Con el pasar de los días la candidatura del próximo gobernador para el estado Táchira crece y se consolida. La cercanía del 7 de octubre dará un contundente triunfo al Presidente Hugo Chávez, ello va generando un impresionante sentimiento bolivariano en los veintinueve municipios tachirenses y va rodeando al candidato de la revolución: Tarek El Aisami.
En este justo momento sigue desmoronándose el impopular gobierno opositor en el estado Táchira. Es larga la fila y la cola de funcionarios copeyanos incursos en gravísimos hechos de corrupción. Y como si esto fuese poco el abandono de toda la infraestructura vial, sumado a los altos índices de inseguridad, la policía regional no da respuestas, técnicamente esta acuartelada por el gobernador copeyano mientras la delincuencia hace de las suyas en las calles.
Bandas de estafadores operan dentro de la gobernación, funcionarios activos simulan supuestas ayudas económicas millonarias hacia fulanas Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Como controlan a la policía regional, estos se encargan de operar en conjunto y los testaferros de Pérez Vivas manejan las operaciones desde la propia oficina del Despacho del mismísimo gobernador.
La estrategia de inseguridad copeyana consiste en aislar incluso a las policías regionales, es decir, las policías de aquellas alcaldías opositoras, todo con el fin de generar un campo amplio de impunidad para que grupos de delincuentes que actúan bajo las órdenes de Pérez Vivas, generen zozobra en los principales municipios del estado.
Esta estrategia corresponde al fracaso de una supuesta gestión que nunca comenzó y ahora cuando Pérez Vivas sabe que será imposible vencer a Tarek El Aisami, entonces ha organizado toda esta espiral de violencia que a diario cobra vidas de inocentes tachirenses.
Todo indica que Pérez Vivas se robó las elecciones pasadas para ser gobernador, hicieron trampa, controlaron mesas electorales, el ritmo acelerado de las maquinas del CNE no corresponde con el proceso normal de votación, algunas maquinas fueron intervenidas, secuestradas por los grupos de Copei quienes literalmente colocaron su dedo índice sobre la tecla Votar y le dieron hasta conseguir los votos necesarios y todo bajo la irresponsabilidad del actual cuentandante en el estado Táchira del CNE, quien nunca fue removido, menos investigado.
Hoy, hasta los mismos grupos opositores le han quitado el respaldo a Pérez Vivas y él junto a su breve gobierno se hunde.
Pero la campaña es en la calle y con la gente, esa es la formula y la mejor manera de ganar unas elecciones es con la suela de los zapatos. Por eso es necesario y urgente que el candidato de la revolución termine su fabulosa gestión al frente del ministerio más importante del país: Interior y Justicia, para así terminar de comenzar la más dura de todas sus batallas, derrotar y pulverizar a aquel gobernador paramilitar.
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