Ya el gobierno estadal de Antonio Barreto tiene cierto kilometraje recorrido. No es un recorrido que pudiera llevarnos a una conclusión sobre su futuro desempeño, pero hay señales que nos advierten que estamos justo ante una continuidad administrativa, que no hace falta argumentarse. El silencio, es una escandalosa muestra de esta continuidad.
Uno va entendiendo, lo enteramente inútil que es la estructura estadal del PSUV y la figura del llamado protectorado estadal, si es que aún existe. Ya el protectorado nos argumenta de una estructura política estadal falta de iniciativa, carente de habilidad y tan débil, que requiere de un protector externo. Tiene protector, el que no es capaz de valerse por su propia fuerza.
No hay absolutamente nadie que intente salir del anonimato y el silencio. El subdesarrollo político de la revolución en Anzoátegui es muy evidente. Ni porque estamos a días de la selección de unos candidatos y candidatas para el poder legislativo estadal y municipal, se tiene la oportunidad de oír un mensaje o una idea.
Ya veremos como en un acto de salón, les comunicaran a los revolucionarios del PSUV, cuáles son los "cuadros políticos" que deberán aceptar como candidatos y candidatas. No estaremos seguros ni ahora ni después, que tienen por dentro. Sabemos que por fuera, tiene lo que se necesita para estas cosas: Ser tremendamente silencioso, dócil, manejable y profundamente tímido. Casi o totalmente un eunuco.
Pero silencio que corre respecto a la continuidad administrativa que conduce el adeco Antonio Barreto Sira, no es solamente por falta de iniciativa o competencias política del equipo estadal del PSUV. Ese hecho sucede, porque son tan parecidos, que si alguien del equipo estadal del PSUV intenta cuestionar la gestión de Barreto Sira, quedara en evidencia que este y el anterior gobierno se parecen en mucho.
Ni los adecos ni el PSUV en el estado Anzoátegui, tienen un proyecto que les permita diferenciarse. La diferencia es por siglas y consignas.
