El chantaje de la burguesía. ¡No a la Ley del Valor!

Es indiscutible. En varios espacios y sectores de la vida pública (el abastecimiento alimenticio, la seguridad, la economía, comunicacional, etc.) se respiran aires de mejoría, de resultados reales y concretos que han desequilibrado el plan de sabotaje criminal y terrorista con el que nuestra lumpen-burguesía que pretendía doblegar por hambre a nuestro noble pueblo. La profundización de la revolución; las nacionalizaciones de algunas industrias lácteas, del cemento, de SIDOR, etc.; la derrota de la Exxon; el nacimiento del PSUV; el empoderamiento del pueblo; el temple de las ideas del socialismo; el verbo encendido y formador de consciencia del Comandante Chávez; y la lucha de clases, han resucitado el espíritu de la revolución. Pero Nadie dijo que esta batalla está ganada. Reconozcamos. Seguimos en peligro.

Además de hacer frente a las amenazas intervencionistas del imperialismo, el otro gran desafío para la revolución es reducir nuestra dependencia de aquel sector vilipendioso y vacilante por naturaleza: el “sector privado productivo”. Es por su hegemonía en el mercado -y de los medios de difusión- donde se expresa su poder que influencia y enajena a nuestra sociedad. Para mitigar este duelo, la revolución deberá destinar cada vez mas y mayores inversiones hacia sectores productivos bajo formas de propiedad social (empresas socialistas), especialmente, hacia aquellas áreas productivas de mayor necesidad y demanda (alimentos)-. A menos que reduzcamos nuestra dependencia al sector privado nos veremos forzado siempre a la improvisación y al desgaste político.

Es previsible que la derecha por medio de la violencia y la desinversión continúen sembrando la desestabilización en el país, a pesar del crecimiento económico continuo del cual también se han beneficiados. Pero el temor y la influencia y sumisión de estos sectores al gran capital transnacional va más allá de la razón. La solidaridad automática entre las burguesías regionales, y del imperialismo hacia estas y viceversa; el interés unísono de estas por emprender, o continuar, medidas terroristas para socavar a la revolución es una realidad indiscutible. Creer que si cedemos un poco a los intereses de la “burguesía nacional” estas se tranquilizarían, es más que una idiotez; es una traición.

La incapacidad de la burguesía y su desinterés provechoso por ejecutar mayores y nuevas inversiones para incrementar la producción de rubros de primera necesidad (ya que la inflación y la especulación les procuran mayores beneficios a los capitalistas, por la misma cantidad de productos producidos); y su control sobre los sectores alimenticios y crediticios estratégicos, suponen que permaneceremos bajo una amenaza constante.

Una medida de liberación o el aumento de los precios de algunos productos de primera necesidad no acabarán con la especulación. Todo lo contrario, volverían con más exigencias. Ley del Valor (del mercado) es una aberración del sistema capitalista que atenta contra la nueva sociedad socialista que intentamos construir.

basemtch@yahoo.com


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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