El mercurio (Hg)
El mercurio puede ser clasificado como un peligro químico tóxico, es decir, se trata de un veneno, que se conoce desde hace unos 4.000 años. El nombre original del mercurio en latín era argentum vivum, lo que quiere decir "plata viva", pero más tarde se tomó del griego hydrargyos, "plata líquida", para terminar en hydrargyum, por lo que la enfermedad laboral asociada a la exposición a esta sustancia se le conoce como hidrargirismo. Mercurio es un planeta pero también es el mensajero de los dioses.
El efecto sobre la salud se conoce desde la antigüedad, por ejemplo, Hipócrates lo describió entre los mineros y artesanos, siglos más tarde Plinio El Viejo hizo otro tanto, y en el siglo XV también Galeno describió esos efectos en las profesiones de mineros, fundidores y artesanos de los metales, según Ladou & Harrison (2014).
Este metal se obtiene de una roca denominada cinabrio, de la cual se puede obtener hasta 50 gramos de Hg por cada tonelada de roca. Entre sus características llama la atención que es un verdadero metal líquido, como lo llamaron los griegos, su forma sólida la alcanza a -33°C, de tal manera que se está evaporando a las temperaturas en que vivimos los humanos, de hecho la tasa de evaporación aumenta con el aumento de la temperatura.
Tiene innumerables usos: en la fabricación de electrónicos, luces fluorescentes y en la producción de soda cáustica y cloro, en la industria del plástico, pinturas y en la industria química en general. En muchos países su uso en los termómetros médicos ha sido desplazado, por las aplicaciones digitalizadas.
Liberado al ambiente, que se hace como desecho, enfrenta la posibilidad de escalar su efecto, ya que una de sus posibilidades es la especie denominada metilmercurio ((CH3)2Hg), que se forma a partir de la especie metálica por la acción de bacterias anaerobias que habitan en los lodos de los fondos de los cuerpos de agua, en un proceso llamado biometilación, que es de por sí, bien interesante, porque las bacterias hacen de una especie metálica, una especie orgánica, y ahí comienza el problema, al incorporarse este metal en las cadenas tróficas que concluyen en los humanos.
Si los vapores del mercurio son un peligro para la vida, el metilmercurio no lo es menos, ya que es capaz de almacenarse en la grasa y traspasar las membradas uterinas y contaminar las futuras gentes, como sucedió en el caso de Minamata, en Japón.
Caso Minamata
El nombre del caso se deriva de la bahía de Minamata, donde una ciudad costera de la Prefectura de Kumamoto de Japón, lleva ese mismo nombre, Minamata. Allí operó desde 1932 hasta 1968 la empresa Chisso, la misma que es la operadora de Fukushima, donde un tsunami estuvo a punto de generar el fin del mundo, al menos para la especie humana, a consecuencia del invierno nuclear, como lo señalamos en otro artículo de este blog.
Se estima que no menos de 27 toneladas de compuestos mercuriales fueron descargados libremente a la bahía, que al llegar al fondo marino activó la biometilación de la que hablamos arriba, y al contrario de Golfo Triste en Venezuela, que es una línea costera abierta, en Japón se trata de una entrada natural de mar en la costa, de extensión considerable que hace que la fauna allí tenga menos oportunidad y necesidad de moverse que en costa abierta, dado las características del ecosistema.
Resultado de esa descarga, sin ningún control a las aguas de la Bahía de Minamata, se estima que unas 2.500 personas empezaron a sufrir de un desorden neurotóxico que se ha dado en llamar la "Epidemia de Minamata", cuyos síntomas eran y son, alteración sensorial en manos y pies, deterioro de los sentidos de la vista y el oído, degeneraciones del sistema nervioso, descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo, debilidad, movimientos involuntarios, desmayos, ceguera, y en casos extremos, parálisis y hasta la muerte, todos relacionados con el metilmercurio, que se incorporó en la cadena trófica y llegó a la fauna marina.
Los primeros indicios de lo que estaba pasando lo dieron los gatos, por sus comportamientos anormales, que mucha gente asoció a la ingesta de pescado y de mariscos, lo que no sospecharon en ese principio es que igual sucedería con los humanos.
Hacia 1958, la Chisso Corporation desvió las descargas hacia un río que llega a otra parte del mar, lejos de la bahía en cuestión, pero las observaciones de los problemas de salud se dieron al igual que en Minamata. En 1959, los investigadores de la Universidad de Kumamoto, experimentando con gatos determinaron que el mercurio, utilizado en la producción de acetilaldehídos era la causa del problema.
Según Yaccuzzi (2008), el fin de las descargas contaminantes de Chisso a la bahía fue el resultado de cambios en el proceso tecnológico, que no requerían más del mercurio, el capital logró lo que la ley, la presión de la opinión pública y las restricciones judiciales no pudieron lograr. Eso fue en 1968. La Prefectura de Kumamoto, para salvar su imagen, prohibió la pesca en la bahía, más no el consumo de pescados y mariscos que se hizo en 1997.
El mercurio en Venezuela
El mercurio o azogue se conoce en América con la llegada de los saqueadores de los Reinos de España, Portugal e Inglaterra. Existen pinturas del siglo XVI, donde se aprecian mulas acarreando azogue para las minas de oro del Potosí, dado la aleación que forman el mercurio y el oro, que luego es rota a fuego vivo. En nuestro país, dado que no estaba el oro en la facilidad como se encontró en México, Colombia, Perú y Bolivia, no llegó esa "plata líquida".
Va a ser a finales del siglo XIX, cuando relacionado con nuestro conflicto con Gran Bretaña, comienza la explotación del oro, en minas en la zona de Tumeremo, Guasipati y El Callao. Fue tan intensa la explotación que hasta una escuela de minería tuvimos y es en esa época cuando se dio la incursión de Inglaterra al territorio venezolano, dirigido por el Jefe de la Policía Inglesa en la llamada Guyana Británica, rechazada por el General Domingo Antonio Sifontes Velásquez, a la sazón autoridad de Tumeremo, quien al frente de una pequeña tropa derrotó y detuvo a los invasores, e incluso llevó detenido al jefe de los ingleses hasta Ciudad Bolívar. Sifontes, por amor a la lectura era llamado "El llanero Intelectual". Sus restos fueron recientemente llevados al Panteón Nacional. Con la explotación del oro en la región Guayana, entró el mercurio al país.
Ya en el siglo XX, con el crecimiento de la población venezolana y las requisitorias de cloro para la potabilización del agua, entre otras demandas, en tiempos de Pérez Jiménez, 1956 para más exactitud, se creó en Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP) para operar el Complejo Petroquímico de Morón construido en esa época, iniciándose la producción de la a planta de cloro-soda, en cuyas celdas de separación se empleaba mercurio líquido, que retenía la soda cáustica por un lado y por otra, permitía retener el vapor de cloro, que escapa del proceso en forma gaseosa. De tal manera que el mercurio irrumpe en Venezuela para algo más beneficioso que obtener oro.
Años más tardes, a principios de la década de los 70´s del siglo pasado comenzó una inusitada producción de oro, se rescata la Mina El Perú, en El Callao, donde tuve mi primer contacto con la investigación de fatalidades, se trató de la muerte de 2 obreros y 1 ingeniero, asfixiados por los gases que por años se habían acumulado en esos socavones. En ese poblado y en sus alrededores siempre se produjo oro en forma artesanal, pero a mediados de esa década empieza a conocerse el fenómeno de los garimpeiros, y consuetudinariamente, el manejo ilegal del mercurio. De eso debemos hablar en otro momento.
Caso del Caño Alpargatón
Como ya mencionamos, en la vía Morón-Coro, se instaló el Complejo Petroquímico de Morón, que tuvo entre 1975 y 1980 un aumento de la producción de cloro, dado que la demanda nacional había aumentado vertiginosamente. Para 1977, se elimina el IVP y la Petroquímica es adscrita al sector petrolero, llamándose desde entonces PEQUIVEN. En ese proceso de decide el cierre de la Planta de Cloro-Soda ya que en la petroquímica de El Tablazo se construyó una planta para la misma producción, ahora más ampliada, y que no usaba mercurio. Los trabajadores fueron reubicados unos, otros cesanteados y otros jubilados.
Para 1979, unos 200 trabajadores, quienes habían sido expuestos directamente al mercurio, sin EPP ni EPC en la Planta, inician acciones en defensa de su salud que son acompañadas por Dr. Miguel Mónaco, médico del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en Morón. El asunto llegó a Caracas, y se conformó una Comisión multidisciplinaria que me tocó coordinar, con funcionarios del Programa de Higiene Ocupacional del Ministerio de Salud, Programa que yo dirigía para entonces, del Ministerio del Trabajo y del IVSS.
La Comisión no pudo hacer un estudio exhaustivo del caso en planta porque luego de haber iniciado el trabajo, llegó el Presidente de la empresa, quien luego ocuparía los más altos cargos de la vieja PDVSA, la meritocrática, y nos pidió amablemente, pero con firmeza que desalojáramos la empresa y prohibió a sus subalternos suministrarnos cualquier tipo de información. Recuerdo que llamé a mi jefe en Caracas, para pedir autorización para allanar la empresa con la Guardia Nacional, que era una cuestión establecida en la antigua Ley de Sanidad Nacional, por supuesto mi jefe ni consultó eso con el Ministro y me ordenaron volver a Caracas con toda la Comisión.
No obstante lo anterior yo había ido directamente a la planta, visité lo que quedaba de ella, se parecía a un castillo draculesco, y era tal la cantidad de mercurio derramado que en los alrededores de la planta, hurgaba en la tierra con un lapiz y encontraba mercurio a flor de piel, como se dice. Luego de esto, una Comisión del Ministerio del Ambiente tomó muestras de las aguas del caño pero nunca tuvieron la decencia de intercambiar información, todo era un secreto.
Omaña (2007) indica que lo que sí se supo, fue que esta Comisión estimó en 15 toneladas la cantidad de compuestos mercuriales que la planta había arrojado, durante sus veinte años de funcionamiento al Caño Alpargatón, el cual durante la época de lluvias descarga al mar y que estudios realizados por diversos investigadores, en esos años, de la Universidad de Carabobo, determinaron concentraciones de mercurio en peces que sobrepasaban los niveles propuestos por la OMS. En todo caso alrededor del tema hubo mucha especulación, llegando a estar en el verbo popular, que los cocos de Golfo Triste tenían mercurio, algo que nunca se demostró.
Suárez (1979) en artículo publicado por el diario El Regional, hizo referencia a la contaminación mercurial ocurrida en el Caño el Alpargatón en Morón, estado Carabobo, debido a una planta de cloro soda que allí funcionaba, que vertía el mercurio hacia el "alcantarillado" y de allí a la franja costera que se extiende desde Morón hasta el Parque Nacional Morrocoy, algo alarmista, pero posible.
Más recientemente, Jennifer Smith y colaboradores (2017), hicieron medición de las concentraciones de mercurio en aguas, sedimentos, plancton y peces del Caño Alpargatón y en la zona marino-costero de Golfo Triste. Las concentraciones de mercurio total en aguas estuvieron valores inferiores al límite permisible ambiental para agua potable, lo cual era de esperarse porque como dijo el filósofo griego Heráclito, nadie se baña dos veces en el mismo río, aludiendo al movimiento de las aguas.
Pero en sedimentos se encontraron concentraciones entre 14,5 y 453,5 µg Hg kg-1 porque el lecho de los caños, ríos y quebradas no tiene la movilidad del agua, y pesa a que ha pasado varias décadas desde que la Planta de Cloro-Soda hacía sus descargas al Caño Alpargatón, el metilmercurio presentó las mayores concentraciones de las especies del mercurio en la sedimentos de zona litoral, en los puntos cercanos a la descarga del Caño Alpargatón, encontrándose altas concentraciones de esta especie, mientras que en las muestras de peces las concentraciones de estuvieron en niveles inferiores a los límites permisibles para el consumo humano.
Marrero, S. et al. (2011) realizaron evaluaciones de mercurio urinario de 100 residentes de la comunidad Boca de Yaracuy (zona costera del estado Carabobo-Venezuela) así como los niveles mercuriales encontrados en pescado, agua y sedimento provenientes del Caño Alpargatón. Las muestras fueron muy pequeñas y no determinaron metilmercurio en los sedimentos, por eso, además de concluir que la media de los niveles de mercurio en la orina de los individuos analizados eran inferiores al límite que establece la Agencia de EE.UU. para sustancias tóxicas y registro de enfermedades, y se determinó ausencia de contaminación ambiental por mercurio, explicitan que requieren de nuevas investigaciones, que abarquen un mayor número de elementos que faciliten un mejor abordaje de la contaminación mercurial.
Por su parte, los trabajadores expuestos en general, fueron colocados por el IVSS en la figura de reposo casi infinito, pocos intentaron demandas, pero sin ningún éxito hasta que llegamos a la Quinta República, y así, por instrucciones del Presidente Hugo Chávez, el 16 de febrero de 2006 y a través de una resolución conjunta entre el Ministerio de Energía y Petróleo (MENPET) y el Ministerio del Trabajo, se entregaron Bs. 13 millardos 508 millones a 228 ex trabajadores y familiares de fallecidos del otrora Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP), quienes laboraron desde el año 1956 y hasta 1976 en la planta de cloro soda y resultaron contaminados con mercurio.
Adicionalmente, la resolución conjunta estableció la entrega a cada trabajador de una pensión vitalicia por vejez a partir del primero de enero conforme a lo previsto en la Ley del Seguro Social, la cual fue equivalente al salario mínimo decretado por el Ejecutivo Nacional.
Reflexión final
En todos los postgrados estamos estudiando lo que pasó en Minamata, lo que pasó en otros países, y eso es bueno, pero casos como el Caño Alpargartón, en el estado Carabobo, y Caño Mánamo, este último también ubicable en este blog, deben ser estudiados a profundidad, para hacer nuestra propia historia de la seguridad y salud en el trabajo, y el ambiente, que como indican las notas mencionadas, tienen estrecho vasos comunicantes, como acostumbraba decir el Maestro mayor en sus clases, Emigdio Cañizales Guédez, él les decía a sus estudiantes del 5 año de Medicina en la UCV, palabras más, palabras menos, que los contaminantes de los ríos, aires y suelos, primero pasaron por los pulmones, el hígado, los riñones y demás órganos del cuerpo de los trabajadores, por eso la prevención del trabajo es doblemente importante, por la salud y vida de quien trabajo, y por la vida de la madre naturaleza, a la que todos los seres vivos nos debemos.
Referencias
Ladou, J. & Harrison, R. (2014). Medicina Ocupacional y Ambiental. Disponible en https://pdfcoffee.com/qdownload/joseph-ladou-robert-harrison-current-medicina-ocupacional-y-ambiental-2014-mcgraw-hill-3-pdf-free.html
Marrero, S. et al. (2011). Exposición ambiental al mercurio y valores en orina de los habitantes de la comunidad Boca de Yaracuy, ubicada en la costa centro-norte de Venezuela. Gac Méd Caracas. 119(4):315-320. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/286611916_Environmental_exposure_to_mercury_and_urinary_values_of_the_inhabitants_of_the_Boca_de_Yaracuy_community_located_in_the_north_central_coast_of_Venezuela
Omaña, E. (2007). Módulo de Seguridad, Salud y Ambiente. Postgrados de Higiene Ocupacional y Seguridad Industrial. Universidad Bolivariana de Venezuela. Mimeografiado.
Omaña, E. En el 2011 la Tierra estuvo al borde de un invierno nuclear. Disponible en https://naturaytrabajo.blogspot.com/2021/03/hace-10-anos-estuvimos-punto-del.html
Paülo, A. (2006). Evolución histórica de la minería venezolana desde la precolonia hasta nuestros días, en Conference: I Congreso Internacional de minería y metalurgia en el contexto de la Historia de la humanidad: pasado, presente y futuro. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/303594426_Evolucion_historica_de_la_mineria_venezolana_desde_la_precolonia_hasta_nuestros_dias
Smith, J. & et al. (2017). Especiación de mercurio en el Caño Alpargatón y en las zonas marino-costero del Golfo Triste (Venezuela). Revista Ciencias de la Salud. Vol. 2, Año 2017, No 3 (17-36). Disponible en https://revistas.utm.edu.ec/index.php/Basedelaciencia/article/view/1031/1079
Suarez J. "La bomba, artículo ecológico del Alpargatón". El Regional, 1979, Vol. 25: p. 311.
Yacuzzi, E. (2008) : Chisso Corporation y la enfermedad de Minamata, Serie Documentos de Trabajo, No. 391, Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (UCEMA), Buenos Aires. Disponible en https://www.econstor.eu/bitstream/10419/84396/1/595683878.pdf