Definitivamente no nos queda de otra que confrontar a la apátrida burguesía en sus pretensiones de que la revolución deje a sus hijos que representan el presente construyendo el futuro del país a merced de las mafias mercenarias que ejecutan los mandatos del imperio mediante una guerra perversa, que como toda guerra es genocida y no perdona edad, ubicación étnica ni condición social y que roba la inocencia de nuestras niñas, niños y adolescentes para convertirlos a corta edad en disociados y secar su alma con el odio, que comienza por la inoculación de la rabia como proceso para llevarlos a lo que los especialistas llaman “disociación histérica cognoscitiva” y en el peor de los casos a la “disociación psicótica”, ésta última conduce a la degradación humana y mental al extremo de ir a parar en sanatorios, porque ya definitivamente representan un grave peligro para sus semejantes.
Ese indeseable segmento de nuestra sociedad, es el que haciendo uso y abuso de manera delictiva del espectro radioeléctrico, que es propiedad de todos y cada uno de los venezolanos y no de alguien en particular, intenta satanizar al proyecto de Ley de Educación, que junto a la nueva Ley de Ejercicio de la Comunicación y la Ley Contra Delitos Informáticos,representan la trilogía salvadora de las generaciones venideras y del proceso revolucionario.
Esto tenemos que explicarlo hasta la saciedad, para que los colectivos se interesen y cierren filas en defensa de estas leyes, que son proyectos liberadores que vienen precisamente a salvaguardar lo más sagrado que tenemos como son nuestras hijas, hijos y demás descendientes que podrán vivir en un mundo mejor donde la educación sea en valores por, de y para la vida en una mejor sociedad, solidaria, espiritualmente fuerte y libre del germen de la PESTE MEDIÁTICA, donde esas herramientas tan importantes para la humanidad inventadas por el hombre con filosofías muy diferentes a las que aplicaron para su uso, como son los medios de comunicación social, sean utilizados en función de generar cultura para la vida y definitivamente proscribir la cultura de la muerte que es la que hoy día potencian a través de los códigos malignos que remachan en la mente de la humanidad sin distingo de clase social o formación académica.
Cuando los revolucionarios desde una perspectiva profundamente humanista proyectamos y defendemos al Estado Docente, contra la sociedad educadora que propone la derecha reaccionaria, es porque precisamente la experiencia que tenemos con la educación que recibimos hasta la década de los 90 del siglo pasado no ha sido la mejor. Una educación castradora, profundamente positivista, que nos robó la memoria histórica y nos sumergió como dijera el insigne maestro de maestros Luis Beltrán Prieto Figueroa en un “Océano de conocimientos pero con dos dedos de profundidad”, con una coraza cultural construida con cristales de hielo, vulnerable al extremo, lo cual nos convertía en un pueblo fácil de dominar, moldeable a la medida del imperio, por supuesto sin valores, porque al no existir conocimientos, los valores brillan por su ausencia y de allí que durante un siglo nos mantuvieron con una venda en los ojos, eligiendo reyezuelos que nos vendían como detergentes y cada cinco años le validábamos el cheque, para que continuarán disfrutando y manoseando a la patria, que hoy ha despertado para no caer jamás en el letargo, gracias al huracán bolivariano que recorre a la américa indígena, al caribe y al mundo.
Una Ley de
Educación que potencie el andamiaje del nuevo estado socialista es
indispensable para avanzar en la construcción de la nueva república,
porque como lo afirmara el filósofo de américa Don Simón Rodríguez,
si queremos tener república debemos formar republicanos y solo a través
de una educación donde el Estado sea el garante, el supervisor, el
que dirija la orquesta podemos formar a este nuevo ciudadano. Con la
propuesta de la burguesía, de la sociedad educadora, donde sea la familia
y no las familias, las que intervengan en el proceso educativo evidentemente
que no avanzaremos.
La “sociedad civil” propone una educación libre de ideología... ¿ ?...con autonomía y con responsabilidad individual de la familia, donde el Estado no tiene nada que ver, salvo el poner los cobres para costear el proceso. En otras palabras, usted estado, me financia y yo hago lo que me venga en ganas con la educación, autónoma y donde la “sociedad civil” decide quien o quienes merecen y pueden tener acceso a la educación. Ni más ni menos lo que han hecho con las universidades autónomas que de centros de los saberes han degenerado en centros de actividades mafiosas y contra natura.
La nueva ley de educación tiene que ser un instrumento de vanguardia para la construcción de una sociedad ideológicamente clara, donde La Pinta, La Niña y la Santa María, junto con el aventurero genovés Cristóbal Colón, queden como un infortunado accidente de la historia,que nos dejó como legado el holocausto más horrible que conoce la humanidad,donde 80 millones de seres humanos cultos e inocentes que recibieron con amistad y homenajes a sus verdugos,fueron exterminados mediante los más escalofriantes e inhumanos métodos de muerte creados por la iglesia católica a través de la “Santa Inquisición” y no como factores determinantes del “Descubrimiento” y de nuestra “Civilización”. Esta legislación también debe establecer la obligatoriedad de los medios de comunicación social de constituirse en vehículos fundamentales para la transmisión de valores y al mismo tiempo regular los mensajes publicitarios para poner coto al desenfreno y al infernal bombardeo que nos intoxica con los hábitos del consumismo, fenómeno que hace estragos particularmente en nuestras niñas, niños y adolescentes a quienes a través del sistemático bombardeo con criminales códigos, no les permiten ni siquiera soñar y mucho menos decidir por libre albeldrío lo que van a ser en la vida, puesto que de eso se encargan los perversos que manejan los medios a través de la siembra de estereotipos.
Este instrumento
junto a la Ley contra Delitos Mediáticos,propuesta por el Ministerio
Público que regule el uso y el mensaje de los medios de comunicación
social y una nueva Ley de ejercicio de la Comunicación, que en mi modesta
opinión pudiera ser el Código de Ética del Periodista Venezolano,
con algunas disposiciones penales,constituyen la barrera contra la enajenación
y prostitución de la sociedad y en torno a ellas debemos cerrar filas,porque
ciertamente se trata de leyes subversivas en perspectiva.
Periodista*
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