Danilo, tu nombre como el de Aníbal.
Hoy inmortal y para siempre amado
Unido el dolor, a mi tristeza.
Unida la ira, a mi impotencia
Por no haber podido impedir tu asesinato
Arrasan hoy mis ojos, en lágrimas de ira
Te masacran, te asesinan, cobardes, viles
Aquellos que burlaron la justicia
Estando aún libres por su crimen.
Te masacró joven Danilo
La impunidad de la justicia
Fue cómplice ciega de tus asesinos
Luchaste sólo, como un coloso
En medio de la arena
Te dejaron morir Danilo, los cobardes
Los que cómplices silenciosos te abandonaron
En tu lucha titánica sin escudos
De que valen ahora mil discursos
Ni hermosas y resplandecientes condecoraciones
Si con ellas no logran, regresarte del arcano en vida
Como hijo digno de esta patria.
No podrán las condecoraciones
Ni los mil discursos declamados, realizar
El milagro de Jesús con Lázaro.
Aquella noche, Danilo, aquella noche trágica
Se inmortaliza tu nombre de valiente
De soldado del pueblo y combatiente.
Por eso Danilo, quedamente en silencio
Me recojo en un rincón de mi floresta
A llorar quedamente tu partida
De luchador y valiente justiciero.
El amor hoy, acompaña mi impotencia.
Deseo aplicar la mano justiciera
¡De tu justicia!
Aquella que siempre tú buscaste
Al enemigo infame, que cobarde te apaga.
Como la rosa nos brindaste tu alma
Aunque al hacerlo
Te clavaras sus espinas.
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