Creo que fue Reinaldo Iturriza, quien recientemente publicó varios criterios -especie de vara- para medir cuánto tenemos de revolucionarios. No tengo ahora esa vara y aunque la tuviera, debería explicarla antes de analizar el asunto que trato y eso me ocuparía muchos espacio.
En el campo muy concreto de la política, los del PSUV y su aliados -PCV, PPT- están como ese cuento que nos habla de un ladrón que robó y salió corriendo, pero junto a él, iba otro tipo corriendo y el verdadero ladrón se paró en seco y dijo: El ladrón, vean al ladrón, ahí va el ladrón; agárrenlo.
Eso exactamente ha venido aconteciendo en el país y muy particularmente en Anzoátegui. Acontece con los revolucionarios(as) de Anzoátegui, tanto los que están en el PSUV, PCV, PPT y lo que andamos como indigentes, deambulando por ahí, desde el fraude del PSUV con las cinco líneas estratégicas, el plan de la patria y la estafa del librito rojo que ya lo veo rosa.
Veo que hay una militancia del PSUV, PCV y PPT que tiene ojos, entendimiento y agallas para pegar gritos sobre las consignas nacionales e ir a las plazas Bolívar a repartirle aplausos a cualquiera encopetado que venga de Caracas o alguno de la zona, que necesite lucirse con discursos bonitos y “bolivarianos”. Estas comillas no las coloco por la vara de Reinaldo Iturriza
En Anzoátegui han sucedido muchas cosas en cuantos a proyectos en diferentes áreas. Unos van muy bien, pero sin muchos aportes para el estado y otros muchos, fracasaron totalmente. Nunca de los jamás, estos proyectos fueron sometidos a un debate para que el “soberano” estuviera al tanto de sus objetivos y alcances. ¿qué? ¿Para qué y cómo?
La Faja Petrolífera del Orinoco -FPO- fue y es revolucionaria simple y llanamente porque daba más dólares y porque elevamos de 1% de regalía a un 30%. Ahí está lo revolucionario de la faja.
Hay un gran cementerios de proyectos que jamás merecieron la consideración de los revolucionarios de a pie, porque su problema o nuestro problema era el imperialismo y las quintas columnas. Pasamos el tiempo en resolver ese enigma, mientras los “cuadros revolucionarios” atendiendo o dedicados tiempo completo a ir resolviendo su “paquetes” de vida.
Con esa especie de trapo rojo nos han tenido tapado los ojos y sólo somos fieles borregos y borregas que nos llevan de aquí allá para y de allá para acá. Somos como piezas de utilería de un gran teatro.
Acontece, que la Alcaldía de Barcelona –Simón Bolívar- o mejor dicho su alcalde revolucionario, Guillermo Martínez, tiene un proyecto cuyo nombre y espacio es “Caicara”. Es un proyecto técnicamente imposible, pero va o ya está en proceso. Ese proyecto le está resolviendo la vida nuestro alcalde y a los que están con él en esa idea, pero le complicaran la vida –toda la vida- a las comunidades –barrios y urbanizaciones- de Barcelona.
Pero ese un proyecto que aún con su impacto negativo para toda la conurbación norte del estado, no tiene nivel para ser discutido por los revolucionarios de Anzoátegui, que definitivamente somos una especie de borregos, incapaces de decir algo sobre cosas como estas. Caicara está resultando un “nuevo dorado” para nuestro revolucionario alcalde y los revolucionarios(as) de este estado y particularmente los que vivimos en Barcelona y sus barrios, no lo hemos discutido ni lo vamos a discutir.
El equipo estadal del PSUV está psicológicamente incapacitado para discutir algo. No es capaz de discutir ni la figura o trayectoria en Barcelona del viejito “Ben-Bon”
Ese proyecto “Caicara” es simple y sencillamente un negocio del alcalde que no tiene factibilidad de servicios básicos y lo poco que pudiera tener, es porque se lo restaría –quitaría- a las otras comunidades que ya los “disfrutan” de manera irregular y con déficit.
Caicara es un “proyecto revolucionario” porque el alcalde así lo decidió y punto. Ese proyecto no vale la pena revisarlo, debatirlo, porque lo importante, lo verdaderamente importante es el trapo rojo con el cual no han toreado.
@ClaudioElCuaco
