"El fraude electrónico es un invento de la fantasía opositora", lo dijo Teodoro Petkoff en la Universidad de Chicago el 21/10/08;
"El capitalismo es inherente a la naturaleza humana y si llega a su fin es por imposición gubernamental, al estilo soviético", lo dijo el economista Hugo Faria (tomado de la nota “Socialismo Puro y Duro”, página digital de Radio Berlín). Como será de absurda tal reflexión, por decir lo menos, que el dirigente político del MAS, Leopoldo Puchi, escribió en su columna de Ultimas Noticias del 23/10/08, sobre la misma, lo siguiente: “Ni más ni menos, antes del siglo XV no había humanos sobre la Tierra.”
En la misma columna, Puchi, hoy con posturas que apuntan a tenerlo como uno de los pocos políticos que adversan al gobierno de Chávez con actitudes que se muestran respetuosas con las reglas de la democracia, refiriéndose a ese otro “bacalao” de nombre Aníbal Romero, parafraseando al periodista Alberto Nolia, de Los Papeles de Madinga, dice que es tanto su fanatismo que lo lleva a afirmar que: “los responsables de la quiebra son los pobres de Estados Unidos, por andar pidiendo préstamos para viviendas” sin tener con qué pagar los créditos.
Pero es que ese mismo sujeto de Romero escribe en el diario El Nacional del 29/10 lo que sigue, mostrando con ello su mayor hipocresía al intentar desconocer la tragedia humana que provocó Bush y sus compinches del partido Republicano con la invasión a Afganistán y a Irak, donde cálculos muy conservadores estiman en un millón y medio los muertos causados en esos países desde que se iniciaron las agresiones en el 2001: “El bochornoso favoritismo de los medios norteamericanos e internacionales hacia Obama es un síntoma peligroso en diversos sentidos. Ha llegado un punto en que resulta casi una ofensa criticar a Obama, y en particular poner de manifiesto su trayectoria política, vinculada al radicalismo ideológico (..) La prensa estadounidense ha sido poco diligente en su tarea de revelar el pasado extremista de Obama, actitud que contrasta con su empeño orientado a enlodar la reputación personal y política de los republicanos…”
El periodista Ignacio Avalos Gutiérrez en su columna semanal de El Nacional del 29/10/08, refiriéndose a las próximas elecciones, sostiene que: “Mientras el oficialismo luce despreocupado (..) la oposición exhibe la pugna feroz de varios candidatos, a pesar de los pactos en nombre de la unidad, rubricados con sangre al comienzo de la campaña (..) ha prevalecido una concepción de la política que deja mucho que desear como reemplazo a las ideas que hoy gobiernan al país, concepción que se despliega en un tablero de ajedrez que incluye, además de egos inflados y maniobras no muy santas (acusaciones de abuso de poder, por ejemplo), jugadas relacionadas con la disputa del liderazgo nacional opositor y una lejana candidatura presidencial.”
Las calificadoras de riesgos Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch, las cuales se han empeñado en calificar en niveles pésimos el desenvolvimiento económico de nuestro país y el de otros que andan por los caminos de su liberación en el Continente, fueron esta semana fuertemente criticadas en el congreso norteamericano. Se las hizo responsables directas de la tremenda crisis económica que hace estragos, por ahora, en los países del primer mundo, en tanto premiaban con buenos augurios a las empresas norteamericanas, en general, que fueron las primeras responsables del desastre.
Y cerremos con esta noticia que muy poca o ninguna difusión le han dado los medios en nuestro país (los que se autocalifican de "grandes medios"): La Unión Europea acordó, con muy poca oposición y reservas, aumentar la jornada laboral de 48 horas a 65…Por cierto que con relación a este tema, vale observar que los cetevistas verdiblancos, liderados por Manuel Cova, le quitaron a sus discursos el pedido de rebajar la jornada en nuestro país de 8 horas diarias a 6, como lo planteaba el proyecto de reforma constitucional que no pasó en el referéndum de diciembre/07 y que luego se dieron a la tarea de gritar, a voz en cuello, que Chávez estaba era engañando a los trabajadores con ello, ya que -decían- tal medida podía acordarla el Ejecutivo mediante un simple decreto...
