Jean Salvatierra Phells está molesto con los dirigentes de la oposición venezolana.
Y dice así:”Tengo veinte años y he participado en todas las locuras de la oposición. Ellos me invitaron a la Plaza de la Meritocracia, en Chuao, y desde allí me fui a Miraflores. Hubo el golpe y después Chávez volvió, volvió, volvió. Después participé en cacerolazos, trancazos y guarimbas. En la Plaza Altamira, recibí el año 2003 en el distribuidor de Altamira, y lo peor, tuve que reunirme con los marginales que no apoyan a Chávez, y ahora me están llamando a participar en las manifestaciones estudiantiles y ya creo que no voy a seguir en esto.”
Jean Salvatierra mira la hora en su reloj Rolex y se ajusta sus lentes Armani. Y sigue diciendo: “Quiero decir otra cosa. Contamos con todos los medios de comunicación social, medios impresos, radiales y televisivos y, sin embargo, no hemos logrado convencer a la mayoría de los marginales para que nos apoyen. Pienso que estamos mintiendo descaradamente y ya los marginales no son los mismos, ahora nos están agarrando las mentiras al vuelo. Y todos mienten, desde Julio Borges hasta Rosales y Leopoldo ni se diga. Creo que debemos ser más serios”.
Mira un mensaje que le acaba de llegar en Black Berry y dice que lo están invitando a una nueva marcha. El chofer que lo trajo hasta este lugar en su Audi, se acerca y le dice que es hora de tomarse la pastilla, Jean se lo agradece y sigue diciendo: “Ahora que he ido madurando, me da mucha pena haber caceroleado a mucha gente. Eso me tiene enratonado moralmente. Y una de las cosas que me da más pena es haberle hecho caso a Carlos Ortega, nos mandaba a trancar calles y yo salía con Keeny, Williams, Harold y Sean, a trancar las calles. En verdad que he sido bien tonto”.
Saca de su saco Hugo Boss un spray de agua y toma un poco, y después sigue diciendo: “Lo peor es la mentira. A estas alturas la dirigencia nuestra, es decir Ramos Allup, Teodoro Petkof, Enrique Mendoza, Manuel Rosales, Luis Miquilena, Omar Barboza, siguen mintiendo, a esa dirigencia le sale referéndum, porque ellos sí han sido vitalicios y auto elegidos. Hay que cambiarlos. Deben irse a las duchas. Y darle paso a otra generación. Te confieso que no sigo en esto. Ya he participado en todo lo ilegal, desde las guarimbas, los cacerolazos y el golpe. Ya me cansé.”
Jean Salvatierra Phells se levanta, y se despide. El chofer, un hombre joven y moreno, vestido de negro, lo espera al lado del Audi 2009, le abre la puerta izquierda trasera y Jean entra allí con toda su angustia y su preocupación. El chofer entra al vehículo y lo pone en marcha. Ahí se va la ilusión.
Robertomalaver@cantv.net