Con cada nuevo editorial de su pasquín vespertino, ahora matutino, perfecciona su capacidad de mentir compulsivamente. Lo más insólito es que lo hace con la habilidad de quien se pavonea ante la opinión como un analista avezado y de paso dizque centrado, crítico y de una inteligencia fuera de serie. Con ese ropaje de gran intelectual que se encumbra más allá del bien y del mal, Teodoro descalifica, veja, se burla e insulta la inteligencia del pueblo venezolano. Desde la trinchera de un odio y un resentimiento acendrados, publica editoriales rocambolescos, como el del este lunes 02 de junio, para referirse a las elecciones primarias del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que se llevaron a cabo el pasado 01 de junio. Después de uno leer semejante patraña, no puede sino inferir que el sujeto esta medicado o atraviesa por episodios de “delirium tremens”. Con su cara muy lavada, el guerrillero arrepentido y otrora comunista militante, pretende decirle al país que el histórico proceso de las primarias del PSUV no fue más que una simulación impuesta y tramada por “Yo-El supremo”, como gusta llamar al Presidente Hugo Chávez. Supremo hablador de sandeces se ha convertido este personaje, quien por muchos años fue referente obligado de la izquierda venezolana y ahora juega el triste papel de vocero calificado de la derecha más reaccionaria, recalcitrante y antinacional. Para Teodoro y su pasquín, los 2 millones 500 mil venezolanos que militan activamente en el PSUV y se movilizaron con civismo y ánimo festivo, el pasado domingo, para seleccionar a los candidatos de su preferencia, no solo son ciudadanos invisibles, sino que acudieron como borregos al servicio de los dictámenes de “Yo-El Supremo”. Su desprecio por el pueblo llega a tal extremo, que no es capaz de reconocer que en este país existen millones de venezolanos de todos los estratos sociales comprometidos firmemente con este proyecto político, por ideales y convicciones reales. Gente que no se dejo seducir por los cantos de sirena de los grandes capitales que el sí ha sabido escuchar y muy bien. Según Teodoro el PSUV “es el partido más centralizado y cogollérico del país”. El gruñón personaje asegura además que dentro del PSUV no existe debate interno, “porque nadie se atreve a discutir con el Jefe Supremo. Su palabra es la ley; sus caprichos son órdenes. Es el modelo leninista de partido perfeccionado por Stalin (y por Hitler dicho sea de paso), donde todo esta subordinado”. Sustrato mental, que de tan depurado y rebuscado se convierte en detrito puro. Curiosa caracterización la de Teodoro sobre el partido más autocrático de Venezuela; una autocracia que selecciona mediante primarias a sus candidatos para gobernaciones y alcaldías; una autocracia que seleccionó mediante votaciones a sus voceros, sus delegados y su directiva. Ah!, claro se me olvidaba los simpatizantes del chavismo, a diferencia de la encumbrada sociedad civil, son todos bestias y borregos, por más que votemos, lo hacemos a control remoto, siguiendo sin rechistar las coordenadas que dicta Yo-El Supremo. Que tristeza da Teodoro, que tristeza Dios mío.
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