Cientos de empleados, técnicos, obreros y gerentes que componen la nómina de Corpoandes no tienen justificación de cobrar los sueldos y salarios que religiosamente reciben, si los Consejos Comunales organizados y genuinos voceros del Poder Popular no obtienen a tiempo y en la calidad suficiente la asistencia, orientación y formación necesaria para cumplir la misión que les asigna la Ley Orgánica que los rige.
No se puede concebir que el gobierno federal nacional les transfiera inmensos recursos a los entes regionales para que sean los Consejos Comunales quienes lo administren y a estos solo les llegue menos del 5% del total asignado. No puede ser que las llamadas OTR (Oficinas Técnicas Regionales) en conchupancia con los poderes constituidos les escamoteen los recursos que deben ser transferidos a los Consejos Comunales y después aleguen que son ordenes que vienen de Caracas, cuando ya el Presidente Chávez se ha comunicado con el pueblo diciéndoles los montos a los cuales tiene derecho.
El cambio gatopardiano de las corporaciones regionales a OTR, ha dejado al descubierto lo inoperante de una burocracia creada durante la IV República y que mantiene a un funcionariado enemigo de la revolución medrando a costa del erario publico y sin rendirle beneficios al país. No es cambiándoles el nombre a las instituciones, creadas durante la IV República como vamos a construir una sociedad socialista, dejando intacta la estructura capitalista que las sostiene.
Después de 12 años de gobierno, la Revolución Bolivariana, no puede darse el lujo de estar manteniendo estructuras burocráticas corroídas y además culparlas por lo que dejan de hacer a favor del logro de las metas revolucionarias. Esas instituciones ya cumplieron con las funciones para las cuales fueron creadas. Seguirles dando oxigeno, cambiándoles la denominación , solo contribuyen a prolongar su agonía. La eutanasia es indispensable pues ya le aplicamos los santos oleos y se niegan a morir en la paz del señor.
Oyendo los planteamientos del funcionariado, que todavía dice creer en la recuperación de Corpoandes, es porque se niegan a aceptar que Chávez no es Jesucristo y que él no tiene poderes para resucitar a los muertos y darle vida a lo que ya no la tiene. “Dejad que los muertos entierren a sus muertos” parece ser un sabio consejo a seguir si queremos salir con vida de este huracán revolucionario que nos ha tocado vivir en este siglo XXI.