Hoy está con una minifalda que tiene loco a más de uno en el Centro San Ignacio. Los tipos pasan y pasan frente a la mesa del cafetín donde siempre nos sentamos y la miran, y a mi me ven con rabia y envidia. Está linda Cynthia Machado Zuloaga. Su cuerpo es una tentación en el Centro Comercial. Y ella lo sabe y se aprovecha.
- El mundo está cambiando únicamente aquí en Venezuela, amigo. Mira lo que está pasando en Europa. Acaban de aprobar una ley para salir de la chusma. Es decir para que los emigrantes se vayan con su música a otra parte. En cambio nosotros recibimos a todo el mundo y ya no puedes salir para ningún lado porque te encuentras con colombianos, peruanos, dominicanos, en fin, todo lo que te puedas imaginar. Francia, Italia, España, comienzan a imponer su estilo. Y nosotros con tu presidente Chávez tratando de que la chusma llegue al poder. Allá los expulsan y aquí le damos poder. Cada día mi familia tiembla de la rabia.
El mesonero se acerca, como siempre, con la lengua afuera, y viendo a Cynthia con todos esos deseos ancestrales reprimidos, coloca la botellita de agua Evían sobre la mesa y a mi casi me tira el café negro encima. Pide disculpas y me dice al oído. “Hoy está más buena que nunca”.
Ella sabe que toda la gente que está pasando al frente de la mesa ya tiene horas que se repite, que es la misma gente, incluso mujeres pasan y la ven con envidia, porque no es posible que una mujer esté tan buena como esa tipa que está sentada allí con ese pobre pendejo, que hasta chavista parece.
- El mundo busca la elegancia, estilo, confort, y nosotros en el pasado, gobernando con gente que ni se sabe vestir, con gente que no tiene modales ni para sentarse en la mesa, así no se puede Roberto, así no avanzamos como nación. No me voy porque todavía tengo fe en Ramos Allup. Es mucho el dinero que mi padre le ha dado para que defienda la democracia. Tengo fe en Pablo Medina, en Antonio Ledesma, y siento que es lamentable que esos sean los hombres en los que tenemos que confiar. Este país está dejando de ocupar un lugar en el mundo. Nos ven como unos salvajes. En cambio tú ves para Estados Unidos y ves potencia, ves elegancia en Condolezza, ves decisión en George Bush, ves poder en todos ellos. Y nosotros creando reservas militares. El mundo es y será una porquería, amigo.
Toma un sorbo de agua, se pone de pie, me da un beso y se va caminando hacia su Audi descapotable que la está esperando al frente. Por un instante pensé que el mundo se había detenido para verla por un rato.
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