“Vacilar es perderse” Simón Bolívar
Algo me dice que lo que está en juego en Guayana es mucho más que la sola Gobernación de un estado. Angostura, territorio donde se consolidó el ejército Patriota y se desarrolló el Congreso y el discurso que labraran la estrategia para la emancipación suramericana, es ahora la puerta ante el mundo, no solo de la República Bolivariana de Venezuela, sino del MERCOSUR, uno de los más vastos y ambiciosos proyectos de integración continental desde los tiempos del Congreso Anfictiónico de Panamá. Incluyendo por supuesto la estratégica Faja Petrolífera del Orinoco.
El Estado Bolívar es la zona del hierro. Espacio de desarrollo de las Industrias Básicas, donde la siderúrgica entre otras, ha conformado en las últimas décadas un centro de actividad que reúne al más amplio conglomerado de clase obrera calificada. Clase obrera que asumió combativamente su papel de vanguardia en las luchas revolucionarias desde los tiempos del punto fijismo. Y que fue durante años recientes del proceso bolivariano, protagonista de avanzadas experiencias en la construcción del poder popular mediante formas autogestionarias y de control obrero.
Sin embargo han surgido inquietantes preguntas en los últimos tiempos, sobre si ha tenido continuidad e incremento ese desarrollo en esta último lustro de revolución bolivariana. Preocupantes informes indican que la productividad de esa zona del país decrece notablemente y el control obrero conquistado ha desaparecido, lo cual afecta dramáticamente los estratégicos planes para la transformación económica y social de Venezuela.
En el plano político, un descenso de casi ciento cincuenta mil votos por el Presiente Chávez en las pasadas elecciones es indicativo de que algo no marcha muy bien por esas tierras del sur. ¿Es que no funcionan o no existen suficientes empresas socialistas impulsadas por la Gobernación en el Estado Bolívar? ¿Es que no existen políticas públicas regionales que atiendan y respondan a las necesidades básicas de los conglomerados sociales? ¿Está el Gobierno regional desarrollando revolución en el Estado Bolívar? ¿El PSUV está cumpliendo a cabalidad su función como vanguardia organizada y organizadora del más cuantioso y avanzado conglomerado de la clase obrera en el país?
Y la pregunta de las sesenta mil lochas: ¿A qué vínculos e intereses está vinculada la figura del Gobernador Rangel Gómez, que pese al rechazo creciente de importantes y numerosos sectores del movimiento popular, va a la tercera reelección en el estado Bolívar? El mismo que siendo precisamente Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, mostró “el bojote” ideológico durante los sucesos de abril del 2002.
No es que la revolución puede perder el estado Bolívar, es que pareciera que ya desde hace varios años lo venimos perdiendo.
Para los revolucionarios venezolanos la tarea urgente es el rescate del estado Bolívar, antes de que lo perdamos por completo.
El Partido Comunista de Venezuela en base a una interpretación acertada de nuestro proceso histórico, al igual que otras organizaciones de la alianza, desde sus inicios acompaña leal y consecuentemente al Presidente Chávez y la revolución bolivariana. Sus posiciones han sido frecuentemente una clarinada con la consiguiente crítica y autocrítica, sabia y saber indispensables para el rumbo de todo proceso revolucionario.
En base a los análisis políticos realizados por los comunistas de este estratégico estado y su gobierno en los últimos años, en Bolívar es urgente recuperar la iniciativa revolucionaria desde las más altas esferas del poder, para rescatar el favor y la participación decidida de ese pueblo y de esos contingentes calificados de la clase obrera, en la transición al socialismo y la construcción de la Patria Bolivariana.
El PCV y otras organizaciones, movimientos y personalidades integrantes del Gran Polo Patriótico, han propuesto al compatriota Manuel Arciniega candidato alternativo a la Gobernación del estado Bolívar, como la figura que unifique y encabece el proceso de renovación de izquierda, ante el estancamiento, a todas luces contra revolucionario, en tan importante enclave.
Poner la mirada en el Sur, hoy por hoy no es solamente nombrar con ese punto cardinal a las radios y las televisoras, ni a las alianzas regionales. Poner la mirada en el Sur, en este espacio y en este tiempo, es hacer los esfuerzos necesarios, imprescindibles para sentarse a negociar políticamente con nuestros aliados y que de esas negociaciones surjan los acuerdos unitarios. No con la prepotente exigencia de sumisión y obediencia, sino con el fraternal respeto hacia nuestros hermanos de lucha. No hay otra alternativa si de revolución estamos hablando.
Se trata de hacer importantes esfuerzos políticos por recuperar el Sur para la revolución bolivariana. Se trata de coronar con broche de oro la gloriosa victoria del 7 de octubre. Se trata de colocarnos a la altura del momento histórico que vivimos y de no cometer errores que pudieran ser irreversibles, ya que en Bolívar se juega el destino mismo de la revolución bolivariana.
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