Seguramente permanece fresco en la memoria de millones de venezolanos aquel emplazamiento, casi desesperado del Comandante Supremo, exigiendo la necesidad primaria de construcción de las comunas como paso previo y fundamental para seguir avanzando en la construcción de un nuevo estadio social, como es el Socialismo.
Después de tantas instrucciones, iniciativas, aprobación de leyes, instancias burocráticas y recursos para que se iniciara la concreción de este paso para la consolidación de un poder popular verdadero, Chávez se marchó, sabemos, esperando la construcción de... ¡una Comuna!
Conste que el mismo Presidente Chávez estuvo en conocimiento de los avances organizativos que históricamente se dieron y se siguen dando en muchos lugares de nuestro país, con más precisión en estados del occidente venezolano. La lucha por la tierra y contra el latifundio, esencialmente, unió a miles de compatriotas en un sentimiento de activa lucha contra el desplazamiento y la exclusión.
Buena parte de ese resultado ustedes lo conocen. Agresiones de los cuerpos de seguridad, perseguidos, desaparecidos y cientos de asesinados por el sicariato, bajo orden expresa, bien protegida y resguardada, de quienes durante décadas a fuerza de alambre de púa cercaron a medio país con la complicidad de los gobiernos de turno.
Ocurre que en todas esas comunidades, tanto del medio rural como urbano, se viene dando un combate constante, perenne, contradictorio siempre, pero por encima de todo cargado de un inimaginable optimismo que choca con el desdén perverso de los funcionarios públicos del área, quienes en conocimiento de las marcadas deficiencias educativas, formativas y sobre en lo político-ideológico no hacen esfuerzo alguna por dar su contribución para superarlo.
Es cierto que, como lo hemos dicho y oído decir tantas veces, el venezolano abrió los ojos con Chávez. Pero eso no es suficiente. Sabemos que tenemos un pueblo más politizado e informado. Bombardeado minuto a minuto también por la contrainformación reaccioanaria de unos medios que no solo satanizaron a nuestro líder y a la Revolución Bolivariana, sino que lo siguen haciendo de manera furiosa y hasta irracional contra el Presidente Maduro. Medios y organizaciones opositoras que no reconocen en lo absoluto los avances sociales y políticos, sobre todo, de esta Revolución.
Lo cierto es que nuestra dirigencia política y gubernamental, a todos los niveles, sigue comprometida y en deuda con aquella exigencia determinante del Presidente Chávez para poder dar los pasos firmes en la construcción de un verdadero y real poder popular. Comuna o nada seguirá retumbando en los oídos y en la mente de quienes pudieran vacilar acerca de la trascendencia de de estas organizaciones en la conformación de una poderosa fuerza del pueblo. Por ello, este y todos los 5 de marzo que vienen, es momento para presentarle a Chávez el avance real y sincero de las Comunas que exigió como piedra angular para dar paso al estado comunal.
