Como nunca antes la plaza Bolívar de Maracaibo se le vio tan a reventar como este pasado martes
cuando el vicepresidente del partido PSUV Diosdado Cabello juramentó los candidatos del
chavismo para la próxima contienda electoral. Esta masiva y alegre concurrencia permitió esclarecer toda posible duda sobre el liderazgo y la convivencia de dos de los principales candidatos que deberán impulsar el triunfo Rojo Rojito en este10-D.
Lo idéntico había sucedido el 7 de noviembre en el Club El Tablazo cuando inmediatamente conocido que Omar Prieto y Willy Casanova serían los abanderados, el frenesí y la esperanza volvió de manera impactante y hasta sorpresiva a los que ya se aprestaban ocupar sus posiciones de combate.
Aunque también es conocida, y bien podría preocupar, la presencia y actuación de un remanente que desde las sombras y las manipulaciones prefiere y trabaja por mantener un Protectorado y no un Gobernador en la Región, cierto es que estos candidatos y sus correspondientes equipos no han dado tregua a su infatigable misión de unificar el chavismo en la región, dejando que ellos mismos decidan el largo de su propio "mecate".
El creciente liderazgo que la figura de Omar Prieto viene históricamente provocando en la región supera incluso las acostumbradas motivaciones y preferencias políticas que deberían ser determinantes en este tipo de comicios. La misma Guerra Económica que la oposición viene impulsando y pretendiendo ofertar para canjear sus triunfos electorales ha sido tan descarada y evidente que en los últimos procesos se le ha revertido ocasionando la principal causa de sus derrotas.
Hoy en día un considerable número de quienes han sido sus más devotos y comprensibles electores muy poco les importa ya el "color del gato" con tal de que se combata y acabe con tanto ratón y delincuente que le hacen imposible el existir. Y que para sus "propios" candidatos ni siquiera parecen existir, y mucho menos ofrecen erradicarlos de su presencia. Lo que Omar Prieto, con piel de tigre y su conocida implacable mano, representa una inmejorable opción para imponer castigo y definitivo respeto en la región.
Omar Prieto ha convertido a San Francisco en el mejor referente de lo que necesita el marabino convertir a la capital del estado Zulia. Willy Casanova viene demostrando infatigable compromiso por devolverle a la Chinita el acervo de su idiosincrasia que tanto requiere el marabino para recuperar y proyectar el orgullo por su ciudad y su existir.
Un Maracaibo ruinoso y fétido que seguramente la patrona del zuliano no avala e inclemente castigará este 10-D, por ser definitivamente los únicos culpables de este prolongado e inmerecido abandono que han dejado relegado a lo que fue la primera ciudad de Venezuela, y la Santa Morada de su Mariana Devoción.
