Al conocerse la noticia del lamentable asesinato del estudiante de la LUZ y Presidente de la Federación de centros de esa casa de estudio; los jóvenes del PSUV y otros voceros de la organización, inmediatamente solicitaron con mucha ingenuidad la “no politización” del suceso y se olvidaron que el partido había anunciado un octubre rojo. No hubo una lectura adecuada y se equivocaron con esa posición.
El primer pronunciamiento tenía que haberse centrado en un contundente repudio a un hecho cuestionable acontecido en el estado Zulia donde el secuestro y la muerte por encargo y con los procedimientos propios del sicariato son parte de la cotidianidad. Por haber acontecido en el estado Zulia; el suceso ya tenía un carácter político y había que dejar a un lado el temor, porque el suceso estaba dando una nueva señal sobre los niveles de violencia que se suceden desde el centro de poder de la oposición y desde donde se preparan parte de los planes de desestabilización con el concurso de paramilitares. El Zulia es la caja chica y de sostenimiento de los operadores de la oposición, pero también asiento de los planes desestabilizadores.
El lamentable suceso es parte de una “violencia educada”, que tiene como centro a los jóvenes y a la Universidad del Zulia (LUZ). Los jóvenes del PSUV debieron analizar el acontecimiento, considerando que este asesinato era un segundo “ajuste de cuentas”, que de alguna manera coincidía bastante con los actos de violencia generados desde la ULA y con la participación de los jóvenes comandado por Nixon Moreno. Esta “violencia educada” ha podido visualizarse con mucha fuerza en ULA, LUZ y actos organizados por “jóvenes” de la UCAB y de la Universidad Simón Bolívar.
El suceso es un dato con significado y a partir de ese acontecimiento, puede realizarse diversas lecturas con sus respectivos significados. El joven no era tan joven y con muchos parecidos a otras referencias de la oposición que están por ahí porque los medios le ofrecen espacios pero sin ideas que exponer. El Joven asesinado tenía por ejemplo, parecidos con Stalin y con Nixon Moreno. Los tres parecen identificarse con esa imagen de estudiantes que solían andar con un cuaderno doblado en un bolsillo y ese “porte”, trasmitía la existencia de un pésimo estudiante.
Los tres (Nixon, Stalin y Soto) se parecen además a los líderes de la UCAB, no se si por ser malos estudiantes, porque no conozco el desempeño de estos “líderes”, sino porque en sus palabras o balbuceos hay una total ausencia de ideas y de proyectos y ese dato, es relevante. Si hay un absurdo en la vida política de un país, es contar con una juventud que reconociéndose como líderes, no dispongan de una referencia que le permita darle sentido a su movilización y activación política. Para esta juventud no existe una referencia de país, viable que reclame de su concurso y esfuerzo. Eso es verdaderamente un drama, porque es sano para un país, que su juventud, independientemente de la posición política e ideológica que asuman, dispongan de una referencia o un sueño de país
Pero hay en este proceso un hecho más dramático y peligroso. Estos “jóvenes”, como lo dijera en una oportunidad Picon Salas se comportan como “niños ancianos” y a su corta edad, ya tienen internalizadas las malas costumbres de los viejos políticos venezolanos, porque sus intenciones andan por rutas que conducen a la vida fácil, que es posible sostener y mantener con el uso de los mecanismos propios de la corrupción.
Estos “jóvenes” con 10 años en las aulas de las universidades seguramente conocen cuántos sacrificios costó esta reivindicación estudiantil, que hoy sirve a sus intereses particulares. Con esto “líderes”, Venezuela alcanzaría rápidamente el status de subasta con precios de remate. Estoy seguro que en el corto ideario de estos líderes; Mario Briceño Iragorry , Mariano Picon Salas están ausentes y jamás lograron tener en su manos ese libro de Prieto Figueroa (Empínate Joven) Empínate Joven que estoy seguro acompañó e ilumino a muchos jóvenes de mi generación.
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