Muchos me han preguntado y otros han pensado en Porque estoy todavía en Cabimas, espero dejar bien clara mi respuesta.
Estoy en Cabimas porque soy un hombre privilegiado, dicho de otra manera, bendecido por el TODOPODEROSO.
Muchos de mis familiares y amigos decidieron emigrar dejando un profundo vacío en mi corazón.
Unos fueron seducidos por la oferta engañosa de una vida mejor, otros se marcharon para ayudar desde el extranjero a sus familiares y la mayoría, fue víctima de la propaganda psicológica mediante la cual se inoculó el estrés, la ansiedad y la depresión colectiva porque el objetivo de esta no era más que crear un estado de ánimo para culpar al gobierno y sacarle provecho al capital político que genera ese estado de animó para su derrocamiento.
Todavía escucho y leo algunas notas que no se corresponden con el verdadero sentir de nuestro pueblo, muchos que ahora son víctimas de su propio error intentan el auto consuelo de culpar al gobierno sin medir el tamaño y gravedad de las hostilidades foráneas contra nuestro país que heroicamente hemos resistido quienes asumimos la necedad descrita por Silvio Rodríguez en su canción.
Todavía estoy en Cabimas porque aquí nací, crecí, me estoy reproduciendo y moriré, todavía estoy aquí porque en mi tierra estoy como pez en el agua mientras que en otras tierras sería como cucaracha en gallinero.
Estoy en Cabimas porque nuestro pueblo es el resultado genético y genealógicamente, superior en solidaridad, combativo y portador de la dirección, bendición, protección de Dios.
Soy y estoy en Cabimas porque tengo bien claro que la pelea es peleando y aunque las fuerzas del mal se unieron contra nuestro país, nuestra es la guerra y de Dios la victoria.
Soy y estoy en Cabimas porque nuestro pueblo es heredero del pensamiento y obra de nuestros antepasados aborígenes y nuestros Libertades.
Soy y estoy en Cabimas porque aquí compartimos la tristeza para reducirla y la alegría para multiplicarla.
Solo basta recordar nuestra infancia, la época en la escuela, los tiempos buenos y los tiempos malos, el estado de bienestar que nos escamoteo la injerencia de gobiernos y mafias corporativas que solo quieren ponerle "la mano invisible del mercado" a nuestras fuentes de energía, minerales y materia prima para satisfacer la lógica del sistema capitalista y las sanguijuelas de los gobiernos vecinos que utilizan nuestro gentilicio para pedir dinero que nunca llega a nuestros hermanos en el exterior, hoy atrapados en países cuyos gobiernos no se ocupan de su gente y sus problemas mientras "se preocupan" sistemáticamente por Venezuela para distraer a sus pueblos mientras les roban el presente y el futuro.
Viva Cabimas porque somos Cabimeros de corazón...