Los males siempre crecientes que la monopolización de la tierra y la explotación capitalista acarrean para el que cultiva el suelo y para la sociedad entera no desaparecerán completamente más que en una sociedad donde el suelo, así como los otros medios de producción, pertenezcan a la colectividad, que lo hará explotar para el interés común, empleando los procedimientos de cultivo más perfeccionados. Pero hay para cada consejo comunal una tarea esencial y primordial: la organización del trabajador rural contra los que le explotan.
El socialismo, que queremos construir el pueblo venezolano en ejercito de esta lucha de clases, tenemos el deber, ante todo, de iniciarlo por un trabajo metódico, reflexivo e incesante con conciencia de nuestros intereses y de nuestra fuerza y de usar a este efecto de todas las armas que la situación política y social actual pone entre nuestras manos y que su concepción superior de la justicia nos sugiere.
Entre estos medios la victoria apabullante del Comandante Chávez el 7-O nos indica la acción política y la organización de todo el pueblo en un solo grupo político, consejos comunales, cooperativas, círculos de arte y educación, e invitamos a todos los militantes socialistas a combinar lo más posible estos medios de lucha y de educación, que estos medios aumentarán la fuerza de la clase trabajadora y nos harán capaces de expropiar política y económicamente a la burguesía y de socializar los medios de producción y distribucción. Los socialistas de todo el país debemos comprometernos a intervenir a fin de que todos los extranjeros disfruten del mismo derecho de asociación y puedan servirse de él por todos los medios a su disposición.
El pueblo organizado debe usar de todos los medios en su poder para combatir la explotación de la burguesía y condenar, en todas las circunstancias y con toda su fuerza, las injusticias y las crueldades que, necesariamente, derivan de ella en todas partes entregadas a las ambiciones de un capitalismo sin vergüenza y sin remordimiento. Los socialistas debemos cuestionar en todas las partes donde las condiciones económicas lo exijan.
Todos los socialistas tenemos el deber, sin desconocer la importancia de la política general, de hacer comprender y apreciar la actividad Municipal, de prestar las reformas de los consejos comunales la importancia que les da su papel de embriones de la sociedad colectivista, y de aplicarse a que los servicios: transportes urbanos, viviendas para el pueblo, agua, alumbrado público, distribucción de combustible, tiendas comunales, panaderías, lavanderías, servicios de alimentación, trabajos colectivos, etc. sean instituciones ejemplares, tanto desde el punto de vista de los intereses del pueblo como de la situación de todos los ciudadanos que ejercen esas funciones. Las comunas demasiado débiles para realizar solas esos planes, deben trabajar asistidas por el Estado y por formar cooperativas comunales.
En un estado democrático moderno, la conquista del poder político por el pueblo no puede ser el resultado de un golpe de mano, sino de un largo y penoso trabajo de organización popular sobre el terreno económico y político, de la regeneración física y moral de la clase trabajadora, de la conquista gradual de las municipalidades y de las asambleas legislativas.
No obstante, al demostrar a los trabajadores a qué presiones los someten las empresas capitalistas, el Estado socialista no recomienda que se intente impedir la formación de esas coaliciones siendo su formación el resultado lógico del sistema de producción, una legislación represiva lo más que podría sería modificar su forma, pero no podría obstaculizar eficazmente su acción. El partido socialista, no obstante, no se opone a que las leyes obliguen, que las empresas burguesas cancelen los derechos laborales de cada trabajador amparados por la LOT, publiquen su manera de funcionar y sus resultados financieros.
Que la burguesía-imperialista que pesa en estos momentos sobre el país es el resultado fatal del estado permanente de guerra abierta, latente, impuesta al pueblo por el régimen de explotación del hombre por el hombre y a la lucha de clases, que es la consecuencia que sólo la creación de un orden socialista poniendo fin a la explotación del hombre por el hombre pondrá fin al militarismo y asegurará definitivamente la paz.
La única salida real a la opresión actual de esas coaliciones es la asociación en empresas mistas o la nacionalización y, a un estado consecutivo, la regularización de la producción en los sectores donde las empresas de la burguesía han alcanzado su más alto desarrollo de explotación. Lo inmediatamente necesario es la organización sindical de las masas obreras y campesinas porque de la extensión de la organización depende la extensión de las huelgas a las industrias enteras propiedad de la burguesía de todo el país.
¡Gringos Go Home! Libertad para los cinco héroes de la Humanidad.
¡Pa'lante Comandante! Lucharemos, viviremos y Venceremos.
Hasta la victoria siempre y Patria socialista.
manueltaibo1936@gmail.com