Este escrito, simple por demás, nada tiene que ver con la orquesta la conspiración de Ernie Agosto, aquella que canto Magdalena en el año 72 y que tanto le gustaban a Licho Sulbaran y a Alfredo Campos, tampoco con las teorías conspirativas del fronterologo amigo mío, sin embargo, no está demás, escribir un poco sobre el tema a propósito de acontecimientos que pretenden atentar contra nuestra Revolución.
Entendiendo este tema de la conspiración como un acto preparatorio y macollérico que consiste en el concierto de dos o más personas para la ejecución de un delito y en su resolución para ejecutarlo, ojo; para que exista conspiración, no necesariamente se llega a la ejecución material del delito. Ya solo con andar en algo raro y macollando, hay conspiración.
La primera conspiración en Venezuela, fue la de Gual y España y fueron traicionados, siempre hay quien.
Políticamente, una conspiración se refiere a un entendimiento o plan entre personas unidas con el objetivo de ganar o controlar el poder político establecido, sea porque lo han perdido, porque no lo lograron, o simplemente, se dejaron maniobrar creyendo que les tocaba y que va, hagan política.
En política, la conspiración es un arma letal para los inteligentes y habilidosos. La astucia es fundamental, también la capacidad de maniobra.
Ahora bien; estos tiempos son para definirse, para los leales a la revolución, pero además, para los leales al país. Venezuela no merece otro proceso de sedición, una guarimba mas, no merece que la oposición persista en una conspiración contra el pueblo. Hoy la especulación y el alza grosera del dollar es una demostración de que siguen en algo turbio para amilanar los logros de la revolución, siguen buscando que nuestra militancia se decepcione y lamentablemente, hay quienes caen en esas conspiraciones de orilla o en cualquier yerba política.
En Bolívar vamos para un año de gobierno, con un proyecto por el renacer de muchas cosas, la primera de ellas la institucionalidad que fue mancillada, ultrajada al mejor estilo de la serie aquella de la ley y el orden, victimas especiales como el caso de los promotores y dirigentes de parroquia, que hoy siguen creyendo en la revolución. Esa institucionalidad, la seguiremos recuperando hasta devolver la majestad, pero además, seguimos dando respuestas y soluciones, con pocos recursos pero con voluntad política y con el compromiso Chavista de atender a nuestro pueblo. Jamás faltara un conspirologo dolido, que mantenga una acción para atacar lo que se hace desde la revolución.
Estamos profundizando el proyecto de Hugo Chávez, nuestra militancia activa en el territorio con las elecciones de base, tomando decisiones, apostando a la participación protagónica y un grupillo, insistiendo en la conspiración, básicamente porque su oportunidad se manchó y más nunca volverán a hacerle daño a este pueblo. La conspiración de la oposición política, que busca perturbar la recuperación económica, jamás pasara. Dejen la conspiradera.
A LO INTERNO. Llora como llore, nadie debe llorar (La conspiración)
