Aquí estoy. En huelga de hambre. Y les confieso que estoy feliz. Hasta el Teodoro Petkoft, quien siempre habló mal de mí, y me veía con una cara de asco, ayer escribió un editorial en su periódico hablando maravillas de mi lucha política, de mi último recurso, es decir, de mi huelga de hambre. Lo malo es que ese periódico del Teodoro no lo lee nadie. Pero han ido saliendo muchos a apoyarme. Es decir, ya me siento candidato para el 2012. A Manuel Rosales no lo recuerda nadie. Ahora aquí el hombre para el 2012 soy yo, y eso está muy claro. He venido luchando para ganarme ese puesto. Es verdad que los reales de los empleados de la alcaldía están en el banco, pero yo no soy tan pendejo para salir a decirlo, eso que lo diga la Jacqueline, que para eso la pusieron allí.
Y lo mejor es que Globovisión vive aquí. Lo tengo a la orden. Toda Venezuela conoce mi lucha gracias a Globovisión, El Nacional, El Universal –no me ha tratado muy bien, de paso-, 2001, Ultimas Noticias. Los compañeros de Unión Radio y RCR, es decir, soy un hombre mediático, todo el país y el mundo sabe que estoy en huelga de hambre.
También sé que tumbaron a Manuel Zelaya en Honduras, pero eso no me interesa, De eso no quiero hablar. Me dicen que mataron a un muchacho mientras manifestaba, pero eso no me interesa. Me interesa mi huelga de hambre. Me interesa que todos sepan que estoy dispuesto a dejarme morir si no me dejan gobernar. Ya estuve en Bogotá y el alcalde no me recibió, claro, Chávez le dio una orden para que no me recibiera. Después quise hablar con Obama y tampoco me atendió, bueno Obama es chavista, seguro le dieron una orden para que no me atendiera. Pero después estuve en Nueva York y allí si me recibió el alcalde. Después también me recibió Insulza, y le conté por todo lo que estaba pasando y me dijo que la OEA no tiene nada que ver con problemas internos, eso es propio de los gobiernos de esos países, no de la OEA, pero yo me vine y me puse en huelga de hambre, y mi canciller –qué fastidioso ese tipo-, Milos Alcalay, me informó que habló con Insulza y que está dispuesto a ayudar.
En fin, tengo al país en vilo. Todo el mundo habla de mi huelga de hambre. Los que ayer me denunciaron por déspota, porque perseguía a los buhoneros, y a los viejitos que querían cobrar sus pensiones, hoy los veo alabándome y me río, ahora están conmigo.
De los periodistas que me apoyan no quiero decir nada, porque, confieso que me da una pena del carajo, porque no se puede llegar tan bajo.
Viva mi huelga de hambre.
robertomalaver@cantv.net