La dama de la oposición política venezolana

¿Cómo entenderla -se pregunta uno-, cuando exige tanto y el tamaño de sus exigencias no se corresponde con el plano real dimensional que de suyo se desprende de las encuestas? De acuerdo con la última consulta de Félix Séijas, del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), correspondiente al mes de agosto 2.008, la oposición venezolana en su retrato partidista se distribuye así: Acción Democrática (AD) 6,3%, Primero Justicia 4,3 y Un Nuevo Tiempo (UNT) 3,9, mientras un Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se proyecta con un 33, 8, sin contar que Hugo Chávez posee una intención de voto de 51,4%, si las elecciones se realizaran hoy. ¹

¿A título de qué chilla tanto para quejarse por un país del que es expresión apenas en un 15%, según estadísticas? ¿De dónde proviene tan inmensa ínfula con que realiza los reclamos, para pedir por esa boca, señores? ¿Su pasado triunfo en el Referendo sobre la Reforma Constitucional, a fin de cuentas una escuálida victoria entre tanto racimo derrotista cultivado desde 1998? ¡Caramba, mucho es lo que se extraña en moderación y humildad entre las filas opositoras!

Siempre dije que en el momento en que la oposición bajara un poco su prepotencia y le presentara al país un programa sincero de unidad y construcción, mucho sería lo que crecería entre quienes no comulga con la propuesta de cambio chavista (porque no ser chavista no significa necesariamente ser opositor: existe un amplio margen de abstencionistas). Pero eso no ha ocurrido, ni siquiera en los momentos más fulgurantes de la culpa política, como inmediatamente después del fallido golpe de Estado de 2.002, cuando ni doblaron la rodilla para pedirle perdón al país por violar su constitucionalidad ni tampoco lo han hecho hasta el sol de hoy para renegar por la media centuria de pobreza y corrupción infligida a los venezolanos con su bochornosa IV República.

Al parecer la ebriedad por su triunfo en la Reforma Constitucional (un fenómeno histórico en la era chavista) lo que ha servido es para aprender nada, para empeorar la situación lamentable de una oposición que sueña con ser mayoría en un país que la rechaza por su sempiterno formalismo y hasta por su tropezante actualidad de dejarse empreñar por influencias extranjeras. Sirvió esa victoria para sumirse en un triunfalismo tonto, aberrante, concretado en los labios de esos escasos militantes (comparados con la mayoría de la era cuartorrepublicana) y en las manos de esos pocos (pero económicamente poderosos) obradores políticos que la dirigen. Un poder económico local transnacionalizado, aliado con la familia capitalista del mundo en su actividad de saltimbanqui de explotar pueblos.

Pero no es para caer en detalles, porque medio mundo sabe de dónde proceden los fondos y los lineamientos desestabilizadores que de continuo utilizan para intentar dar por el suelo con un gobierno constitucional, hecho que vale un bledo cuando se esgrimen actitudes de tanta visceralidad. Se trata de halar una reflexión sobre una clase política que estafó a un país, quebró su constitucionalidad y anda por allí, como si nada, sumida en la vergüenza de creerse perfecta y con derechos vitalicios, incluso con afanes de repetir capítulos violentos. Como si la civilización y el respeto a las leyes les resbalara (ojo: así es el discurso de ella, que utilizamos aquí, con gusto)... Por supuesto, mucho de culpa tiene el pueblo cuando consiente...

Como sea, es una pena. Incapaz de pedirle perdón al país por sus desaguisados (¿cómo pedirle excusas a unos patas en el suelo que no tienen ni sexto grado?), rebasada en militancia por las fuerzas del cambio, que prometen sembrarla bajo sombra, opta por victimizarse, por presentarse como dama averiada en su honor por tan grosero bellaco revolucionario Como la mujer que utiliza su misma debilidad para concitar la caballerosidad del galán. Se le cede el puesto, se le coge el pañuelo, se le levanta aquello, se le conciente su caprichosidad mujeril... No encuentro otra comparación, y las mujeres lectoras mías sabrán comprender que apelo a un discurso machista, pero nada intencional, sobre una cultura entronizada de lo femenino.

Así, siendo pocos en su militancia, quieren forzar que son muchos, y a título de debilidad propia y fortaleza ajena, hay que creérselo so pena de ser autoritario o poco democrático. Así, se le debe también consentir que mine la estabilidad del país, del modo más descarado, so argumento de que, si no se le consiente, se es tiranuelo. Así, el Estado nada debe hacer para defenderse ante sus embates contraconstitucionales, porque de inmediato se oyen los gritos de una dama indignada acusando a medio país de perseguidor y cazador de brujas, cuando la realidad es que se es perseguido y objeto de triquiñuelas por parte de una verdadera bruja de marca mayor montada en una escoba. Un simple colmo. El respeto a la constitucionalidad de este gobierno no ha servido más que para alimentar la contraconstitucionalidad opositora. Hecho por demás de desleal.

Para prueba un ejemplo, y esta vez de un analista político de un semanario muy conocido en el país. Cito: "El comandante tiene entre sus planes un cambio en toda la estructura, asegurar la fuerza de su revolución y crear las bases para impedir que en algún momento se repitan sucesos como los del 11 de abril de 2.002 [el subrayado es nuestro]." ² ¿Qué tal? (El analista aquí esboza el efecto eternizador de las recientes leyes habilitantes presentadas por el Ejecutivo Nacional, bajo el argumento de que disfrazan el contenido de la rechazada Reforma Constitucional). ¿Cómo si el Estado tuviere que quedarse de manos cruzadas y no esforzarse por prevenir cualquier intento de quebrar su legalidad y legitimidad de gobierno, de quien sea que provenga, así se trate de una delicada dama quisquillosa? Aquí y en cualquier lugar hasta de Marte tiene el Estado la potestad de salvaguardar su aparato constitucional, con el uso de la fuerza militar, si es necesario. Pero en un país como el nuestro, donde se es escrupuloso con la formalidad jurídica hasta el humanismo rezumante, donde se conmutan penas y se perdonan golpistas, la buena fe sencillamente es mancillada y utilizada como herramienta de contraataque.

¡Cónchale!: ¿Quién carajos tiene la culpa de sus renuncias y debilidad? - hay que preguntar-. ¿La fortaleza de los demás o el yerro propio? ¿Hasta dónde es culpable el otro de que el uno no sea capaz de reconocer errores? ¿Se actúa así con lealtad nacionalista y apego a la ética de procurar el bien para todos en Venezuela?

El país está urgido de una oposición leal, porque cansado está de que, ante tal vacío (y no de poder), se tenga que estar apelando constantemente a la aventura golpista para reconquistar el poder, como hay brisas hoy que nos soplan que una vez más andan metiéndole ruido al estamento militar con el asunto de la Ley de la Milicia, de cara a la coyuntura de los comicios del 23 de noviembre, a efectos de revivir pasados capítulos. ¿Cómo vivir eternamente con el chantaje de que si no entregas el poder como sea (aunque no sea por la vía electoral, como es la convención) habrá que acogerse a las consecuencias de los golpes de Estados? ¿Quién carrizos prospera o avanza de tal modo? Obviamente, es esta una galanura con que no habrá de contar la dama de la oposición venezolana de parte del caballero del gobierno, ni aún queriéndolo. Nuestro país es constitucional, electoral y realmente democrático, a contrapelo de la hueca semántica que se le daban a estos términos en el pasado. A echarle piernas a la lucha con los votos.

De la aceptable petición de una dama para que se sea cortés con ella, consintiéndosele muchas cosas, la oposición política venezolana no tiene reparos en argumentar que tiene un apoyo del 15% de la población electoral del país y que ello la faculta para exigirle al gobierno que pierda en las próximas elecciones regionales, so pena de ser poco caballero con ella y hasta grosero. Cómo si se dijera, como siempre ha dicho, por cierto: ¡Ríndete bellaco, estás caído! ¡Adónde hemos llegado!

Puede uno preguntarse qué tiene que ocurrir con el más del 70% de aprobación de la gestión de Hugo Chávez hoy día; ³ pero no habrá salida, seguramente, porque habrá que escuchar que la señora exclame "Bueno, eso es una falta de respeto".

¹ José Vicente Rangel [tomado de]: "(Audio) El tema militar y las cinco patas del gato" [en línea]. En Aporrea.org. - 25 ago 2.008. - [Pantalla 5]. - http://www.aporrea.org/actualidad/a62614.html. - [Consulta: 26 ago 2.008].

² J.A. Almenar: "Exclusivas de última página". En Quinto Día. - (2.008) ago 8-15; última pág.

³ "70% de los venezolanos considera muy buena gestión del presidente Chávez en el último año" [en línea]. En Aporrea.org. - 21 ago 2.008. - [Pantalla 1]. - http://aporrea.org/actualidad/n119264.html. - [Consulta: 26 ago 2.008]

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Oscar José Camero Lezama

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental. Animal Político https://zoopolitico.blogspot.com/

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