Ataúlfo Pérez- Salvatierra fue traído desde España para que aportara alguna idea poderosa para asombrar al mundo. Ataúlfo era director creativo free-lance. Un hombre que era buscado por todos los empresarios que querían ideas para vender sus productos y además, también los políticos de muchos países lo buscaban para que les dijera cómo sorprender a la gente para que votara por ellos.
Nuestra oposición –gente inteligente y culta- en vista de que no se les ocurría nada para que el país comenzara a creer en ellos, y además, todo lo que se les ocurría iba directo al fracaso, un fracaso que se veía en las calles y en las pantallas de sus medios privados, decidieron contratar a Ataúlfo Pérez-Salvatierra, un experto en comunicación y estrategia política.
El hombre tomó la palabra, y mientras los líderes –es un decir- de la oposición lo escuchaban con la boca abierta, hizo su planteamiento: “Tenemos que hacer una marcha en defensa de los medios. La marcha de los medios. Y vamos a llamar a la gente a que permanezca en sus casas viendo televisión, oyendo radio, y leyendo prensa. De esta manera, como no es necesario que salga nadie a la calle, porque todo el mundo se va a quedar en su casa, nosotros vamos a decir al día siguiente del paro que triunfamos, que la gente masivamente se quedó en sus casas defendiendo los medios. Así que no es necesario llamar a nadie a la calle, porque seguro allí no iría nadie, invitándolas a quedarse en la casa, vamos a lograr el triunfo”.
Los líderes –es un decir- de la oposición se pusieron de pie y aplaudieron la propuesta. Se anunció el paro por todos los medios: Quédate en tu casa protestando. Así decían los avisos. Defiende tus medios. En la oficina. En tu casa. No te mueves. No salgas a la calle.
Y una vez que se llamó a la marcha de los medios, el siguiente día los medios titularon: Asistencia masiva a la marcha de los medios. El pueblo respondió masivamente. Una nutrida participación de la gente defendiendo sus medios se vio ayer en toda Venezuela.
Así, Ataúlfo cobró sus reales y se marchó nuevamente a España. Mientras tanto, los líderes –es un decir- de la oposición, celebraban el triunfo de la marcha de los medios.
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