La basura mediática preparaba un nuevo refrito al señalar que su Gran Barón Antonio Ledezma, el mismo que comandaba la Policía Metropolitana cuando los sucesos del caracazo, donde murieron cientos de inocentes, ahora sería objeto de un maléfico atentado por parte de las hordas chavistas.
La nueva pantallería salió de las pesadillas mañaneras de Ravoell, quien armaría un espectáculo con la información de un serio y dañino atentado que sufriría el magnífico alcalde.
La estrategia consistía en encadenar todos sus programas y reporteros, al unisonó cacarear que el alcaldillo sufrió un serio y lamentable ataque, producto de ello lo estaban interviniendo en el Hospital de Clínicas Caracas, debatiéndose entre la vida y la muerte.
Pero la verdad, es que este sueño estaba organizado por los guardaespaldas de su amo mayor, el “Dr. Zuloaga” para luego simular un show mediático, incluso prepararon un escrito que sería llevado por este hasta Washington, donde entre otras cosas señalaba que el Presidente Chávez estaba detrás de esto.
Realmente en este país los alcaldes de la oposición pierden su tiempo preparando jueguitos de guerra y disparidades enrarecidas, nadie sabe a qué horas del día o la noche trabajan, lo bien seguro es que pertenecen al grupo pimentón, están metidos en todos los guisos.
Ahora, con la mala oratoria y el desliz de palabras que tiene el alcalde Ledezma, personaje acompañado de un horrible léxico con un mal tino en su redacción, improvisado catastrófico, gago, pésimo oratorista, muy malo redactando hasta la carta del Niño Jesús, so-pésimo hasta en las matemáticas como lo decía mi profesora Adela de cuarto grado.
Definitivamente un burro con carro oficial, sueldo y escoltas de sobra, manejando la alcaldía más importante de la nación, un verdadero burro. El único atentado que cualquiera de nosotros podría hacerle a Ledezma es lanzarle al paso de su abultada caravana, un DRAE.
Si, un Diccionario de la Real Academia Española, con la garantía de meter a Venezuela en la madre de los líos con el país ibérico, quienes romperían relaciones por nuestra genuina y quijotesca aventura, metiendo al Presidente Chávez en el lio más grande de la historia política nacional con la conspiración imperial europea.
Ante desadaptado bruto como Ledezma, no dejaremos de oír sus gritos hasta pasado el primero de mayo al frente de su marcha cetevista con una foto de su recordado negro Encarnación.
La ofensa de lanzarle un DRAE, sobre todo por los realitos decembrinos dejados en esta obra, ya que la misma debe costar unos cuantos cobres, solo para lanzarla al paso de su espectacular caravana de vehículos lujosos o lograr romper el cerco policial en su urbanización del decente Este caraqueño y al toparnos con su mansión arrojarle el espectacular diccionario, obra del goce literario más importante para nuestra literatura.
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