Por algunos años estuve orientando a estudiantes de la Licenciatura de Administración de Desastres, de la Universidad Nacional de la Fuerza Armada (UNEFA), en el estado Portuguesa, y en esa experiencia aprendí a valorar algunos conceptos que son propios de la disciplina y que alguna manera sería importante que todas y todos fueran conociendo para integrarse a una tarea de prevención y planificación, que anticipe los efectos devastadores de los fenómenos naturales. Sobre todo lo que corresponde a la actividad sísmica. Hoy día muchos de esos estudiantes, ya profesionales, se les hace complicado conseguir puesto laboral, por lo que hacemos una campaña nacional, con llamamiento al Estado y a las instituciones privadas, para que vean el potencial humano de los administradores de desastres y se abran nuevas plazas de trabajo para estos excelentes profesionales, cuyo objetivo mayor es la preservación de la vida humana.
En un aspecto puntual, la administración de desastres se presenta como la planificación, supervisión y control de procesos para la previsión de riesgos de fenómenos naturales. Uno de esos riesgos son los sísmicos; para detectarlos se aplica una medida; es una medida que combina lapeligrosidad sísmica, con la vulnerabilidad y la posibilidad de que se produzcan en ella daños por movimientos sísmicos en un período determinado. Se puede medir la magnitud de un sismo utilizando varias escalas; las más comunes son la de Richter y la de Mercalli. Richter mide la magnitud = causa y Mercalli mide la intensidad = efecto.
Por otra parte, los procedimientos analizar las expectativas del entorno de la población se deberán establecer los medios y servicios de las instituciones educativas ofreciendo diseños, éste será el primer paso para dirigir la estrategia y determinar las expectativas de los elementos al interior de la necesidad. Los sismos son fenómenos naturales. La naturaleza se manifiesta viva; de diversas maneras: lluvia, mareas, vientos, sismos, terremotos, geísers, volcanes. Algunas expresiones de la naturaleza son diarias y estamos acostumbrados a ellas, y otras nos conmueven profundamente pues ocurren esporádicamente. Entre las últimas podemos situar los llamados "desastres naturales" (Tsunami -maremoto-, lluvias prolongadas que traen inundaciones, tornados, entre otros), cuya mejor expresión sería "fenómenos naturales peligrosos". En la clasificación de desastres naturales se han contado más de veinte, entre ellos brumas, nieblas, granizos, entre otros; pero los más importantes por su nivel de destrucción en asentamientos humanos son: Fenómenos Naturales Hidrológicos (oleajes de tempestad, tsunamis, maremotos); Desastres Meteorológicos (huracanes, tifones, ciclones, granizos, tornados, sequías, nevadas, cambios repentinos de clima hacia el frío o calor excesivo); Fenómenos Naturales Geofísicos (avalanchas, movimientos sísmicos, erupción de volcanes, aluviones, aludes);Fenómenos Biológicos (marea roja, sobre la superficie del agua aparecen moluscos que transportan toxinas y alteran la cadena trófica).
Según indican documentos oficiales de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS), adscrita al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, que es una institución que promueve de forma permanente investigaciones y estudios especializados en sismología, ciencias geológicas e ingeniería sísmica, con el propósito de contribuir a la reducción de la vulnerabilidad en el país, los eventos sísmicos representan uno de los mayores riesgos potenciales en Venezuela en cuanto a pérdidas humanas y económicas.
En la actualidad, aproximadamente un 80% de la población vive en zonas de alta amenaza sísmica, variable que aumenta el nivel de riesgo, haciéndolo cada vez mayor a medida que se eleva el índice demográfico y las inversiones en infraestructura. Desde la fundación de los primeros asentamientos coloniales en el Siglo XVI, el país ha sufrido los efectos de los terremotos. El histórico sísmico, esgrime FUNVISIS, se revela que durante el período 1530-2004, han ocurrido más de 130 eventos sísmicos, los cuales han provocado algún tipo de daño en varias poblaciones venezolanas. En Venezuela, la zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes, la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente. Este sistema de accidentes tectónicos, existen otros sistemas activos menores, como Oca-Ancón, Valera, La Victoria y Úrica, capaces de producir sismos importantes. Los sistemas de fallas de Boconó - San Sebastián - El Pilar, han sido propuestos como el límite principal entre las Placas Caribe y América del Sur, causante de los sismos más severos que han ocurrido en el territorio nacional.
Los sismos, que viene de la voz griega seísmo o sismo: temblor o temblor de tierra, es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas. Desde una perspectiva general, se producen por la ruptura de fallas geológicas; aunque pueden ocurrir por otras causas como, por ejemplo, fricción en el borde de placas tectónicas, procesos volcánicos o incluso ser producidos por el hombre al realizar pruebas de detonaciones nucleares subterráneas. El punto de origen de un sismo se denomina hipocentro; el epicentro es el punto de la superficie terrestre directamente sobre el hipocentro. Dependiendo de su intensidad y origen, un terremoto puede causar desplazamientos de la corteza terrestre, corrimientos de tierras, tsunamis o actividad volcánica. Para la medición de la energía liberada por un terremoto se emplean diversas escalas entre las que la escala de Richter es la más conocida y utilizada en los medios de comunicación. (FUNVISIS). El proceso de conformación de una idea acerca de la prevención en lo concerniente a los fenómenos naturales, tuvo su origen en la reunión realizada en Davos, Suiza, en agosto del año 2008; donde se fijaron los lineamientos internacionales de prevención; allí se concluyó la propuesta de Plataforma Nacional para la Reducción de Riesgo de Desastres (RRD), cuya finalidad se inscribió en coordinar y articular políticas y estrategias, y asesorar las comunidades en franco riesgo de incidencia de fenómenos naturales como los sismos y las inundaciones. Para la reducción del riesgo de desastres en Venezuela, sobre todo en el estado Portuguesa, parte, principalmente, de una toma de conciencia del peligro que significa el riesgo de los fenómenos naturales y su incidencia sobre la vida y el ecosistema natural.