¡No podía ser diferente! Si alguien esperaba que los medios de
comunicación y los dirigentes de la oposición le dieran una
interpretación adecuada a los resultados electorales, es un “caído de la
mata”.
Si el chavismo los arrollaba, cantarían fraude; si resultaban ellos los
vencedores, proclamarían la muerte de la revolución y si los resultados
son los que son, se proclamarían vencedores en un intento por
invisibilizar a millones de chavistas.
A la hora de analizar los resultados de la reciente jornada electoral, lo
primero que debe tomarse en cuenta es que históricamente la oposición ha
contado con el respaldo de un sector de la población que oscila entre el
35 y 45 %.
No se corresponde con esa realidad la conformación de la Asamblea
Nacional, donde apenas hay siete diputados opositores. Tampoco lo hace la
correlación de fuerzas a nivel de gobiernos regionales, pues apenas dos
gobernaciones de un total de 23 son controladas por un sector político
que cuenta con el respaldo que ya mencionamos.
En las próximas elecciones parlamentarias esta realidad se hará
nuevamente presente. La oposición incrementará significativamente sus
representantes y los medios formarán una alharaca afirmando que se hunde
el chavismo con la recuperación de los escaños que proporcionalmente le
corresponden a la oposición y que si no hoy no ocupan no es sino por una
coyuntura signada por su torpeza política.
En las elecciones del pasado domingo 23 de noviembre, la oposición ganó
un número de gobernaciones significativamente inferior al que
proporcionalmente le correspondería de acuerdo a los votos conque cuenta.
Sin embargo, sus voceros y los medios que los manejan se muestran
arrogantes, como si nos hubiesen arrollado. La idea es desmoralizarnos y
generar una matriz de opinión de que la revolución se derrumba.
Seguramente algunos compatriotas se sienten hoy deprimidos, víctimas de
ese manejo mediático de la información y de algunas expectativas
triunfalistas. A ellos nuestro mensaje: ¿Qué pasa camaradas? ¿Se van a
dejar desmoralizar por los mentirosos y manipuladores de siempre? ¿Dónde
queda nuestra consigna de patria, socialismo o muerte?
Permítanme que les exponga algunos datos que demuestran que no podemos
cometer el error de ignorar los resultados, pero tampoco podemos caer en
la trampa del rancio escualidismo.
· La oposición tiene el 40% de los votos y gobernará, a partir de
ahora, en el 22% de los estados.
· La oposición ganó cuatro de su cinco gobernaciones con una ventaja
promedio del 4%
· La ventaja que la oposición obtuvo entre la Alcaldía Mayor, Miranda,
Nueva Esparta, Táchira y Carabobo (todos juntos) es inferior a la que los
chavistas obtuvimos sólo en Lara.
· Lo anterior significa que la ventaja obtenida por el chavismo en las
otras 16 gobernaciones, no hace sino consolidar la Revolución
Bolivariana.
· Los resultados obtenidos, tomando en cuenta la diferencia entre la
abstención en un proceso como este y el de una elecciones presidenciales,
permiten afirmar que la oposición sigue contando con cuatro millones y
medio de votos y el chavismo con seis millones y medio.
· El chavismo recuperó por lo menos un millón doscientos mil votos de
los “desaparecidos” en el referendo constitucional del pasado diciembre y
la oposición perdió unos cuatrocientos mil.
· En los números anteriores no se contabilizan los votos que Patria
Para Todos (qué aún sigue de este lado) le dio a la oposición en Guárico
y los que el traidor de Acosta Carlez le resto a Mario Silva en Carabobo.
Se supone que una buena parte de esos votos retornarán al chavismo.
¿Por qué entonces esa actitud de derrota? Vamos a redoblar nuestro
esfuerzo ¿quién dijo que construir patria era sencillo?
Con lo que si debemos estar alerta es con los planes de la oposición,
pues no tengan duda de que arreciará la lucha. Desde esas cinco entidades
van a intentar desestabilizar y socavar las bases del gobierno, pero ya
vivimos esa experiencia y salimos victorioso.
No olviden que hace poco ellos gobernaban Miranda, Alcaldía Mayor,
Carabobo Mérida, Anzoteguí, Zulia, Yaracuy, Táchira y otros, y la
revolución no se detuvo; por el contrario avanzó significativamente.
En resumen, el chavismo perdió algunos espacios importantes, pero
recuperó otros y mantuvo su ventaja tradicional lo que permite seguir
impulsando la revolución.
Las victorias de la oposición nos hubiesen gustado que ocurrieran en
otras entidades, pero son el reflejo de los votos que tienen.
La invitación, apreciados lectores, es a no desmayar. Preocupados
deberíamos estar, sino hubiesen “aparecido” aquellos votos perdidos el 2
de diciembre de 2007, pero allí están como demostración de que aquella
etapa fue superada.
Estos resultados nos permiten ver con optimismo la posibilidad de una
reforma constitucional para seguir manteniendo al Comandante en la
dirección del barco, que es la patria.
“Vamos, que no es tiempo de recular, ni de vivir de leyendas”
arellanoa@pdvsa.com