Cinthya Machado Zuloaga está de cama. Dice que la oposición sigue cuesta abajo en su rodada. Y quiere contar lo que escuchó en su casa en la última reunión. Allí estuvo gran parte de la gente de la oposición y otra que no figura pero que siempre está dispuesta a llevarse el dinero donde quiera que lo pongan.
Dice Cinthya: “Te cuento, amigo, antes, cada vez que finalizaba un período presidencial de los adecos y los copeyanos, se reunían en mi casa y se distribuían las concesiones radiales. Esta para mí, esta para ti, y vamos a darle esta a la iglesia, porque tú sabes siempre es bueno contar con la voz de Dios. Es decir, amigo, todo era un reparto y un brindis y qué nombre le pondremos y yo tengo listo los nombres para los directores y yo tengo los clientes que son todos los ministerios, institutos financieros del estado, es decir, aquello era un robo descarado”.
El mesonero se acerca y coloca la botellita de agua Evian y el café negro sobre la mesa. Mira a Cinthya y, con la boca abierta, se marcha de espaldas para seguirla viendo.
Y ella, tan linda, y tan rica, sigue: “Ahora volvieron a mi casa. Salió en Gaceta una invitación para todos aquellos que tuvieron concesiones de radio, para que se presentaran en CONATEL y mostraran los papeles que los acreditaban como legítimos poseedores de esas concesiones, y les dieron 11 días y todos se asustaron. Todos estaban ilegales. Y llegaron asustados a mi casa y amigo Machado, qué podemos hacer ahora que el régimen nos quiere quitar lo que siempre hemos tenido y no podemos demostrar que es nuestro, porque también es cierto que esas concesiones son del estado y nosotros nos las robamos, pero no lo podemos decir. Y con mi emisora radial no te metas, y yo estoy seguro de que el Colegio Nacional de Periodistas y Globovisión y la Cámara de Radio nos van a defender, porque para eso los pusimos allí, pero esto es indefendible, aquí todo es ilegal”.
Cinthya se detiene un momento y saluda a un señor que le tira un beso desde allá: “Esa Miss mundo”.- le grita el hombre.
Y vuelve Cinthya a recordar la reunión. “Ahora mi papá los llama los radiactivos. Están desesperados. Dicen que van a ir a instancias internacionales. La Sociedad Interamericana de Prensa. Todos tiene que defendernos porque se está violando la libertad de expresión, la libertad de prensa, y lo más importante, se están violando los derechos humanos de los oyentes que no pueden elegir escuchar lo que les da la gana. Si, amigo, ahora, los ilegales, están radiactivos”.
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