El Poder del Consumidor. Parte (2) de "Todo el Poder para el pueblo"

Dentro de los tres Poderes que he destacado como aspectos fundamentales
a considerar para generar un modelo de sociedad distinto y consono con
la idea del Socialismo del siglo XXI, comienzo con el Poder del
Consumidor*. Comienzo por éste, no porque considere que es más
importante que el Poder Comunal o el Poder Productivo-Laboral, sino
porque considero que es el que menos atención está recibiendo en el
ejercicio de gobierno y en las discusiones que se van conduciendo para
las reformas constitucionales.

Por mucho que cambien las cosas, un elemento que habrá de subsistir es
el intercambio de bienes y servicios entre los humanos. Unos vendemos
fuerza de trabajo, ideas, productos o servicios en general; otros los
compramos. Quizás se llegue a configurar un esquema en el cual el
dinero no intervenga tanto, pero el intercambio es inevitable. El
control por parte del Pueblo del intercambio es fundamental. A través
de la consolidación del Poder Productivo-Laboral se conquistará el
sueño de Alí: "Obrero por tu propia fábrica", "Campesino por tu propia
tierra." Sin embargo, el producto generado en esa fábrica o esa tierra
se podría perder sin la participación consciente del pueblo en su
condición de consumidor, sobre todo cuando el mercado es dominado por
los que no están en sintonía con los intereses del pueblo.

Hoy por hoy, y perdonen el eufemismo, el control de ese intercambio no
lo tiene el pueblo. En el "juego" de la oferta y de la demanda, como en
todo juego, domina el que tenga mejores condiciones. La dominación, en
general, que se observa dentro de las relaciones sociales se asocia a
una doble disparidad. Los compradores de trabajo y los vendedores de
bienes tienen el dominio sobre los trabajadores y consumidores finales,
quienes representan por cierto la inmensa mayoría del pueblo.

Observemos con los siguientes ejemplos cómo los proveedores de bienes y
servicios sacan provecho de su dominio en el mercado.
* Un vendedor se aprovecha de que muchos compradores no indagan
precios y aumenta los precios de sus productos.
* El sector lácteo decide derramar millones de litros del preciado
producto a un río, para desechar la producción que "se perdió"
debido a las presiones para aumentar los precios.
* La empresa A le vende la mayonesa a la empresa B. La empresa B
le vende a la empresa A la margarina. Todas las presentaciones
de cada uno de estos productos pertenecen a monopolios
disfrazados.
* A pesar de las fuertes necesidades de viviendas, hay viviendas
"frías" debido a que la tasa de inflación en el sector es muy
alta y es mejor negocio esperar.
La formula para equilibrar las relaciones de intercambio entre
proveedores y consumidores radica en incrementar los niveles de
* Información,
* Conocimiento sobre el negocio,
* Organización,
* Capacidad de negociación,
* y Conciencia del consumidor en su rol y en su poder de
regulación del mercado.
La creación de los Mercales, la importación de rubros acaparados y el
estímulo a la producción de bienes escasos, representan medidas
gubernamentales de significación indiscutible. Sin embargo las mismas
no sirven para consolidar el poder popular. Además, la intervención del
estado con medidas puntuales como las anteriores es una evidencia de la
debilidad del pueblo consumidor. En la medida que el poder popular se
vaya consolidando, el papel mediador del estado se irá diluyendo. El
papel del Estado debe ser como el de un padre que cada día requiere
estar menos pendiente de la protección y más pendiente de la educación y
autonomía de sus hijos.

En referencia al papel del Instituto para la Defensa y Educación de
Consumidores y Usuarios, INDECU, hay que decir que ha tenido un pobre
impacto en la defensa y uno paupérrimo en educación. El porcentaje de
la población integrada a organizaciones de consumidores ni remotamente
llega al 1%. Existen algunas organizaciones de usuarios que han
mostrado su poder en los aspectos específicos que les concierne, sin
embargo el rango de rubros de interés colectivo que deberían ser
controlados por la población es mínimo. El pueblo consumidor tiene muy
poca consciencia de su rol y actúa muchas veces de forma autómata y
hasta alienada en el mercado.

En las próximas entregas se precisará como consolidar el poder del
consumidor.



* Se entiende como como consumidor a quien utiliza un bien (producto o
servicio) para su uso final y no con la intención de utilizarlo para la
producción de nuevos bienes o para comercializarlo. Se entiende que un
usuario es un consumidor de bienes de servicio.



pachano@ula.ve


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Prof. Felipe Pachano Azuaje

Profesor de la Universidad de los Andes

 pachano@gmail.com

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