La Boda del siglo XXI en Venezuela fue en Anzoátegui: No habrá otra así

La alta sociedad de Lechería arde en envidia. La consume la angustia. No cree, que ni en una nueva bonanza en Venezuela toda esa sociedad exquisita de ahí podrá hacer una vaca para realizar una boda de ese calibre. En Barcelona y Puerto la Cruz las redes sociales se calentaron y la información se devaluó totalmente, mucho más que el bolívar. Lo que debía ser una crónica de las llamadas páginas sociales de la gran prensa, pasó a ser una información popular y eso le resta caché a una boda, que sin lugar a dudas será la más histórica e importante de todo el siglo XXI.

El padre de la víctima y máxima autoridad gubernamental del estado Anzoátegui, que no escatimó en crisis humanitaria y dólares para entregar a hijita, anda profundamente irritado porque su inversión pudiera estar en pico de zamuro al caer en el candelero de los barrios y no en las páginas sociales de los grandes medios.

"En la miseria, la opulencia es más sabrosa". Esa manera de describir tan sociológica este evento, lo capté en un intercambio de ideas e impresiones que tuve con Lorenza que es una amiga de un barrio de Barcelona llamado 29 de marzo. Ella estuvo como contratada para mantener húmedas a las orquídeas que habían sido colocadas para ambientar exquisitamente las mesas. Me dijo Lorenza de Rodríguez, que en un cálculo muy ligero, cada ramito de orquídeas debía costar aproximadamente 45 dólares. Me aseguro con precisión, porque debía pasar viéndolas cada 20 minutos por las 1.500 mesas. No deje de decirme, ¡qué bolas! Esta amiga en vez de disfrutar esas orquídeas, estaba preocupadas por los miserables 45 dólares que esta máxima autoridad del estado decidió invertir para colocar en cada una de las mesas dispuestas para los invitados con sus respectivas familias.

Me dijo Lorenza: mira amigo, yo recogía una basura de comida que es un manjar. Tendré pedacitos de jamón de los puercos manchados de Jabugo de Maladúa. Imagínate es salchichón de cerdo que beben agua de manantial y no conocen en vida el estres. Su costo por pierna es de 4.100 euros. Me traje dos bolsas repletas con pedacitos de ese salchichón. Si le echo huevo los daños.

Como podrán entender y comprender además, porque la envidia es de humano, esta glamurosa boda que no tendrá otra igual en todo lo que queda del siglo XXI, comenzó a ser objeto de una matriz de opinión en donde se juntaron la exquisita elite social de Anzoátegui y la chusma para restarle valor a un evento estrictamente histórico: No habrá otro.

En vez de enaltecer con este evento el gentilicio oriental y más específicamente chamariapero –de chamariapa, Cantaura-, la matriz de opinión de muy mala fe se va, comida por la envidia por las menudencias. Así no cabe lugar para destacar al modisto que se responsabilizó durante un año para diseñar la obra de arte que fue el traje de novia y el "esmoquin" de la primera autoridad gubernamental del estado. Este hecho igualmente histórico, paso a un tercer plano para darle cabida a la envía y los dólares que costó esta boda.

Los envidiosos se focalizaron en que vino Carlos Vives y que este artista cobró 200 mil dólares. Son tan prejuiciosos estos envidiosos, que no le pasó por la mente, la perdida de caché de un evento así, si en vez de Carlos Vives que es un artista de talla internacional hubiesen traído a Oscar de León para pegar gritos con su ruidoso "parapanpan". No te digo. No aprecian y no valoran, cómo este histórico evento que la primera autoridad gubernamental del estado planificó, nos lanzará realmente como un estado pujante y sin crisis humanitaria.

La cremita de envidiosos de Lechería andan preocupados porque el papá de la víctima, gastó 12 millones de dólares para alquilar un lujoso hotel de Lechería y alojar en sus habitaciones a sus invitados y realizar la boda. Subestimaron, que con este alquiler, le gritamos al mundo que tenemos hoteles del primer mundo en Anzoátegui.

Efectivamente como me dijo Lorenza de Rodríguez. En la miseria la opulencia es más exquisita. Dejemos la enviada y celebremos orgulloso esta boda, que no habrá otra igual en todo el siglo XXI.

NOTA: Me extraño no ver a Ramos Allup en la Boda. Pudo haber estado en un salón que fue utilizado para la cremita de la crema.



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Claudio Dominguez


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