Recuperada, ostensiblemente, la salud en Aragua

Los revolucionarios no solo debemos escribir para criticar y conseguirle fallas al proceso que se lleva a cabo en Venezuela. Es deber revolucionario, como lo decía el che Guevara “No perder la ternura en la guerra”.

Es necesario alentar los procesos que son bien llevados, no solo para cuidarlos de que no se desvíen, si no para que sientan el impulso de que lo están haciendo bien y que pudieran hacerlo mejor.

Es un secreto a voces que la salud en el estado Aragua se había convertido en un gran negocio. Los “convenios” que se hicieron con empresas o personas, solo sirvieron para el lucro de unos pocos y mal servicios de salud para la mayoría del pueblo de Aragua.

El hospital central de Maracay, principal centro de salud de todo el estado y prácticamente de todo el sur de Venezuela, estaba prácticamente en ruinas. Cualquiera que, por una razón u otra, hubiese tenido la posibilidad de visitarlo, notaba el creciente abandono en que estaba y la desesperanza de que allí encontraría salud.

Otro centro importante como el Centro Cardiológico de Maracay, administrativa y funcionalmente estaba por el piso. Los malos manejos estuvieron a punto de desaparecerlo y siempre con el peligro latente de los vampiros de la salud, acechando y recomendando privatizaciones para luego hambrear al pueblo.

El estado caótico de Los ambulatorios y demás centros de salud, de la capital del estado y del interior del estado, cada vez más eran motivo de colapso del hospital central de Maracay, al usuario recurrir a éste como único medio de obtener la respuesta de salud que necesitaba.

El trabajo de recuperación ha sido arduo, constante y bien llevado. Los resultados o las respuestas han sido integrales. Desde la atención a los trabajadores de la salud de Aragua en sus justas luchas reivindicativas, hasta la recuperación de programas como Funda Farmacias, hoy Farmapatria, y de las estructuras físicas de hospitales y ambulatorios. Que hoy los hacen más funcionales y le dan una verdadera prestación de servicio de salud al usuario de más bajos recursos, que son los que en su mayoría recurren a estos centros.

Por supuesto que hay errores, no hay una sola actividad humana donde los errores no sean parte de la empresa que se lleva a cabo. Y en este punto debo mencionar que el hospital de la Ciudad de la Victoria requiere más atención y que es estrictamente necesario involucrar más en el esfuerzo que se esta haciendo en la atención de salud de Aragua, a otros entes del estado proporcionadores de salud como el seguro social.

No voy a mencionar nombres, para no perder la imparcialidad necesaria de la crítica y no ser injusto al dejar de mencionar a personas que están en ese gran equipo que hoy lleva las riendas de la salud en Aragua.

Lo importante y lo necesario es la voluntad revolucionaria con que se encara la actividad, la humildad con que se reconozcan los errores y el encargo de vida de corregirlos o minimizarlos a su máxima expresión y en Aragua, se nota el compromiso con el pueblo.

 

cajeripe2001@hotmail.com



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Carlos Jesús Rivas Pérez


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