Los ojos de Venezuela se posaron el jueves 8 de septiembre sobre la fiesta de celebración de los cien años de la coronación canónica de Nuestra Señora del Valle en la isla de Margarita. “Eres una virgen Patria” clamó el Presidente Chávez a través del Twitter, mientras le pedía salud, justicia social, paz perpetua y la mayor suma de felicidad para los venezolanos.
En los nuevos espacios construidos para la ocasión en El Valle del Espíritu Santo, se concentró una cierta cantidad de personas, entre residentes y visitantes para la magna celebración. El primer detalle interesante de la cuestión, es que prácticamente se exigió a los asistentes ir completamente vestidos de blanco, bajo la excusa del inclemente calor que está castigando a los habitantes de la isla por estos días.
Aquello recordaba las romerías blancas que realizaban en el Parque Los Caobos de la ciudad de Caracas y demás sitios importantes de la República, cuando Acción Democrática pretendía llamarse “el partido del pueblo” y era el hegemón indiscutido de la entrega del país a la voracidad imperialista.
Allí estaba Morel Rodríguez cual “Capo di tutti capi”, con sombrero del tipo panamá blanco al centro de la tarima principal, rodeado de compinches y cómplices, quienes provenientes de toda Venezuela se reunieron en el Valle, aprovechando la ocasión para aparecer junto al jefe de la mafia en Margarita, en un intento por ganar algunos punticos en la campaña interna para la escogencia de quién será el perdedor del año que viene con el Presidente Chávez.
Antonio Ledezma, Henrique Capriles, Pablo Pérez y César Pérez Vivas, fueron algunos de los representantes de esa fauna que agrupados en la llamada “Mesa de la Unidad Democrática” tienen la esperanza de ser los capitanes del retorno a la vieja Venezuela de corrupción, entreguismo y exclusión que sufriera nuestro pueblo con los gobiernos de la ya pasada cuarta República. Para ello cada uno, sin la menor vergüenza aprovechó la ocasión para pronunciar sus respectivos discursos políticos, plagados de ese viejo y archiconocido lenguaje que cada vez dice menos al pueblo venezolano.
De esos personajes en su desesperación electorera, o “preelectoral”, se pueden esperar esas y muchísimas cosas más. Pero correspondió a Monseñor Urosa Sabino, Arzobispo de la ciudad de Caracas, convertir aquel acto que debería ser de verdadero sentir y devoción popular, en un patético mitin politiquero.
Comenzó el prelado, o “purpurado”, estableciendo que la Virgen María y Nuestro Señor Jesucristo están por encima, pero muy por encima de proyecto o credo político alguno y con ellos la Santa Iglesia Católica. Completamente de acuerdo con lo primero y muestra de ello el respetuoso saludo y universal petición que le hiciera a la Virgen del Valle el Presidente Hugo Chávez, donde le dice nada menos que ella es la Patria, es decir la gran madre y le pide la paz, la salud y mayor suma de felicidad para todos los venezolanos, sin sectarismos ni exclusiones.
En cuanto a lo segundo. Vamos a estar de acuerdo en que tanto la Iglesia Católica, como todas las demás formas de religión credos y doctrinas existentes, deberían mantenerse totalmente al margen de los proyectos políticos sean revolucionarios o no. Al menos como instituciones confesionales. Por su parte, la revolución da cabida a todas las expresiones de lo humano como pueblos, independientemente si se cree o no se cree en Dios.
Pues contra este principio el Arzobispo Urosa Sabino y en general la estructura y jerarquía eclesiástica, vienen pecando desde hace muchísimo tiempo. Comprometiendo o embarrando hasta la coronilla a esa institución religiosa con la podredumbre del capitalismo. Identificándola con un lenguaje contra la liberación de los pueblos y atándola al carro de la explotación y la mezquina acumulación de capitales.
Seguidamente monseñor convirtió su discurso en una verdadera letanía, no precisamente religiosa, sino de ataques al Gobierno Bolivariano. Eventualmente aplaudida cuando sus connotaciones eran más evidentemente políticas.
Al día siguiente decían los titulares de sus periódicos que los precandidatos venían a pedirle a la Virgen un milagro. Pues bastante razón tienen, porque solamente un milagro podría hacer que algunos de esos personajes le ganaran en el respaldo de su gente al Presidente Chávez. Y a buen seguro, la Virgen del Valle ni de vaina les haría un milagro a esos enemigos del pueblo.
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