Alerta ante la nueva intentona golpista

Ugalde y la "defensa de la democracia..."

Ha dicho el padre jesuita Luis Ugalde, en entrevista para El Universal del 12/04 que: "en las próximas semanas se va a dar una masiva defensa de la democracia y la Constitución".

¿Cuál democracia? ¿Cual constitución?, le preguntamos a este personaje, pues le recordamos que así mismo ocurrió en octubre del 2001, cuando en compañía de Carlos Ortega y Carmona Estanga, estos dos últimos de la famosa Coordinadora Democrática, selló un pacto de “unión y reconstrucción nacional en defensa de la democracia”, cuyos resultados no tardaron mucho en aflorar, pues menos de seis meses después, sin antes generar todo tipo paros y guarimbas, salieron en manifestación a cumplir con lo acordado en el pacto y luego de asesinar y herir a un grupo numeroso de venezolanos, con la activa participación de la Policía Metropolitana del Alcalde Alfredo Peña, hoy prófugo de la justicia, toman el poder por la fuerza, designan a Carmona Estanga presidente provisional y éste sujeto, sin mayores rodeos, mientras los “tombos” metropolitanos arremetían en contra del pueblo a plomo limpio, dicta su primer decreto de gobierno disolviendo todos los poderes públicos, abrogándoselos para sí, al mejor estilo pinochetista, en el marco de una masiva concurrencia en el Palacio de Miraflores de oligarcas, así como de uno que otro aspirante a burgués que logró colarse, y de modo muy especial, de la alta jerarquía de la iglesia católica, representada en ese acto por el Cardenal José Ignacio Velasco, hoy fallecido, quien, sin inmutarse y muy sonreído con el derrocamiento de Hugo Chávez, como nos los recuerdan los videos que se tomaron entonces, fue el primero que estampó su firma en apoyo al flamante dictador y a ese mamotreto jurídico que por menos de 30 horas dejó sin efecto la Constitución Bolivariana de 1999.

Cuando hoy vemos que este señor Ugalde de nuevo vuelve por sus fueros y hace tal anuncio, no podemos menos que concluir que, efectivamente, estamos frente a otra intentona golpista, a la cual ya se le ha puesto fecha, pues el mismo hay que examinarlo dentro de los llamados muy claros y reiterados hacia la subversión por parte de la mayoría de los líderes de la oposición, como lo fueron los casos recientes de Antonio Ledezma, quien en su visita al Táchira a finales del pasado mes de marzo, llamó abiertamente a los militares a insubordinarse, diciéndoles, palabras más palabras menos: “soldados de patria, tengan presente el concepto de la desobediencia de actos ilegales (..)"Si siguen avalando actos inconstitucionales, si siguen cometiendo delitos contra los derechos humanos, tengan pendiente que existe el Estatuto de Roma que esta vigente en todo el mundo” (?), mientras que Capriles Radonsky de inmediato lanzó su voz en apoyo a esa incitación del “vámpiro” a la insubordinación dentro de las filas del ejército, para agregar que: “Los civiles no damos golpes de Estado, los golpes los dan los militares”. Si a todo esto le agregamos la defensa ardorosa del cardenal Urosa Savino a los comisarios y policías condenados a 30 años de cárcel por la muerte de tres venezolanos aquel 11 de abril en Puente Llaguno, cuando llegó a decir, sin un ápice de vergüenza y de manera irresponsable, que los policías inculpados por un tribunal del país, lejos de haber incurrido en delito alguno ese día de abril, estaban era “cumpliendo con su deber…defendiendo a los ciudadanos”, pues no deja lugar a dudas de que la oposición incurre en el craso error de creer que ahora sí, a base de seguir mintiéndole al país, puede salir triunfante de esta nueva aventura golpista. Que el más alto jerarca de la iglesia venezolana pretenda colocarse por encima de la legalidad jurídica del país, es algo inconcebible. Pudiera entenderse y, obviamente aceptarse, que no comparta la decisión del Tribunal de Aragua, pero aseverar a voz en cuello que los inculpados lo único que hicieron ese día fue “defender a los ciudadanos”, es desconocer que en este país quien juzga y dicta sentencias no es Globovisión ni la Conferencia Episcopal, lo cual es sumamente grave y no deja lugar a dudas de que su falacia se inscribe en ese mismo plan conspirativo.

De manera que, afectivamente, estamos ante una nuevo intento de golpe de Estado por parte de la oposición, pero ahora con el falso discurso de que sus actuaciones están apegadas a la Constitución Bolivariana de Venezuela y en defensa de los altos valores de la democracia que la misma establece, los cuales –lo asegura una y mil veces su dirigencia en pleno- el actual gobierno pisotea todos los días, creyendo que el pueblo es idiota y que ya olvidó que fueron ellos, con la santa bendición de un Cardenal, los que la hicieron añicos aquel 12 de abril de 2002.

oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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