padre, es decir, el Presidente de la República
Y ahora me pregunto: ¿dónde quedó aquella mujer ecuánime, ponderada en el hablar y de actitud apegada a lo establecido en la propia Constitución Bolivariana, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y la Lopna? Ahora te convertiste en enemiga de tus propias palabras. Hoy no sólo mancillaste los mensajes que alguna vez en tu vida dirigiste a quienes utilizaban indiscriminadamente a sus hijos e hijas en “manifestaciones proselitistas” como carne de cañón con fines esencialmente políticos; ¿el fin justifica los medios?, sin pensar que el día de mañana tu hija te reclame por qué la utilizaste para un fin tan bajo, no sólo en la acción en si misma, sino en valerte de su aspecto cognitivo en desarrollo para hacerla aparecer en cámaras de televisión en “contra” de su padre.
Triste final, para quien en algún momento compartió el lecho presidencial y quien hoy, tiene la custodia de una niña quien está cargando con las consecuencias de una ruptura de la cual pareciera que la niña es el medio de venganza para cobrarla. No obstante, la participación de las instituciones de protección, dependen de una decisión presidencial, la cual no llegará por la magnanimidad del Jefe de Estado. Sólo nos queda a nosotros, exigirte en los propios derechos, que una vez tú irónicamente exigiste a un grupo de padres y madres disociados, que pongas fin a tanta manipulación y perturbación psicológica sobre la hija del Presidente. Que Dios y tu hija te perdonen.
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* Ex – Presidente del Cedna Nueva Esparta