Los tachirenses, convertidos en cenicientas de la política, porque simplemente no nos llegan, con la misma premura, con la misma preocupación de los entes responsables de hacer que las políticas implementadas por el Presidente de la República nos lleguen por igual, sin que nos quede un dejo de desesperanza al sentirnos discriminados, vemos como en otros estados tales como Anzoátegui, Portuguesa, Yaracuy, Cojedes, Falcón entre otros, el gobernador se pone al frente por ejemplo de los CLAP, magnífica idea que de ser aplicada de la manera que fue expuesta y explicada por el Presidente, sería un arma que contribuiría a asestarle un duro golpe a la guerra económica, que como sabemos le sirvió a la oligarquía y a la derecha en general, para ganar de calle lo que significó el segundo raund de la lucha post Chávez, al lograr obtener de manera contundente la mayoría en la Asamblea Nacional, con las graves consecuencias que ello traerá para la Revolución y las esperanzas de buena parte del pueblo venezolano.
El Táchira, ya no cabe duda, se ha convertido en uno de los bastiones de la derecha y en puerta de entrada de mercenarios, contrabandistas, narcotraficantes, paramilitares, mafias en general que al servicio de la contrarrevolución, han logrado convertir este territorio en un icono y en un faro negativo, ejemplo de lo que los enemigos de la Patria pueden lograr en beneficio de sus pretensiones por conquistar el poder a como dé lugar.
Aquí como sabemos comenzaron las guarimbas, aquí los resultados aun los estamos padeciendo, aquí cuando a la derecha le viene en gana, convierte lo que sea en plataforma de lanzamiento de acciones desestabilizadoras, lo cual en estos momentos y desde hace varias semanas estamos experimentado en enormes colas para surtir gasolina, lo que era un fenómeno, pan nuestro de cada día, antes del cierre de la frontera, que desapareció, por un corto tiempo, pero que ahora, como por arte de magia, ha vuelto a aparecer para dolor de cabeza del gran número de tachirenses, que requiere utilizar el servicio de gasolina para sus vehículos, aquí el bachaqueo es quizá el más terrible del país, sencillamente porque tenemos la frontera colombiana pegada al frente y los productos pasan hasta lanzados con la mano por encima de las aguas del rio Táchira o por cualquier trocha vigilada o no, e incluso por los puestos de control fronterizo.
Todo ello hace que aquí a guerra económica, tenga características más devastadoras que en cualquier otro estado del país, encima de ello a los beneficios que a estas alturas los CLAP deberían estar trayendo a la mayoría de los tachirenses, brillan por su ausencia, a vastos sectores poblados de la capital del Estado y a la mayoría de los municipios, este programa no ha llegado con la fuerza que se ve y se siente en otros estados, en donde los gobernadores se han puesto al frente, lo cual viene a confirmar la condición de cenicienta que tenemos en el concierto de las circunscripciones político-territoriales del país.
Como sabemos, quienes en alguna oportunidad pudimos considerarnos como clase media, porque tuvimos la suerte, cuando se podía, de adquirir una vivienda, y habitar en una urbanización de vieja data, en estos momentos hace rato que dejamos de pertenecer a ese sector y vamos en caída libre hacia la clase de los menos privilegiados, y si encima tomamos como cierto que el programa de los CLAP, no nos cubre, por vivir donde vivimos, estamos jodidos, porque es bien sabido que el dinero no alcanza para cubrir medianamente la canasta alimentaria y por el hecho de vivir en una urbanización la plata no se nos va a multiplicar como por arte de magia.
Así pues que sería inconcebible aceptar esa tesis discriminatoria que corre como pólvora y mantiene a grandes sectores de la otrora clase media en vilo y temerosa de que, más temprano que tarde, sus ya exiguos ingresos, no le alcancen sino, si acaso para una sola comida y se vea imposibilitado de cubrir las más ingentes necesidades de su familia, porque los aumentos que ha podido recibir, si tiene un carrito y se le daña y quiere repararlo, el solo repuesto representa varios salarios mínimos, como a mí y a muchos colegas , amigos y allegados nos ha sucedido cuando nos ha tocado comprar un solo repuesto. Yo tuve que pagar por uno llamado park-neutro la bicoca de 50 mil bolívares, y su cambio, en el cual demoró el mecánico 15 minutos por bolívares 4 mil quinientos. No se diga de un caucho, una batería, medicamentos etc. y en el campo de los alimentos la disposición publicada por la Sunddee de nuevos precios aquí es ignorada tanto por productores, distribuidores y detallistas tanto que ya es imposible poder adquirir, por ejemplo el pollo, pues cada semana el precio aumenta como le viene en gana a la mafia que domina ese rubro y así con los demás rubros, los medicamentos brillan por su ausencia y el mayor descaro es que se pueden encontrar en algunos mercados compartiendo estantes con todo tipo de productos, todo esto, cada día aleja más las posibilidades de adquisición por parte de los venezolanos, un sector de los cuales a nivel del país, que estamos resteados con la Revolución, sabemos que todo ello es producto del plan desestabilizador del imperio en conchupancia con la derecha, y por eso resistimos, en la esperanza que más temprano que tarde vamos a superar esta negra etapa de la vida republicana, pero también estamos conscientes que hay cada día más escépticos, que débiles de principios y materia fértil para la influencia de las circunstancias, no solamente optan por alejarse del Proceso, sino que influyen en otros para que también lo hagan y lamentablemente aquí en el Táchira, ello parece inevitable.-
El estrés para quien en el núcleo familiar tiene la responsabilidad de velar por su calidad de vida, cada día es mayor, las consecuencias que dicha anomalía trae para la salud, lo dice la ciencia, son terribles, tanto que es un detonador para el funesto cáncer y otro tipo de enfermedades que lo que vienen es a agravar el problema, incorporando las dificultades por el deterioro de la salud a la ya insostenible realidad que significa encontrarse que no se tiene el suficiente presupuesto para sostener medianamente la familia.
Cuando ello sucede hay que aceptar que el daño logrado por las estrategias contrarrevolucionarias ha hecho mella no solo en cada persona, en cada familia, sino que ha logrado crear a nivel del proceso un deterioro que solo se podría revertir si le ganamos esta guerra al imperio y sus lacayos, lo cual va a ser muy difícil si al país se le somete al tratamiento que aquí los tachirenses estamos recibiendo.
Existe, para explicar lo que a nuestro estado le sucede, la tesis de que los jerarcas del proceso saben que el Táchira es un bastión definitivamente perdido, que aquí nada queda por hacer y entonces ha dejado de ser prioridad y se abandona prácticamente a su suerte, por ello aquí las colas no disminuyen, sino que aumentan en supermercados, abastos y estaciones de servicio, por ello en Cúcuta, los productos venezolanos de la dieta básica y demás productos que aquí no encontramos y allá abundan en plena calle, el contrabando sigue boyante y el pueblo sometido al torniquete asfixiante de la escases y la más terrible especulación jamás imaginada.-
Las propuestas de estudiosos del fenómeno, para nada son tomadas en cuenta, ni siquiera se discuten y si alguna autoridad las recibe, van directas al basurero como ha sucedido lamentablemente con proyectos bien sustentados tales como "SUNDEE BARRIO ADENTRO", "PLAN DE ABASTECIMIENTO SEGURO", PLAN DE INCORPORACIÓN DE LOS PREFECTOS MUNICIPALES Y PARROQUIALES A LA LUCHA CONTRA LA GUERRA ECONOMICA" (En este último caso para darles autoridad, no solo de supervisores, sino de ejecutores de la Ley de Precios Justos), proyectos y propuestas, algunas de ellas que han tenido su origen en el FRENTE UNIVERSITARIO SOCIALISTA DEL TACHIRA (FUS), conscientes como estamos de una guerra muy bien planificada y con claros objetivos de desaparecer la única posibilidad que el pueblo venezolano tiene de lograr su plena independencia y una calidad de vida estable.-
Eso es lo que hay, y eso es lo que cuento a mis lectores, con ello no hago otra cosa que plasmar una realidad que nos agobia de tal manera, que ya, en muchos, raya en la desesperanza, más cuando vemos que existe una especie de ceguera muy arriba, que pretende ignorar la verdad de lo que aquí sucede.-