Este 26 de septiembre hay razones para preocuparse, pensar, reflexionar y aprovechar el tiempo en una actividad vital para el futuro del PSUV en Anzoátegui. El tiempo se agota y las condiciones que produjeron la derrota del 26-09-2010 están aún esperando por una consideración y respectivo tratamiento. Se persiste en la terca idea de esconder el hecho y por lo que se observa, la derrota continua abandonada y huérfana. Nadie es capaz de tenderla una mano.
El comportamiento del avestruz se está quedando corto. Desde ese 26 septiembre del año 2010, ha transcurrido un año y los conductores de la política continúan con la cabeza bajo tierra. Pensar que esa fue una elección sin mucho interés y que no recoge el sentimiento de inconformidad y malestar local, es precisamente enterrar la cabeza. Asumir la postura del avestruz no es una opción entre tantas, es darle sentido a la rutina porque hacer lo del avestruz, es simplemente un reconocimiento a una debilidad, frente a la “fortaleza” de los que controlan los respectivos conucos locales. Definitivamente, ni los 15 del equipo juntos ni individualmente, hay poder para meter en cintura a nadie. Se respeta “férrea y revolucionariamente” las parcelas que cada quien administra y no es una locura o exageración sostener, que los burgomaestres y burgomaestras aprendieron la consigna histérica de la oposición y ponen a correr el lema: Con mi conuco en alcaldía no te metas.
¿Qué ha cambiado? ¿Qué estamos haciendo para alterar el desaliento? ¿Qué estamos haciendo para echar las bases de un nuevo Municipio?
Nada, absolutamente nada. En estos momentos el PSUV en Anzoátegui está en un tareísmo que produce bajada y subida de tención en algunos miembros del equipo de los 15. Si al responsable de organizar las patrullas se le baja la tención y pasa unas horas en el área de emergencia de un clínica, mientras la tención se estabiliza; debe reconocerse en el plano colectivo e individual que el PSUV y el camarada responsable de culminar la tarea de alistamiento tienen los cables invertidos porque los tableros de controles que tienen son sensible a los síntomas de la enfermedad y no son capaces de prender las alarmas que anuncian las existencia de nudos críticos.
No se trata de restarle sentido e importancia a una tarea que es definitivamente muy importante, cuyo objetivo se encuentra focalizado en el registro y alistamiento de los patrulleros y patrulleras para luego ponerlas a funcionamiento. Esta tarea es importante, pero es posible que podamos armar unos cuadros de patrullas con sus patrulleros y patrulleras bien comprometidos y comprometidas para trabajar por los retos pendientes para el año 2012, pero ello no facilite o permite avanzar mucho porque al cuerpo del PSUV en Anzoátegui no se le ha aplicado o administrado correctamente el medicamento. Hay por supuesto que cumplir con esta importante tarea, pero si no se va al fondo de los asuntos que tienen descontento a las comunidades; el desaliento no desaparecerá y es posible la pérdida de espacios de poder.
La derrota en Anzoátegui en septiembre de 2010, no respondió a la falta de patrullas y patrulleros; no es su causa más crítica. En consecuencia el desarrollo de este lineamiento nacional no permitirá alterar o modificar las razones que permitieron un 26-09-2010. Es necesario insistir en el asunto y recomendarle al equipo del PSUV en Anzoátegui colocarse todos en un diván y tratar hacer una regresión. El Problema creo yo, es no tener poder ni conciencia de los hechos. Puede tenerse un conocimiento de las razones que produjeron un 26 de septiembre en Anzoátegui; pero eso no implica estar consciente del fenómeno. Una cosa es conocer algo y otra muy distinta es tener conciencia del asunto o problema.
¿Cuál es el remedio para tratar la enfermedad y mantener los espacios locales que Chávez ha ganado y que están dejando perder?
Los 15 lamentablemente no tienen poder y fuerza para imponer nada. Representan a factores de Caracas pero no representan a mucha gente en el estado. Conocen o creo que conocen las razones del terremoto del 26-09-2010 pero no tienen conciencia de ello y se produce una especie de círculo vicioso. Conciencia es sinónimo de fuerza moral y política y sugiero que la medicina para tratar el mal que está volviéndose crónico es volver a leer con conciencia una de las líneas estratégicas de plan de acción política del PSUV. No pido mucho; leer la primera línea y otra cosita del libro rojo y meterse una sobredosis de conciencia. La sobredosis de conciencia, implica usar como palanca o muleta el poder popular, porque estamos conscientes que los 15 no tienen poder y en consecuencia, el poder popular puede emplazar a los responsables del terremoto del 26-09-2010 para que cambien y haya la posibilidad de conservar las alcaldías que Chávez ganó y que estos alcaldes están perdiendo.
Finalmente, hay una pregunta que me ha estado dando golpe en la conciencia. La pregunta se encuadra en la siguiente conclusión: Si los actuales alcaldes y alcaldesas saben que no van a repetir y que tienen un alto nivel de rechazo. ¿Cuál será su preocupación? ¿Qué les quita el sueño? ¿Será que su obsesión ahora, no es enderezar nada y tratar en lo posible resolver sus vidas? ¿Será que su reto o gestión se orienta a salir de ese cargo y no tener necesidad de trabajar más nunca?
@ClaudioElcuaco
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