Más de dos décadas han transcurrido desde que explotó uno de los casos de presunta corrupción con mayor relevancia en Carabobo: la construcción de la carretera Bucarito- Güigüe, del municipio Carlos Arvelo.
Pese a que la supuesta estafa contra el estado se produjo en el año 1993, aún existe mucha tela que cortar, dado que la legislación venezolana impide la prescripción de delitos contra el patrimonio público.
En este escándalo –que tuvo una importante preeminencia mediática para la época– estaría involucrado el coordinador regional de la autodenominada Mesa de Unidad Democrática (MUD), Vicencio Scarano Spisso, de acuerdo a los informes elaborados por la Gobernación de Carabobo y la Contraloría del estado.
Para la ejecución de los trabajos se invirtieron más de 245 millones de bolívares y luego de seis meses de concluida la arteria vial se encontraba en condiciones intransitables producto del levantamiento de la gran mayoría de la carpeta asfáltica, entre otras irregularidades evidenciadas también por la extinta Asamblea Legislativa del Estado Carabobo (ALEC) y el otrora Ministerio de Tránsito y Comunicaciones (MTC).
El fraude se concretó amparado en siete contratos otorgados por el Gobierno regional, bajo la responsabilidad de la Secretaría de Obras Públicas del Estado Carabobo (Sopec).
DAÑOS EVIDENCIADOS
Según un informe de la Oficina Ministerial de Inspección y Fiscalización del MTC, elaborado por los funcionarios Lino Sánchez y Santiago Mendoza, en fecha 16 de agosto de 1993, el tramo Las Tiamitas-Guaica, erigido por la Constructora Scarano C.A., se deterioró “por la mala calidad de los materiales utilizados”, los cuales –precisa– contaban con “poca calidad de soporte”.
El documento agrega, más adelante, que las partidas C12-30-S/N.-, correspondientes al ítem “construcción de pavimentación asfáltico” (sic); la C12-35001-03, para “transporte de mezcla asfáltica” y la identificada con las siglas C1235001-08, dedicada a la “imprimación asfáltica”, se efectuaron en precarias condiciones de ingeniería y que no fueron relacionadas “por falta de disponibilidad presupuestaria”, por lo que la comisión evaluadora objetó su desarrollo.
“Se practicó una revisión exhaustiva a cada uno de los contratos otorgados por Sopec y se encontraron diferencias a favor del ejecutivo del estado Carabobo por un monto de 45.430.873,86”.
“Esta comisión considera conveniente la notificación a la Contraloría General de la República para que establezcan las responsabilidades que amerita este caso”, refiere el escrito que fue dirigido al jefe de División y Auditoria Técnica de la Obra.
FAVORITISMO ENEMIGO
La Constructora Scarano C.A., conformada y dirigida por la familia del también alcalde de San Diego, era una de las empresas “favoritas” del exmandatario regional, Henrique Salas Römer, quien otorgó “jugosos” contratos para la ejecución de obras de infraestructura en la entidad, durante su primer mandato.
20 años más tarde, el mismo Salas Römer “le echó tierrita” a Scarano, acusándolo de haber cometido “graves irregularidades” para obtener ganancias adicionales a las ya acordadas en convenios suscritos con las instituciones.
En entrevista con diario El Carabobeño, publicada el lunes 16 de diciembre de 2013, “Frijolito” calificó al referido burgomaestre de “cobarde”, además de poner en duda su “comportamiento ético”.
“De evidencia tenemos la construcción de la carretera Bucarito- Güigüe. Su manera de cómo hizo plata, me obligó a sacarlo de la lista de proveedores de Carabobo. Esto no lo había dicho pero hoy debo decirlo, aunque en San Diego es vox populi que el alcalde Scarano pide colaboraciones para la construcción de edificios en ese municipio”, refutó el excandidato presidencial de la derecha, durante los comicios nacionales de 1998, luego que Scarano lo acusara de atentar contra la unidad de la oposición en la entidad.
CAIGA QUIEN CAIGA
A juicio del diputado a la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Saúl Ortega, las declaraciones de Salas Römer obedecen a las investigaciones que desde las filas revolucionarias se han iniciado sobre este caso, lo que permite al fundador de la tolda del sol sacar provecho político a las contradicciones de forma y fondo que prevalecen entre ellos.
El parlamentario carabobeño sostuvo que las averiguaciones se mantendrán hasta tanto las instituciones del Estado “hagan la justicia por el pueblo de Güigüe” y todo Carabobo.
“Las pesquisas que hemos hecho, apuntan a que ese señor (Scarano) se hizo millonario al amparo de los contratos con el estado y, por supuesto, de la corrupción”, expuso Ortega en conversación exclusiva con Ciudad VLC, revelando, además, que el informe lo presentarán próximamente ante la Comisión de Contraloría, en aras de reabrir la investigación.
“En este caso hubo enriquecimiento ilícito de parte del señor Scarano, de su empresa directamente y creemos que no puede ser que él se pavonee diciendo que él es el hombre más honesto del estado Carabobo”, ironizó.
Ortega exhortó a la dirigencia de los partidos de derecha a deslindarse de Scarano en función de adecentar el ejercicio de la política en la entidad y a no permitir que el “silencio cómplice” prevalezca como estrategia.
“No puede ser que una persona con estos hechos delictivos hoy sea alcalde y siga manejando dineros públicos y, sobre todo, porque nos están llegando importantes denuncias de San Diego, donde no hay un proyecto inmobiliario allí, en el cual el contratista no tenga que entregarle parte de su patrimonio a este señor para poder realizar un centro comercial, edificio, casa o cualquier proyecto habitacional en ese municipio”, reiteró.
¿UN FINAL FELIZ?
Según reseñas informativas de varios medios de comunicación, con la inversión destinada para la trocha pudo haberse levantado una ruta hasta la capital del municipio Carlos Arvelo. Por cada kilómetro, la Constructora Scarano C.A., habría facturado y cobrado alrededor de 27 millones de bolívares, pese a que los trabajos en el lugar no se correspondieron con lo programado.
Al parecer, las investigaciones sobre este caso salieron recientemente del baúl de los recuerdos para refrescar la corta memoria con la que algunos cargan a cuestas. Aún, el resurgimiento de esta acción contraria a las normas éticas no levanta interés en las empresas comunicacionales de hoy, pero, quizás, con el transcurrir de las agujas, los habitantes de la localidad de Carlos Arvelo, quienes por año han soportado las inclemencias de una mala ejecución de ingeniería, puedan ver la luz al final del túnel.