Al parecer algunos opinadores antichavistas se quedaron locos con el resultado de la cumbre del Grupo de Río. Solo atinan a expresar opiniones y análisis basados en especulaciones propias del hipotético mundo del pretérito pluscuamperfecto.

La epidemia es de dimensiones internacionales y hasta el eje Caracas-Miami quedó desalineado. Alberto Franceschi y Andrés Oppenhiemer, sin un pelo de vergüenza, presentaron los respectivos delirios que de igual manera HABRIAN manifestado si sus oscuros deseos se HUBIESEN realizado.

Hay que darle crédito a Alberto Franceschi. De ambos analistas, él es indiscutiblemente el más directo y sincero. Su epístola titulada, “Si había guerra Chávez caía” no deja espacios para dudas. En el mismo título de su escrito el autor mezcla sus tenebrosos caprichos, la guerra, con su infinita e inalienable esperanza, la caída de Hugo Chávez.

Pocos escritores tienen la habilidad de condensar en una frase de cinco palabras tantas emociones. Allí mismo Franceschi lo dice todo. Inútil leer el resto de su fe de vida y de excelente salud dedicada, según él, “a quienes quieren enterrarlo físicamente antes de tiempo”. Solo físicamente, porque políticamente no es más que un cadáver podrido en su resentimiento.

Lo del “analista” Andrés Oppenhiemer de The Miami Herald es triste. El eminente ganador de tantos premios, el Pulitzer, el Ortega y Gasset, el Rey de España, el Emmy, se ahoga en su propio divagar analítico. Con la delatora esperanza del que, por el bien de Latinoamérica, terminará esperando desilusionadamente, el “analista” titula su disertación, “Un conflicto que recién empieza”. ¡El analista apuesta a que la cosa sea pa’largo!

A mí me parece increíble que alguien pueda crear todo un artículo de opinión basado en una simple especulación. Absolutamente todo lo que dice el artículo de Oppenhiemer tendría validez si, como dice él mismo, se demostrara la autenticidad de los documentos encontrados en la supuesta computadora de Raúl Reyes.

Aunque la autenticidad de los documentos no ha sido confirmada, Oppenhiemer ya estableció sus conclusiones. Una de las más importantes es que por la “probable” e “inminente verificación de estos documentos” fue que Chávez y Correa dieron marcha atrás “en su escalada de amenazas”. En todo caso, todo es eminentemente probable.

De lo que sí no quedó dudas, si tuvo la oportunidad de ver al presidente Correa en la cumbre, es que este mantuvo y sigue manteniendo su posición. En ningún momento dio, como dice Oppenhiemer, paso atrás en sus planteamientos.

Oppenhiemer llega al extremo de mentir descaradamente. Afirma que como parte del acuerdo negociado para disipar la crisis, Uribe ofreció no enviar los documentos (los que aún están por autenticar) en contra de Chávez a la Corte Criminal Internacional.

Primero, esto es totalmente FALSO.

Segundo, ¿Cómo va Uribe a demandar a una persona con documentos que, como reconoce el mismo Oppenhiemer, aún no han sido validados?

Analiza analizador...

“Esperemos lo que diga la INTERPOL”, dice Don Andrés. Enfatiza que no cree que Uribe presentaría estos documentos al mundo si estos no fueran auténticos: “Se ha comprometido a dárselos a peritos de la INTERPOL”. Para que verifiquen su autenticidad, Don Andrés, para que verifiquen su autenticidad...

Las opiniones de algunos “expertos” parecen venir de donde vegetan a placer las especulaciones y los deseos frustrados.

Sin embargo, existe la posibilidad de que los deseos de Don Andrés se hagan realidad y que este de verdad sea “un conflicto que recién empieza”: Al parecer George W. Bush tomó la decisión de tratar, una vez más, de “liberar” a la República Bolivariana de Venezuela.

¿Será posible que no haya un americano miembro del Plan Colombia que sea experto en verificar la autenticidad de documentos?

Para mí que la INTERPOL eventualmente va a conseguir “algo”. Al menos sembrará una “duda razonable”. Esto perdería credibilidad si fuese “verificado” por algún experto norteamericano, amigo de Uribe, miembro activo del Plan Colombia.

Feico57@att.net